Azar

Prólogo

Sonrío ante mi reflejo, mi cabello castaño corto perfectamente peinado enmarca mi pequeña cara, perfila la forma de ella. Termino de ponerme maquillaje, elijo un bolso que haga juego con mi ropa y salgo de mi cuarto.

Hoy se cumplen tres años desde que salgo con Mario, estoy emocionada, llevamos mucho tiempo y creo que hoy va a pedirme matrimonio. A Mario lo conocí hace cuatro años en la universidad, él estudiaba Economía junto a mi mejor amiga y yo estudiaba fotografía. Ahora él es uno de los jefes de la empresa de su tío y yo estoy por acabar mi segunda carrera, podría haber empezado a trabajar nada más graduarme pero preferí estudiar una segunda carrera para un mejor futuro, para poder heredar la empresa de papá, ya que soy su única hija. Es un poco solitario no tener hermanos pero es también fantástico porque siempre ha sido todo para mí, siempre he tenido toda la atención.

– Aura.- me giro al escuchar la delicada voz de mamá.- ¿A dónde vas cariño?

– Al apartamento de Mario, hoy es nuestro tercer aniversario.- le sonrío con cariño.

– Se me ha pasado súper rápido el tiempo, todavía puedo recordar tus nervios al traerlo a cenar por primera vez a casa.- sonríe.

– Mejor no recordemos esos vergonzosos momentos.- me sonrojo un poco.

– Pasatelo bien cariño, y si necesitas cualquier cosa no dudes en llamarme.

Me acerco a mi madre, dejando un beso en su mejilla. Me despido también de mi tío que entra mientras que yo salgo, en otra ocasión me hubiese detenido a hablar con él, pero hoy tengo prisa.

Me subo en el coche que mi padre me regaló al terminar mi primera carrera, miro que todos los espejos estén bien regulados, dejo las llaves y enciendo el coche. Antes de acelerar pongo algo de música desde mi teléfono y voy cantándo feliz.

Rememoro algunos momentos felices con mi novio mientras conduzco. Me detengo en un semáforo y miro por la ventana mientras espero que cambie de color. Veo los enormes rascacielos de Nueva York mientras añoro parte de mi hogar. Mi padre es estadounidense, mi madre es colombiana y yo me he criado entre ambos países, la mayoría de vacaciones las he pasado en Colombia, y ahora que he vuelto la echo de menos, echo de menos a mis abuelos que vive allí.

Mi teléfono suena avisándome de una llamada, sin despegar la mirada de la carretera contesto la llamada. Ni sé quien me llama.

– Aura al teléfono, ¿quién es?

– Aura, soy Steven.- el secretario de papá para tener a mi madre feliz, mentira, son amigos de hace años y cuando Steven se quedó sin trabajo papá lo contrató como su secretario.

– Dime Stev, ¿Pasa algo?

– No, quería pedirte un favor.- me quedo callada, esperando que me diga que favor necesita.- ¿Podrías ser la fotógrafa de mi boda?

– ¡Pues claro! Sería todo un honor.- digo animada.

– Gracias pequeña.

– Nos vemos mañana en la empresa para hablar más del tema.- le cuelgo después de despedirnos.

Aparco el coche, por primera vez cerca del apartamento de mi novio, normalmente tengo que dejarlo lejos porque no hay aparcamiento, algo típico en Nueva York. Antes de salir de mi casa le avisé de que venía a verlo, no he recibido respuesta pero sé que no está trabajando.

Saludo a uno de los porteros de la entrada y me subo en uno de los ascensores junto uno de los vecinos de Mario. Busco las llaves de su apartamento en mi bolso, por si acaso no se encuentra y debo esperar a que vuelva de donde sea que esté.

Llamo a la puerta del apartamento sin recibir respuesta por lo que decido abrir con mi propia llave. Me descalzo al entrar en el apartamento y dejo mi abrigo en el perchero cuando comienzo a escuchar voces y risas.

Con miedo avanzo por el pasillo de su apartamento hasta llegar a la puerta de su cuarto. Las risas y voces se escuchan fuerte, puedo distinguir ambas voces. Comienzan a entrarme ganas de vomitar y mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas. Con las manos temblando abro la puerta y me encuentro lo que ya preveía. Mario, y Renatta, mi mejor amiga se encuentran juntos y desnudos. Ambos me miran perplejos pero no dicen nada, y yo tampoco.

Salgo corriendo con la imagen de ambos en mi cabeza. Quiero ir tan rápida que ni me espero al ascensor y bajo cuatro pisos de escaleras corriendo. Me tropiezo un par de veces pero no dejo de correr. En la recepción me choco con personas a las que no reconozco. Salgo del edificio sintiéndome como una mierda. Yo confiaba en ambos y los dos me han traicionado, Mario mi novio que me amaba y me debía fidelidad y ella que era mi mejor amiga y que siempre decía la hermosa pareja que hacíamos Mario y yo, y de lo hermosos que serían los hijos de ambos.

Los faros de un coche me ciegan, siento el impacto contra mi cuerpo. El golpe es fuerte y doloroso. Escucho los gritos de varias personas que pasan por ahí, miro el asfalto antes de que todo quede negro.

 

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Despierto cegada por una intensa luz blanca, abro los ojos poco a poco, intentando acostumbrarme a la intensa luz que estoy segura de que no pertenece a mí habitación. Intento moverme sin lograrlo. Miro a mi alrededor viendo la habitación de un hospital y a mi madre en una silla, con los ojos cerrados como si estuviese durmiendo.

– Mamá.- mi voz suena extraña cuando la llamo.- Mamá.- hablo más fuerte.

Mi madre se despierta algo alarmada antes de mirarme a mí, me sonríe cuando termina de abrir sus ojos.

– Aura.

– ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy en un hospital?

– Tengo que llamar al médico y a tu padre.- dice antes de salir y dejarme sola en la habitación.

Intento hacer memoria. Puedo recordar a mi ex mejor amiga y a mi ex novio desnudos en el apartamento de mi ex novio, el día de nuestro aniversario pero no soy capaz de recordar que ocurrió después de eso.




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