Azula & Joy

Capítulo 21 - AZULA

Cinco años después...

—No se suponía que Azula debe estar aquí —comentó un Raven de diecinueve años. Este se encontraba junto con toda la familia Derkins y su madre. Estaban todos vestidos de gala puesto que Azula abriría las puertas de su galería la cual tenía por nombre su firma Azula Derkins Gallery. Azula tenía exposición llama Cielo De Otoño, aristócratas, millonarias y artistas de todo el mundo vinieron a verla. Cada cuadro representaba los distintos matices del otoño, sus representaciones y su simbología.

—Lo cierto es que Cielo De Otoño es una exposición hermosa —comentó Susie —me parece increíble que mi prima haya hecho todo esto

—No es la profesión que hubiese escogido para ella —dijo Liberty —pero agradezco infinitamente que no haya caído en la desgracia

—Yo siempre fui consciente del talento que tenía mi nieta —agregó Harold

Aidan sacó su celular —le marcaré. Ya debería estar aquí

—Hazlo Aidan —le dijo Raven y en ese momento visualizó a Azula —No lo hagas, ya viene

Azula cruzó el umbral junto con la madre de Aidan, Lucy Derkins, y todos los presentes aplaudieron. Esta llevaba un vestido dorado largo de tiras, con una cola atrás, su cabello estaba recogido y las perlas lo adornaban. Azula esperó a que todos dejaran de aplaudir.

—Muchas gracias a todos por venir, honestamente estoy muy agradecida. Cielo De Otoño es mi primera exposición —los invitados aplaudieron —Así como expreso en mi libro El Arte Nos Llama "para esta profesión no hay que pensar tanto, sólo dejarse llevar". Agradezco a mis familiares y amigos por su apoyo constante, a mis padres, mis primos y mis tíos; principalmente mi tía Lucy —Azula tomó la mano de ésta —Por estar allí siempre y por supuesto a ustedes, Muchas gracias —Hubo un coro de aplausos y los meseros se aproximaron a servir champán.

Raven se acercó a Azula luego que todos la felicitaran y la abrasó —Estuviste grandiosa hermana —le dijo este mientras le daba un beso en la frente. Raven era mucho más alto que Azula —por cierto traté de leerme tú libro y me aburrió de sobremanera

Azula se echó a reír —Que malo eres. Estoy escribiendo otro, pero no es de arte ni nada es de literatura

—¿Y cómo se llama?

—Azula &... —en ese instante llegó su asistente, Jennifer.

—Señorita Derkins —la llamó.

—¿Qué pasa Jenny? —le dijo Azula mientras se apartaba de la multitud

—Hay un señor que quiere comprar Cielo De Otoño

Azula frunció el ceño —¿Todo?

—Sí

Cielo De Otoño no está en venta, Jenny. Ni medio cuadro

—Ya se lo dije, pero insiste en hablar con usted

—¿Quién es?

—Ese de ahí

Azula lo vio. Estaba de pie viendo un cuadro. Era alto-bastante alto- fornido, tenía el cabello negro y la tez blanca.

—¿Joy?

Azula se acercó al hombre lentamente.

<<No puede ser...>> dio un paso más.

<<Yo ya te superé>> Azula estaba detrás de él y su cabeza le llegaba a la altura de sus hombros.

<<Yo ya te olvide...>> el corazón de Azula latió deprisa. Él dio media vuelta y unos ojos azul índigo se posaron en ella.

Azula botó todo el aire que estaba conteniendo. El hombre se parecía a Joy pero no lo era.

—Buenas noches —la saludó. Su voz era grave.

—Buenas noches. Mi asistente me dijo que usted quería hablar conmigo

—Así es. Permítame presentarme —le dijo este mientras sacaba una tarjeta —Soy Darius Bedwyn

Azula leyó la tarjeta Gerente General de Bedwyn Corporation. Los Bedwyn eran unas las familias más ricas del mundo, ocupando el segundo lugar en la lista. Los Derkins estaban de número catorce.

­ —Azula Derkins. ¿En qué puedo ayudarlo señor Bedwyn?

—Quisiera comprar Cielo De Otoño pero me dijeron que no estaba en venta ¿Cuál es el punto de exponerlos sino tienen un precio?

Azula entrecerró los ojos —No lo tienen porque para mí valen muchos más que dinero, señor Bedwyn

El asintió —Entiendo

—Si usted desea algunos de mis cuadros, sólo tiene que pedirlo

—¿Me lo obsequiará?

—Por supuesto —los dos se quedaron mirándose un tiempo y Azula hizo sonar su garganta —¿C-Cuál le gustó?

—Ese de allí —Señaló el cuadro detrás de ella que consistía en una chica desnuda, flotando en un lago cubierta por hojas secas. Azul dio media vuelta, los descolgó y se la entregó. Él lo recibió y sujeto las manos de ella.

—¿Me aceptaría una invitación a cenar... mañana?

***

—¡No te lo puedo creer Azu! —exclamó Annetta Bocelli. Era su amiga desde que comenzó la maestría, la había conocido en el campus universitario. Esta era la administradora de Azula Derkins Gallery. Tiene veintiséis años, era alta, tez blanca, ojos azules y cabello negro liso.

—¡Darius Bedwyn es uno de los solteros más codiciados del mundo!-continuó Annetta mientras caminaba por todo el estudio de la casa de Azula que quedaba en las afueras de la ciudad.

—Bién por él —le dijo Azula mientras trazaba líneas con el pincel. Esta llevaba unos vaqueros, blusa blanca y una bata blanca encima.

—¿Dices que te invitó a cenar?

—Sí, para agradecerme por el cuadro

—¿y tú que le dijiste?

¿Me aceptaría una invitación a cenar?le preguntó Darius Bedwyn.

Ella lo miróNo

¿Por qué?

No quiero

Él se echó a reír —Vaya, que sincera es usted. Quiero agradecerle por el obsequio

No tiene por qué hacerlo

Él sonrió —Pero quiero hacerlo

Azula suspiró —Esta bién —le dijo ella mientras le daba su tarjeta —me gusta la comida árabe —y al decir esto se fue.

Azula sonrió ante el recuerdo—Le dije que no era necesario

—¡Azula Derkins! —exclamó Annetta con su habitual acento italiano.

—Luego insistió y le dije que sí —le informó mientras hacía trazos.

Annetta se tiró en el sofá —Azula Sei molto bella, Es lógico que un hombre se fije en una mujer como tu ¡Da Dio!



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En el texto hay: rosmeryah, azula, joy

Editado: 30.06.2019

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