CAPITULO 21

La graduación estaba programada para abril, y los días pasaron volando. Los chicos ya habían comprado sus trajes y ellas ya tenían sus vestidos; como era de esperarse, irían a juego.

—No puedo creer que vaya a graduarse —Ana terminó de servir la cena, y los tres se sentaron.

—Sí, en dos semanas más recibo la respuesta de la universidad —respondió con nerviosismo el castaño.

—Por cierto, tus padres llamaron, llegan mañana —comentó Diego, dejando atónito al joven.

¿Sus padres? Ya habían pasado cuatro años desde que se separó de ellos y solo los veía por video llamada. No pensaba que estarían para su graduación, y ahora que lo pensaba, conocerían en persona a Olivia. Aquello lo puso más nervioso.

—¿M-mañana? —tartamudeó.

—¿Sucede algo? —Ana lo miró preocupada al ver que se había puesto pálido.

—No, solo me sorprendió.

—Sé que no los esperas, pero hicieron el esfuerzo de terminar su trabajo antes para poder venir y estar contigo hasta que entres a la universidad —aclaró Diego.

El chico solo sonrió ante la idea. Extrañaba mucho a sus padres y saber que podría enseñarles la ciudad, la escuela y la universidad lo animaba.

Y como había dicho Diego, al día siguiente llegaron. Ellos se quedarían en la casa, ya que había suficiente espacio mientras buscaban una casa propia cerca. Aiden estaba maravillado con la presencia de sus padres y se sentía muy animado. Por temas familiares, no vería a Olivia hasta la graduación, así que pasó todo el tiempo que pudo con sus padres.

—Hijo, queremos que vivas con nosotros cuando compremos la casa —le comentó su padre cuando estaban en la cafetería favorita de él.

—Sabemos que le tomaste mucho cariño a tus tíos, y por eso estamos viendo casas que estén cerca para que puedas seguir viéndolos seguido...

—Claro, sí quiero —respondió con rapidez, interrumpiendo a su madre.

Ambos sonrieron ante la respuesta de su hijo y continuaron con su tarde. Sabían que debían compensarlo por todo y que había sido la mejor decisión dejarlo con Diego y Ana.

El día de la graduación llegó, y por la tarde era la ceremonia. Los cuatro amigos se reunieron en el auditorio para tomar sus lugares. No había ningún orden en específico, así que se sentaron juntos. La ceremonia fue muy emotiva, sobre todo cuando les entregaron sus diplomas. Ya estaban oficialmente graduados.

La fiesta empezó en la noche. Los Norton se acercaron a la mesa y se presentaron con los McGregor, además de saludar a los Anderson, que se habían convertido en sus mejores amigos durante el año en el hospital. Por otro lado, Aiden estaba muy nervioso, ya que era hora de presentar a Olivia con sus padres y esperaba que estos no dijeran algo raro.

—Respira, tranquilo —ella apretó levemente su mano, dándole fuerzas mientras se acercaban a la mesa.

—Mamá, papá —llamó la atención de ambos una vez que llegaron— quiero presentarles a Olivia, mi novia.

—Es un placer conocerlos al fin, señores McGregor —agregó Olivia con una sonrisa.

—Es un gusto al fin poder conocerte, Olivia. Yo soy Evan, y ella es Carla.

—Eres muy linda —la mamá de Aiden se acercó y la abrazó.

—Gracias —respondió sonrojada.

—Bien, ya es suficiente, vamos a bailar, Liv —interrumpió el chico avergonzado, tomando la mano de su novia para llevarla a la pista de baile.

—¡Aiden! —se quejó.

—Lo siento, pero no quería que empezaran a decir tonterías —la tomó de la cintura, y empezaron a balancearse al ritmo de la canción.

—Sabes que pasaré bastante tiempo con tus padres cuando vaya a tu casa.

—Lo sé, pero hasta que pase quiero evitarlo.

—Qué tonto eres —ella rio y se dejó llevar.

—Liv.

—¿Sí?

—Te amo.

—Yo también te amo.

Sellaron aquellas palabras con un beso y luego se unieron a sus amigos para bailar juntos cuando pusieron una canción más movida.

La vida da muchos giros, siempre pone baches y obstáculos. Muchas veces te alejas de las personas que quieres por una estupidez o solo queriendo huir de los problemas. Pero aquellas situaciones te hacen valorar lo que tienes y dar gracias por ello: amigos, familia, pareja. Si realmente te aman, siempre estarán allí para ti, en especial aquella persona a quien quieres para el resto de tu vida. Sin importar lo que pase, un accidente, un largo coma, cuando el amor es verdadero, nada los separará, y cuando amas a alguien, haces lo que sea para que vuelva a regresar a ti.

Fin.