CAPITULO 11

Aiden observaba a su novia quien dormía plácidamente o eso aparentaba, lo habían dejado entrar minutos después de que los adultos se fueran a comer. Cuando veía su rostro recordaba aquellos moretones que tenía al día siguiente de haber llegado aquel hospital, tenía varios cortes en los brazos y raspones en las manos. Recordar aquel accidente aún le hacía daño.

Era Octubre cuando ocurrió, las hojas naranjas de los árboles caían por los lados de la carretera, ambos se encontraban de camino a la casa de uno de sus compañeros de clase, habían organizado una fiesta y estaba a una hora de la ciudad así que debían realizar un largo recorrido en auto. Diego les había prestado su auto con la condición de que Aiden lo lavara por todo un mes y aunque no fuera un trato justo el chico terminó aceptando ya que el auto del padre de Olivia estaba en taller.

—Ya nos queda cinco minutos de camino —comentó la castaña quien se arreglaba el cabello.

—Al fin, ya me duele el trasero —se quejó él haciendo que su novia riera.

—Debemos aprovechar la fiesta para divertirnos ahora que terminamos los exámenes, estamos a punto de saber si nos graduamos antes, muero de nervios.

—Tranquila, saldrá todo bien —él tomó la mano de ella y colocó ambas manos entrelazadas sobre su pierna.

—Me alegra tenerte conmigo, es una lastima que Sofi y Alan no hayan podido tomar los examenes tambien, me gustaria que los cuatro asistiéramos a la graduación juntos.

—Sabremos si eso pasará o no cuando entreguen los resultados, ahora solo pensemos en divertirnos, ¿si?

—De acuerdo.

Aquel día prometía ser uno de los mejores para la pareja, al llegar se juntaron con sus amigos y entraron a la gran casa que se encontraba cerca a una playa, el ambiente ya era ameno, tomaron algunas bebidas y se sentaron en uno de los sillones que había, el clima era templado y corría un aire refrescante mientras que disfrutaban la música. A los minutos llegaron sus amigos y se unieron a ellos en los sillones, se veían animados y con intención de divertirse igual que ellos.

Los cuatro conversaban animadamente hasta que empezó a sonar la canción favorita de la pareja: "Dancing in the Moonlight".

—¿Bailas? —Aiden se había puesto de pie y extendió la mano hacia la chica.

—Claro.

Ella tomó la mano de él y se dejó guiar, ambos empezaron a bailar con una sonrisa en el rostro, todos los que se encontraban allí veían a la pareja con ternura e impresión por la soltura que tienen para bailar aquella canción, daba la impresión de que hubieran estado ensayando aquel baile desde hacía mucho. Los movimientos les salían naturalmente y se dejaban llevar por el ritmo de la canción, aquello reflejaba la conexión que tenían ambos y lo enamorados que estaban del otro.

Al finalizar la canción todos aplaudieron, gritaron y silbaron alentandolos por el pequeño espectáculo que habían otorgado, sin duda eran la pareja favorita de muchos y de otros no tanto, en toda relación siempre hay terceros que no aceptan aquello pero que no son problema si el amor es estable y si hay confianza.

A medida que la fiesta avanzaba los cuatro se terminaron dividiendo en dos grupos, ellos se juntaron con los chicos a jugar billar mientras que ellas se quedaron conversando y tomándose fotos.

—Hey Aiden, alguien no te quita el ojo de encima —uno de los chicos que estaba en el grupo llamó la atención del castaño haciendo que él girara a ver a su novia pero se dio cuenta de que ella no lo estaba mirando— no hablo de Olivia, si no de Sabrina.

—¿Sabrina?

—Sí, es la chica más sexy y popular de la escuela.

Aiden busco con la mirada por el lugar hasta que se topó con una chica de cabello rubio y ojos color miel mirándolo con una sonrisa coqueta mientras bebía una cerveza, él la había visto un par de veces por los pasillos de la escuela mas nunca le había hablado.

—Deberías ir —le animó aquel chico.

—Aiden ya tiene novia, como vas a decirle eso —habló Alan quien veía la incomodidad de su amigo.

—Yo si fuera él aprovecharía, Olivia no se compara a Sabrina —comentó otro de los chicos que estaba en el grupo.

—Pues él no es como tú, él sí respeta a su novia.

Aiden agradecía tener a su mejor amigo allí, no le gustaba estar con los demás chicos de su clase o por lo menos con la mayoría, que tenían reputación de mujeriegos.

Estaban tan entretenidos en la discusión que no se habían dado cuenta que Sabrina se había acercado a ellos hasta que le tocó el hombro al castaño, todos en el grupo vieron expectantes lo que sucedía.

—Hola Aiden —saludo coquetamente mientras se pegaba más al chico con la intención de provocarlo.

—Hola Sabrina —él se alejó de ella pero se siguió acercando.

—Te ves muy guapo.

—Gracias, tu te ves... —los ojos del chico recorrieron a la chica con rapidez, ella llevaba un vestido muy corto y con un gran escote, sin duda a cualquier chico lo habría vuelto loco— bien.

—¿Bien? ¿Solo dirías eso? Vamos no seas tímido.

Él había retrocedido tanto que chocó con la mesa y ella lo acorralo, se notaba la intención de besarlo y él por instinto colocó las manos para detenerla pero calculó mal por lo que terminó tocándole los pechos por accidente, bajo las manos con rapidez pero todos habían visto lo que había pasado.Sabía que aquello podría darle problemas ya que se presta para malos entendidos, lo único que pudo hacer es mirar a Alan pidiéndole ayuda.

—Sabrina déjalo en paz, deja de ser tan perra y vete —el rubio se acercó rápidamente y alejó al chico de ella.

—Idiota —ella se marcho dejando un gran problema.

—¿Por qué tardaste tanto en ayudarme?

—Me agarraron para no intervenir, deberías ir con Olivia ella vio lo que pasó —le advirtió.

—Mierda.

Aiden sabía que podría tener un gran problemas si ella solo había visto lo último, caminó rápidamente hasta donde estaba y pudo ver como las chispas de enojo saltaban de sus ojos, era hombre muerto. Olivia podía ser muy intensa y despiadada si la hacias enojar mucho, le daba miedo cada vez que se ponia asi y eso que solo había visto cómo se desquitaba con otras personas pero ahora esa ira iba contra él y lo único que pensaba era en correr lo más lejos que podía, mas le era imposible hacerlo.