Aura
Stella me mira desde la cama, lleva en mi cuarto más de dos horas desde que comencé a arreglarme para mi cita con Asher. Pienso que si hubiese dejado la puerta del baño abierta Stella hubiese entrado solo porque quiere ver como las chicas mayores nos preparamos para salir con chicos mayores, palabras suyas no mías.
Bajo la atenta mirada de Stella me terminó de maquillar los ojos y me echo perfume. Me giro para verla mejor y no tras el espejo. Ella me mira con sus hermosos ojos y en sus labios se comienza a formar una linda sonrisa.
— Tita estás muy guapa.
— ¿ De verdad?
— Si, tu vestido es muy bonito y tú maquillaje también.
Miro el vestido bajo mis manos, es de color marfil, fui a comprarlo está mañana con Kristal. No era mi primera opción porque es muy pegado y tiene un escote más profundo de lo que suelo llevar por eso no era mi elección. Sin embargo el resto de vestidos que nos ofrecieron tenían transparencias en la espalda o la espalda descubierta y esos si que no eran una opción por mucho que la chica de la tienda y mi amiga me dijesen lo bien que me quedaban esos vestidos.
— Tita, pareces una princesa.- sonríe.- Al chico se le va a caer la baba.
—¿Donde has aprendido eso?
— Me lo enseñó la tita Kristal.
— No me sorprende.- me río.
Stella y Kristal ven las series de Kristal siempre que mi amiga viene a mi casa. No me gusta que Stella vea esas series pero tampoco son malas así que no me quejo mucho, sobre todo porque ella hace de niñera sin queja mientras Mason y yo trabajamos. Mason ha vuelto al trabajo pero de forma telemática, no me gusta pero no me quejo.
— ¿Es algo malo?
— No, pero no repitas mucho las cosas que te dice la tita Kris.
— Vale.- se baja de la cama y me abraza.- Vas muy guapa tita, de verdad.
— Gracias mi niña.- le devuelvo el abrazo. - Otro día salimos juntas y nos ponemos guapas las dos.
— Si - grita emocionada.
— Ahora vamos abajo a esperar al chico.
Juntas bajamos en mi ascensor, mi cuidadora me arregla ligeramente el vestido cuando estoy en el comedor. Mi madre me da un vaso de agua y después deja un beso en lo alto de mi cabeza.
Mi padre baja hablando con Mason, mi mejor amigo me guiña un ojo cuando deja de hablar por un par de segundos con mi padre. Cuando terminan de bajar las escaleras mi padre me mira con una hermosa sonrisa. Mi sonrisa es la misma que la de mi padre por eso me gusta tanto. Me parezco mucho a mi madre y tener rasgos de mi padre es algo que me gusta mucho.
— Estás maravillosas mi niña.- besa mi cabeza igual que mi madre.
— Papi, ¿Estás llorando?
— No creí que volveria a verte preparada para una cita. Verte tan radiante y sin miedo para tener una cita con un chico, me emociona mucho Aura.
— No es como sino fuese a pasar nunca.- escondo las lágrimas.
— Lo sé, pero pensé que te tomaría más tiempo.- vuelve a darme otro beso.- Pásatelo bien pero si en algún momento te sientes incómoda, llámame e iré a por ti sin dudarlo.
— Gracias papi.
— Siento interrumpir pero el señor Evans ha venido a por la señorita.
Me despido de todos y bajo nuevamente en el ascensor hasta llegar a la recepción para después salir a donde Asher me espera. Está ligeramente recostado sobre la puerta del piloto. Lleva un pantalón de vestir y una camisa azul rey junto a una americana negra igual que el pantalón.
— Ya estoy.
Asher se gira al escuchar mi voz, se queda mirándome por lo que me parece una eternidad pero son a penas unos segundos. Su boca comienza a estirarse y formarse una sonrisa. Asher sabe que es guapo y cuando sonríe lo es aún más y no es algo que vaya a negar nunca.
— Estás, joder, preciosa.
— Tú también estás precioso.- digo medio en broma, medio en serio.
— Muchas gracias, ¿Te ayudo a subir? - asiento antes de que él me tome en brazos y me suba al coche.
Los primeros minutos en el coche los pasamos en silencio, no incómodo. Los silencios con Asher nunca son incómodos y espero que nunca lo sean.
— ¿Como está Mason?
— Está acostumbrándose a vivir con su enfermedad, a veces tenemos que recordarle que revise su azúcar pero va bien.
— Me alegro mucho, espero que siga mejorando.- sonríe antes de girar en una intersección.- Leah y mi cuñado han aterrizado esta mañana en San Francisco.
— ¿Y tus padres?
— No hablemos de ellos, tengamos una noche tranquila sin mencionarlos.
— Sin problema.- sonrío entendiendo su problema.
Ya se lo dije, Kristal tenía una relación parecida con su padre. Kristal no tiene madre, por desgracia está murió en el parto y su padre se encargó de ella. Fue un padre amoroso hasta que Kristal comenzó en el modelaje a una edad temprana. Su padre le administraba el dinero cuando era menor de edad y al principio todo parecía bien pero unos años después Kris se enteró de que su padre llevaba años robándole y al principio a ella le daba igual. Para Kristal que su padre cogiese dinero era una forma de pagarle por todos los años que su padre lo crío porque su padre le había metido eso en la cabeza. Después pudo comprender que su padre solo hizo lo que le correspondía como padre y que luego le robó de la peor forma, abusando de su confianza. No es algo de lo que le guste hablar.
— ¿Como va el hotel? - dice sacándome de mis pensamientos.
— Va muy bien, todo parece ir bien lo que no siempre es bueno. Prefiero tener problemas al principio de la construcción que al final, cuando son al final son más caros.
— No puedo opinar de eso pero creo que tienes razón.
— Es así casi el ochenta por ciento de las veces.- me río.
— Llegamos.
Asher se baja del coche, ni me había dado cuenta de que se había detenido. Asher abre mi puerta y ya tiene mi silla de ruedas preparada.
Conozco el restaurante al que nos ha traído, es uno de los favoritos de Marie y el mejor restaurante francés de todo Nueva York. No soy aficionada a la comida francesa pero me gusta. Definitivamente mi comida favorita es la que me hace mi abuela cuando voy a Colombia, como esa ninguna.