Azrael: Redención Eterna (bilogía Arcángel - Libro ll)

Capítulo 56: El Filo del Juicio

El primer rugido no vino del cielo, sino de la tierra. Como si el corazón del mundo se partiera en dos, una grieta se abrió al pie de las colinas que custodiaban el campamento. De ella emergió un aire venenoso, espeso, cargado de la energía corrupta de los exiliados.

Azrael, Mikhail, Elías y varios de los guerreros más preparados se colocaron al frente. El pueblo, protegido por una muralla de luz invocada por los últimos portadores del Verbo, observaba en silencio, como si el tiempo se hubiese detenido.

—Ya no hay vuelta atrás —dijo Azrael mientras desenvainaba su espada celestial.

Desde la grieta, envuelto en un manto de cenizas y vapor negro, emergió Thamor.

El Forjador de Caídas arrastraba su martillo con un chirrido que parecía desgarrar la misma realidad. No habló. Solo levantó su arma y apuntó a Azrael como si fuera un juicio que debía ejecutarse.

—Yo me encargo de él —dijo Mikhail.

—No —respondió Azrael con voz firme—. Es mío.

El choque fue inmediato. El martillo de Thamor descendió con la fuerza de un mundo cayendo sobre otro. Azrael lo detuvo en el aire, sus alas extendidas por completo, brillando con la energía pura que aún fluía por su interior.

—Tu luz se ha debilitado —rugió Thamor—. No eres más que una sombra del guerrero que fuiste.

—Y tú eres solo un vestigio de lo que jamás comprenderás —replicó Azrael, impulsando su espada hacia el pecho del exiliado.

El campo de batalla estalló en una danza de fuego, hierro y luz. Cada golpe sacudía la tierra, haciendo temblar los cimientos del campamento. Isabella, desde la distancia, sentía el peso de cada impacto en su alma.

—Está luchando con todo lo que tiene —susurró.

Sophie, a su lado, la miró con preocupación.

—Pero Thamor no está solo… vienen más.

Y así fue.

Del cielo descendió una lluvia de sombras: criaturas deformes, engendros de los exiliados, monstruos sin alma que habían sido despertados por Sariel. Atacaron los flancos del campamento, obligando a los defensores a dividir sus fuerzas.

Elías lideró un grupo hacia el norte, donde las bestias avanzaban en masa. Cada palabra que pronunciaba con su don hacía retroceder la oscuridad, pero no era suficiente.

Fue entonces cuando un grito desgarrador retumbó entre los árboles.

—¡Los niños!

Una horda de sombras menores había logrado infiltrarse hacia el interior del refugio. Isabella no lo pensó dos veces. Con una lanza de luz que surgió de su mano por pura necesidad, corrió hacia ellos, escoltada por Sophie y dos guardianes.

Azrael, en medio del enfrentamiento, giró brevemente su mirada cuando sintió la alarma de su vínculo con Isabella. Pero en ese momento, Thamor lo derribó contra una roca.

—No protegerás a nadie, Azrael. Ni a ella… ni al que llevas en su vientre.

Azrael apretó los dientes. La luz alrededor suyo fluctuó, y por un instante, pareció desvanecerse.

Fue entonces cuando sintió algo.

No era fuerza propia.

No era poder celestial.

Era una vibración pura, nueva, inocente… y al mismo tiempo infinitamente poderosa. Desde el interior de Isabella, a la distancia, un susurro imperceptible recorrió el viento.

El vientre de Isabella brilló por un instante.

Y Azrael se levantó.

Sus alas se encendieron como nunca antes. La espada en su mano tembló, y el martillo de Thamor, por primera vez, pareció pesado en su mano.

—No estoy solo.

Con un grito que rasgó el firmamento, Azrael alzó su espada. Un rayo de luz pura descendió desde los cielos, impactando a Thamor con una fuerza que lo hizo retroceder varios metros. El exiliado cayó de rodillas.

—¿Qué has hecho? —preguntó con furia.

—Nada —respondió Azrael, con una sonrisa apenas perceptible—. Solo acepté que hay algo más fuerte que la venganza… la vida.

Y con un último corte, Azrael lo atravesó.

Thamor gritó, envuelto en luz, y desapareció en un estallido de fuego y sombras.

Pero la batalla apenas comenzaba.

Desde el sur, Lurien avanzaba. Nihama ardía en los cielos. Y entre los monstruos, una figura familiar emergía de las sombras…

Sariel.




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