— ¡Príncipe Iván! — la mirada de Trébol se fusionó con la del joven.
— Trébol, Boj, Tilo y Rafael — tenía una mirada triste — es un placer finalmente conocerlos.
El príncipe Iván había viajado desde lejos, pues su tribu, los Ibakrus habían sido atacados por el centro de investigaciones y habían sufrido varias pérdidas una de ellas había sido la de su padre, el Rey Oslen, quién murió peleando contra los hombres de Marcos.
El príncipe era joven, muy atractivo y esbelto, parte de su cuerpo tenía escamas que brillaban a la luz del sol.
Mientras el Mitsu se movía con rapidez, el príncipe nos contaba su historia, aunque ellos habían luchado con ferocidad la batalla había sido imposible de ganar. Habían intentado encontrar otra manera de hacer que el huevo no cayera en manos equivocadas, pero todo había sido en vano.
Los Ibakrus habían sido avisados de lo que estaba por ocurrir; pero el huevo no podía ser trasladado por lo que la única solución era defender el mismo.
— ¿Pero quién les avisó? — pregunté curiosa a lo que la cara de Rafael se iluminó.
— Sé quién fue — interrumpió antes de que Iván pudiese explicarme —pero no logro entender por qué ella los ayudaría.
— ¿De quién hablas? — toqué el hombro de Rafael que levemente se levantaba.
— Berenice, fue quién lo ayudó — me dijo esquivando un poco la mirada — así como intentó ayudarme a mí.
No tenía ni idea a qué se refería, pero pronto conocería la verdad.
Rafael estuvo contando su anécdota y al principio todos estaban muy molestos e incluso algunos lo insultaron porque estaban profundamente heridos ya que decidió ocultar el secreto de mi robo; sin embargo a medida que la historia avanzaba los chicos comenzaron a entender lo que había sucedido y que por supuesto él había obtenido el más horrible de los castigos. Aun así Trébol le guardaba algo de resentimiento.
***
En una esquina de la pequeña isla encima del Mitsu, Tilo se acurrucaba con Sábila, contándole toda la verdad sobre quién era, minutos antes le había pedido hablar a solas para decirle toda la verdad, lo que me hacía preguntarme que había pasado con ella. Quisiera ser una mosca para escuchar lo que hablaban, solo hasta la parte que me interesaba.
Habían pasado varias horas desde que estábamos encima de Mitsu, habíamos recorrido varios kilómetros, hacía tiempo que estábamos fuera de peligro; pero habíamos aguardado hasta que todos estuvieran completamente recuperados. Trébol se levantó y estiró los brazos, cada músculo de su cuerpo se tensó y se estiró al mismo tiempo que él lo hizo. Sus rizos, ahora más cortos, se movían ligeramente con el viento.
Se giró hacia mí y extendió una mano.
— ¿Estás lista? — me dijo y encontré su voz tan dulce y melodiosa como siempre.
Con todo lo que había sucedido no había tenido la oportunidad de hablar a solas con él.
— Estoy lista — le dije mirando sus ojos claros fijamente y regalándole una pequeña sonrisa.
Justamente habíamos escogido el momento perfecto para saltar del Mitsu, en ese momento se encontraba cruzando una laguna, así que aprovechamos y nos lanzamos al agua.
Iván y los demás Ibakrus fueron de mucha ayuda. Su habilidad para controlar el agua nos facilitó todo, así que llegamos sin problemas a la orilla.
— ¿Y ahora qué? — preguntó Boj escupiendo algo de agua.
Iván observó al Mitsu que se había quedado atrás, incorporaba algunas especies de peces en su ecosistema, así como jicoteas y algunos pájaros que había allí en la laguna.
— Ahora nos organizamos e ideamos un plan para atacar — anunció uno de los Ibakrus.
Un espeso bosque le hacía frente a la laguna, de allí salieron otros Ibakrus que parecían haber estado esperando por nosotros.
Iván nos presentó a todos, entre ellos había algunos notablemente distintivos como el chico que tenía algas en las orejas y ojos parecidos a una rana, su nombre era Froggie, al parecer le hacía honor a su físico. Por otra parte estaba Sharking, el chico que tenía una buena conexión con los tiburones. Globty un gordito muy divertido que podía lanzar espinas venenosas. Valeria, una joven que imitaba el sonido de las ballenas, se comunicaba con ellas y enviaba mensajes mentales así.
— Algo muy curioso que le sucedió al mar. — Comenzó a contar Iván cerca de fogata. — fue que a pesar de que la tierra estuvo mucho tiempo en completa devastación e infértil, el mar no perdió a todas las criaturas marinas. — Sonrió un poco al vernos a todos tan atentos a su explicación. A medida que Iván contaba todo parecía estar menos presente, como si mente fuera volando por las líneas del pasado. Mientras lo hacía creaba figuras de agua que contaban mediante imágenes la historia. — Dado a que es inmerso, aun después de la muerte del planeta y la contaminación de las aguas, muchos animales marinos sobrevivieron.También el huevo fue el responsable de que muchos sobrevivieran, pues cuando la contaminación de las aguas comenzó a atrapar a muchos de los animales, este creó una cúpula gigante que abarcó gran parte del océano, encerrando dentro a miles de criaturas, la cúpula llegó hasta la atmosfera y ayudó a cuidar a miles de criaturas marinas y algunas especies de pájaros.
"Todo esto se ocultó de la humanidad, cuando volaban cerca de la cúpula se creaban tormentas que alejaban a los aviones de la misma; sin embargo cuando Verde devolvió la naturaleza, parte del mar comenzó a limpiar sus aguas, los humanos se organizaron para hacer una limpieza de los mares y océanos, y después la cúpula simplemente desapareció un día dejándonos expuestos."
Iván seguía contando todo acerca de su tribu y en cuanto sacié parte de mi curiosidad me levanté y me dirigí hacia una de las cabañas improvisadas que habían creado los Ibakrus que encontramos aquí. Trébol intentaba descansar para retomar sus fuerzas.
— Trébol — entré algo tímida. — ¿ya estás mejor?