Aura
Termino de ponerme la ropa mientras Asher está en la cafetería del hotel tomando un café, tiene mucho trabajo porque están con lo desfiles de la temporada de invierno así que anoche se acostó muy tarde, demasiado para mi gusto.
– Volví.- anuncia al entrar en la habitación.
– Te ves cansado, ¿qué te parece si adelantamos el vuelo a esta noche?
– Quiero estar contigo, a solas.
– Me voy a quedar al menos una semana en San Francisco.- lo tranquilizo.
Asher deja su café encima de la pequeña mesa que hay en el centro de la habitación. Se arrodilla para estar a mi altura y me sonríe con tranquilidad. Me quedo hipnotizada viendo sus ojos claros. Asher se acerca más a mí y después besa mis labios. El beso es tranquilo, denota cierta necesidad pero no es obsceno o algo por el estilo.
– Eres preciosa.- me dice en medio del beso.- Hermosa.
– ¿Por qué me dices estas cosas?
– Esta mañana llamó Hilén.- asiento aunque no lo sabía.- Idara parece estar más dispuesta a recuperarse, estoy seguro de que le dijiste algo.
– Le dije lo que creía, lo que sentía que debía decirle.- sonrío antes de que él vuelve a besarme con más necesidad.
– Te preocupas mucho por el resto, me encanta lo sencilla que eres y lo buena y maravillosa que eres con quien lo está pasando mal.
Asher no me deja responder cuando vuelve a besarme, su lengua se cuela en mi boca dejándome saborear el café que estaba tomando antes de volver al cuarto. Supongo que el café que hay en la mesa es el segundo que se toma esta mañana.
Dejo de pensar en el sabor a café de su boca cuando me mira sonriendo y vuelve a besarme. Subo mis manos y lo agarro del cuello para que esté más cerca de mi. Soy adicta a sus besos, me encantan de una forma que no deberían pero es que Asher besa demasiado bien y yo por ello no tengo ninguna queja, excepto que no me bese más.
– ¡Mierda Aura! Te deseo.- dice con desespero contra mi boca.
Lo vuelvo a besar pero con cierto miedo, quiero que sepa que lo deseo tanto como él a mí pero no me he quedado desnuda ante nadie que no sean mis padres o mi cuidadora desde que tuve el accidente. Ni siquiera Marie me ha visto sin una camiseta que tape las cicatrices de todas las operaciones por las que pasé.
Me separo de él, veo sus ojos, veo ese deseo que antes decía. Sé que me desea no porque me lo haya dicho sino porque lo he visto varias veces, me siento segura con él pero no puedo dejar de lado todos mis miedo.
– ¿Me deseas incluso con las cicatrices de mis operaciones?
– Aura, te deseo con y sin ellas, te deseo en todas tus formas por quien eres y no por tu físico.- trago duro ante sus sinceras palabras.- Aura, te deseo por ser tú.
– Te deseo Asher.- digo perdiendo el miedo.- Mucho.
Él sonríe antes de poner sus manos alrededor de mi cintura y volver a besarme. Contesto a su beso hambriento, entrelazo mis manos detrás de su cuello. Siento como Asher me levanta de la silla como si fuese un peso ligero. Mis piernas caen muertas a cada lado de su cintura, él las sostiene mientras retrocede hasta llegar a la cama.
Asher me deja delicadamente sobre las sábanas y se quita la camisa que llevaba. Vuelve a besarme mientras mis dedos recorren su fuerte abdomen y sus pectorales. Suspiro en medio del beso, haciendo que Asher sonría, otra cosa que me encanta de él, su sonrisa. Asher comienza a besar mi cuello, arqueo levemente la espalda cuando una de sus manos se cuela por mi camisa y aprieta mi pezón.
Me quito la camiseta cuando Asher se levanta para admirarme, tengo suerte de no llevar sujetador hoy, es una prenda menos que tengo que quitarme. Asher vuelve a colocarse encima mía, me besa mientras sus manos recorren mi cuerpo. Mis manos también recorren desesperadamente su cuerpo hasta llegar al botón de sus pantalones. Sin mucha dificultad lo abro y bajo el cierre de la cremallera. No le quito los pantalones, meto mi mano por ellos y por su ropa interior. Nada más hacerlo me encuentro con su pene erecto. Sonrío al ver lo que provoco en el cuerpo de Asher. Él se sorprende ligeramente cuando lo aprieto para sentirlo un poco mejor pero sigue besándome. Una de sus manos acaricia una cicatriz de la cadera. Me tenso ligeramente pero no saco mi mano de su ropa interior.
Asher vuelve a pasar la mano por la cicatriz, deja de besarme los labios, baja hasta mi cintura besa y lame la cicatriz mientras sus ojos azules me miran como si fuera una obra de arte. Nunca me había sentido tan deseada como con Asher. Él deja mi cicatriz y besa todo mi abdomen hasta llegar a mis pezones. Saco la mano de su entrepierna y me agarro con fuerza a las sábanas y muerdo mi labio.
– ¡Dios Asher!
– ¿Te gusta?
– Umm.
– Esa no es una respuesta.- se detiene, me quejo con un suspiro.- ¿Te gusta preciosa?
– Si, joder, sigue.- pido desesperada.
Asher deja mi pezón derecho para darle atención al izquierdo, estoy tan concentrada en sus labios contra mi pecho que me pilla de sorpresa sentir dos de sus dedos en mi intimida. Gimo fuerte, menos mal que esta habitación está insonorizada sino me daría vergüenza pero no puedo evitar hacerlo. Asher juega con mi pezón y con mi clítoris.
Deja de jugar con mi pecho y saca su mano de mi ropa interior. Se incorpora, se quita la ropa interior junto a la ropa interior y luego se acerca a mí para hacer exactamente lo mismo. Asher se queda contemplando mi cuerpo desnudo igual que yo me quedo contemplando el suyo, tan perfecto que casi no me lo creo pero sé que todo es real. No estoy alucinando.
– Aura, eres hermosa. Creo que voy a desmayarme solo de verte.- me sonrojo por sus lindas palabras.- ¿Tengo tu consentimiento?
– Claro, haz lo que quieras. Tú eres el experto.
Asher vuelve a estar encima de mí, sonríe y me besa con delicadeza. Me deleito con el beso antes de sentir el pene de Asher entrando lentamente en mi humedad. Mi espalda se encorva cuando toda su virilidad entra en mí. Se queda quieto en lo que me acostumbro a su tamaño y después comienza a entrar y salir de mi interior.