Azul es el cielo de tus ojos

Capítulo 7: Una canción de Navidad

—Sólo mírenla es una completa bebé durmiendo, abrazada a su almohada.

OÍ a Danielle entre risas mientras mamá le sugería que me dejara descansar un poco más, para finalmente irse de mi habitación, fue entonces cuando decidí revisar la hora en mi celular, eran las 10:00 a.m. me cercioré de si había algún un mensaje o llamada pérdida de Nathaniel, sin embargo, no hubo señal alguna, por lo que resolví que sería mejor alistarme de una vez. 

Una de las tradiciones de Navidad es regalar obsequios a los niños, sin embargo, nosotros enfocamos nuestra atención a aquellos que no disponen de los recursos, así que entre todos los vecinos organizábamos un pequeño evento y este año no iba a ser la excepción. Supuse que debían estar esperándome así que me dirigí a bajar la escalera, fue entonces cuando Danielle me vio y dijo: 

—Ah, pero miren quién llego, la bella durmiente ha despertado.

—Muy graciosa amiga —le contesté y antes de que ella pudiera emitir un comentario, me apresuré a introducir un pedazo de pan a su boca —, ¿por qué mejor no desayunas te ves un poco pálida?

Mamá solía divertirse con nuestras ocurrencias, pero fingía que no era así, fue entonces cuando manifestó lo siguiente: 

—Bueno, chicas basta de jueguitos, apresurémonos o llegaremos tarde. 

No deje pasar la oportunidad de preguntarle a Danielle sobre nuestro amigo en común, aunque no supo decirme nada más que lo posterior: 

—Ehmm no, para nada, es decir, luego de desearle feliz navidad como de costumbre no hemos vuelto a hablar, pensé que llamaría luego para venir juntos a verte, pero no fue así. 

Dudé unos segundos en si hablar o no de lo que había sucedido anoche, hasta que finalmente decidí hacerlo y empecé a explicarle mi entera preocupación.

—Yo tampoco he sabido nada él, anoche se pasó a casa de los Harris, hablamos un momento, aunque lo dejé solo un instante ya que mamá quería que la ayudará, para cuando había regresado, él ya no se encontraba ahí. Lucas solo supe decirme que su papá lo había llamado, pero no sé qué habrá sucedido. 

Empezaba a cuestionarme si esa había sido la mejor decisión, cuando escuché su reacción.

—¡Espera! ¿Nathaniel y Lucas en casa de los Harris? ¿Pero qué rayos sucedió aquí? ¿Y por qué me lo cuentas hasta ahora?

Fue entonces cuando llegó mamá y por primera vez en la vida, agradecía que ella interrumpiera una conversación: 

—Tal vez aún no encontraba la ocasión, pero ya tendrán tiempo para hablar de eso, ahora debemos irnos.

Cuando entramos al taxi que mamá había pedido, un silencio incómodo nos invadió, había olvidado contarle a mamá sobre Lucas, ella y yo somos muy unidas y siempre nos contamos todo, aunque "todo" para mí no incluye hablar sobre chicos, por lo que supe que tendríamos una peculiar conversación luego. El trayecto se hizo largo, pues Danielle parecía estar molesta, y no hablamos durante todo el camino. No fue hasta que llegamos que finalmente dijo:

—Oh, miren ahí está. —señalando el lugar que había sido perfectamente decorado, para todas las familias que vendrían hoy.

Nos bajamos tan pronto como pudimos, realmente se habían esmerado en hacer de este un día especial para todos, comenzamos a bajar los regalos que habíamos preparados y nos adentramos en el lugar para encontrar el árbol navideño.

—Pero qué maravilla—dije sin más. 

No podía evitar estar fascinada, y el hecho de que la nieve rodee casi todo el lugar le daba un toco especial a todo.

—Estoy de acuerdo contigo Eli, sin duda es maravilloso... o lo era—guardo silencio unos segundos mientras miraba hacia otra dirección —, pero ¿Qué clase de papá Noel es ese? No se lo ve muy ... ya saben ¿en crisis? 

Y mamá no puedo evitar reír, pero retomo su postura y expreso: 

—Jovencita es mejor ahorrarse esos comentarios no todos los tomaran de tan buen humor como yo.

—Está bien señora Sarah cerraré mi boca con candado –contestó ella e hizo un ademán en señal de que no emitiría más comentarios así.

Cuando finalmente logramos encontrar el árbol navideño, pusimos los obsequios que habíamos preparado, para que Papá Noel pueda entregarlos, de esta forma no se rompería el espíritu navideño de los niños. El tiempo empezó a transcurrir y cada vez más gente empezó a llegar, mis pies estaban cansados de estar de un lado para el otro ayudando; y mamá y Danielle no se sentían mejor que yo, a pesar de ello no nos detuvimos pues esto no se trataba de nosotros, se trataba de hacer feliz a alguien más, es decir, ¿no es de eso de lo que trata la navidad?

Me dirigía a llevar chocolate caliente a una de las mesas, pero supongo que mis pies se sentían muy débiles, y no pude evitar resbalar, sin embargo, unas manos me sostuvieron lo suficientemente a tiempo como para no caer, cuando me percate estaba ahí mirando a ¿Papá Noel? ¿Cómo sucedió esto?

—Es mejor que tengas cuidado jovencita, no quiero verme regalándote una silla de ruedas el otro año, JO, JO, JO -dijo.

Mientras yo lo miraba extrañada ante su chiste de mal gusto, me levanté y lo miré fijamente algo se me hacía extraño, reconocería esa voz en cualquier parte, sin embargo, con algo de duda pregunté:

—¿Nathaniel eres tú?

—No, está usted equivocada señorita —dijo mientras trataba de ocultar su cara, pero su intento fue en vano.

—Claro que lo eres reconozco tu voz y tus ojos te delatan—dije con una sonrisa de satisfacción como si hubiera ganado la lotería, y sus cachetes se tornaron rojos de la vergüenza. 

—Está bien, me descubriste—dijo Nathaniel haciendo un ademán como quién es capturado por la policía —, ¿Cuáles son los cargos que se otorgan? 

—TONTO—lo golpeé—¿por qué te fuiste ayer así sin más?

No logré oír ninguna respuesta de su parte por lo que volví a insistir:

—¡Hey, tierra llamando a Nathaniel! ¿es cierto lo que dijo Lucas? 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.