Aura
Bostezo mientras reviso los documentos legales que me han mandado de la construcción del hotel en Colombia. No soy abogada pero sé lo suficiente para no depender constantemente del abogado de papá, y sé que de momento han aprobado todo lo que hemos pedido y que el hotel sigue perfectamente algo de lo que estoy bastante feliz.
Les mando unos correos de agradecimiento a las personas que tengo allí revisando por mí que todo vaya bien y después me pongo con otros temas, en este caso económico que es lo que yo estudié, de los nuevos hoteles que papá tiene pensado abrir en el norte de Europa. Le mando un par de correcciones y sigo con más y más documentos, llevar una empresa es no parar nunca de ver documentos, de tener que firmas y corregir diversas cosas.
Levanto mi cabeza cuando llaman a mi puerta, veo entrar al secretario de mi padre y a Leah detrás de él. Ambos me miran sonriente y después de una disculpa Steve sale de mi despacho.
– ¿Puedo ayudarte en algo Leah?
– No, es que mi hermano está en el hotel lleno de trabajo y Killian se fue a hablar con Mason y estoy sola.
– Sientate si quieres.
– Quiero hacerte una pregunta.- asiento para que siga hablando.- ¿Odias a la madre de Killian y Mason?- asiento.- Yo creo entender porqué pero la conozco y es buena.
– No lo es Leah, abandonó a uno de sus hijos y luego inventó rumores de él para que su hijo menor lo odiase y no quisiese saber nada de él.- me encojo de hombros.- Leah, Mason ni siquiera ha probado el alcohol, y ahora yo te pregunto ¿crees que el padre de los chicos es malo?- ella asiente sin mirarme.
– No sé bien que pensar.
– No sé que los llevó a divorciarse Leah, y quizás Aron fue el peor de los maridos pero ella lo destrozó, se lo quedó todo y le regaló la custodia del hijo que no quería, se la regaló después de dejarlo sin un duro con el que mantener a tu cuñado y por eso decidió mudarse.- ella escucha atentamente.- Aron cayó en una fuerte depresión y comenzó a beber y luego a drogarse, Mason lo pasó realmente mal, hace tres años fue internado y parece que va mejorando.
– Estoy confusa, creía que conocía a mi suegra no siempre creí lo de Mason porque no lo conocía personalmente pero no creí que ella pudiese inventar algo así.
– Pues déjame decirte que lo hizo.
Ella deja de mirarme, no sé si le da vergüenza mirarme porque en algún momento llegó a odiar o menospreciar a Mason y sabe que él es alguien importante para mí.
Cuando la gente se enteró, aquellos que sabían que el coche que me atropelló fue el de Mason, me dijeron que era una estúpida por creerme su cuento de lastimero, no entendía a que se referían hasta que vi con mis propios ojos a aquella preciosa niña pero no fue por ella por quien lo liberé, por quien no quise presentar cargos o por quien me hice amiga de Mason. Yo decidí hacer todo aquello porque vi una sinceridad que no había visto jamás, vi unos ojos nobles que ya habían pasado por mucho, vi a un hombre destrozado porque había incapacitado a alguien y sobre todo porque él no era el culpable de mi accidente. Todos buscaban un culpable y Mason, al ser alguien de bajos recursos, era la persona perfecta, pero los culpables perfectos los tenían todos delante y nadie se daba cuenta. Todavía no sé bien porque no he dicho nada de aquella noche, sé bastante bien que pasaría cuando lo haga y me beneficiaría, supongo que no quiero volver a ser el centro de todos los noticieros.
– Tengo miedo.
– ¿De qué?
– De que Killian descubra más cosas, le va a doler saber que su madre le ha estado mintiendo.
– La verdad duele pero es necesaria.- resoplo.- No es justo ni para él ni para Mason vivir en esa mentira que tu suegra inventó.
– Lo sé.- suspira.- Cambiado de tema, mi hermano dice que conocías a nuestro padre.
– Tuve la desgracia de hacerlo, si.
– ¿Por qué dices desgracia? Sé que mi padre era malo pero ¿Qué te hizo a ti?
– Lo conocí poco antes de cumplir la mayoría de edad en un evento que organizó un socio de mi padre.- ella escucha atentamente.- Al principio me pareció un hombre simpático, parecía serlo, era todo sonrisas y buenas palabras.- ruedo los ojos.- Me separé de mi padre por unos minutos para ir al aseo y me siguió, él intento hacer algo pero para mi suerte una amiga llegó y evitó lo que pudo ser una desgracia.
– ¿Mi...mi padre intentó abusar de ti?
– Si.- soy franca.- Puedes no creerme, a fin de cuentas mi único testigo es una amiga con la que ya no me relaciono pero es la verdad, tu padre me dijo que lo único que le faltaba por probar de este mundo era una latina y que yo era su tipo ideal.- hago una mueca de asco.- Quise apartarme pero tu padre era físicamente superior, no sé que hubiese pasado si ella no hubiese llegado a tiempo.
– Siento de verdad que tuvieses que pasar por eso.- dice triste.- Mi padre no era un buen hombre.- le doy la razón.- ¿Andrew sabe de esto?- asiento.- ¿Por qué no le dijo a Asher?
– Porque yo soy la única con derecho de decirlo.- suspiro.- Tengo que recoger a Stella del colegio.
– Voy contigo.
– Como desees.
Salgo como puedo de detrás del escritorio y sin mirarla mucho salgo de mi despacho. Estoy extrañada de que Asher no me ha llamado o mandado ningún mensaje, pensé que después de lo que le dije ayer lo haría pero supongo que está muy ocupado para acordarse de que existo.
Al salir del despacho me encuentro de frente no solo con Steve y Asher sino con una mujer mayor castaña y un hombre de la misma edad de mi padre o algo más mayor. Ambas personas mayores me miran por unos micro segundos y después deciden ignorarme.
– Lo educado es saludar.- les digo a ambas personas adultas.
– ¿Quién te crees?
– La heredera de este lugar, así que o saludan o se largan del edificio.- ellos me miran molestos pero saludan.- Así mejor.