Azulejo De Amor

Capitulo 9

Capítulo 9


 

Hoy eran uno de sus días donde mis nervios están a flor de pie, durante los últimos días me había concentrado en que todo estuviera en su lugar, no dejaba de ver el reloj que se encontraba en una de las paredes de la cocina - El señor está en casa señora - lo miro - su auto acaba de entrar a la propiedad.

Al escuchar eso salgo disparada a la sala, tomo un poco de aire, como siempre tengo que estar mentalmente tranquila para hablar con él.

Retengo la respiración cuando siento sus pasos acercarse a la puerta, aún no entiendo por qué sigo siendo vulnerable ante él.

- Estaba completamente segura que llegarías tarde hoy - con esas palabras lo recibo al momento de cruzar la puerta.

Su mirada cae sobre mí de forma acusadora, se quita su saco y se dirige con pasos lentos hacia mí.

-¿Por qué has pensado eso? - toca mi nariz con la punta de su dedo - tan mal padre me crees.

-La verdad si - lo miro fijamente, no dejando mostrar lo perturbada que es su presencia. 

- No has perdido la costumbre de asumir cosas - se acerca un poco más - eso está mal.

- De ti nada se espera, necesito que te comprometas, no nos pueden quitar a nuestro hijo.

Una sonrisa sin ganas se forma en sus labios rosados - todo va a salir bien, nadie va a sacar a mi hijo de su casa - su cuerpo se aleja de mí dándome el espacio personal necesario para poder seguir respirando y desintoxicarme de su aroma - Por qué no te tomas un vaso de agua, estás algo alterada.

Veo cómo su cuerpo se pierde en las escaleras y suelto el aire de mis pulmones que no sabía que tenía atrapado.

 - ¿Agua? Una copa de vino es lo que necesito.

Al ver que el reloj de la cocina dan las cinco de la tarde me preparo para que suene el timbre de la casa.

Mentalizándome parecer la dueña y señora de la casa salgo al encuentro con la trabajadora social.  

- La señora está por acá - aquella voz me indica que es hora de que empiece el show.

El sábado por la noche tiro mi cuerpo agotado en la cama, cierro mis ojos deseando que el tiempo pase mágicamente, anhelo el día que todo esto se acabe. El cansancio que estaba experimentando no era el habitual, en los últimos dos años me concentre en sobrevivir, trabajar para sobrevivir. Lo que sentía ahora era algo más emocional, y ese muchas veces llega a ser el peor de los cansancios.

Hacerle creer a esta mujer que Eros y yo somos la pareja perfecta ha sido más difícil de lo que imagine, mi cabeza ilusa había creído que por el hecho de haber sido pareja hace tiempo de algo iba a servir pero no. 

Dormir noche a noche al lado de él dejo de ser la mayor de las dificultades, lo que se convirtió en una pesadilla es mirarlo a los ojos, sonreírle, besarlo, abrazarlo y que al llegar la noche y estar los dos con la puerta cerrada de nuestra habitación, las mentiras, los malos tratos, el pasado todo sigue ahí, tan vivo.

Verifico que son las nueve de la noche, al menos falta menos para que se vaya ese radar con gafas de esta casa, me urge que se largue y poder gritar a Eros a mi gusto.

Aprovecho que el padre de mi hijo se fue a una importante cena de negocios según sus palabras para bajar la guardia, es justo que el frente de batalla que es esta habitación tenga un respiro.

 A Través de las cámaras veo que mi bebé está profundamente dormido y decido darme un merecido baño de espuma e irme a dormir posteriormente.

A las dos de la mañana lo único que me pasa por la cabeza es que no me importa, no me importa y no me importa, me da igual que ya sea de madrugada y el dueño de la casa no aparezca, es una burla a mi misma el estar perdiendo mis preciadas horas de sueño por él. Preguntándome por qué carajos no aparece.

Unas horas más tarde, después de dar mil vueltas en la cama, unos suaves pasos en el pasillo me alertan de su presencia. Siento como abre la puerta y la cierra de manera silenciosa, su aroma llega a mis fosas nasales, sus pasos lentos y precavidos hacen presencia en la habitación, por alguna razón el ambiente de la recámara cambia, ahora todo se siente pesado y no sé por qué eléctrico.

Puedo imaginarme su cuerpo caminando alrededor del espacio, ver en mi mente como entra al baño se lava su cara, los dientes, se quita la ropa, cosa que confirmo al escuchar como caen al suelo, me conozco su rutina la misma que tenía hace años es la misma que volví a descubrir en este tiempo.

Al hundirse el colchón al lado mío me quedo aún más quieta, su respiración se vuelve pesada.

- Sé que no estás dormida – su voz ronca en susurro se escucha unos minutos después - Puedo diferenciar tu respiración – no respondo – hemos dormido por años juntos Bonnie, es más, puedo sentir tus ganas de gritarme y reclamarme algo que ni siquiera sabes qué.

Me pone de mal genio que el imbécil este me conozca tanto - vamos Bonnie - sigo sin hablar - estás despierta.

Planeo quedarme lo más quieta posible, pero siento como una de sus manos se apodera de mi brazo y me jala hasta quedar frente a él.

- Brusco… - 



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En el texto hay: bebes, amor, odio amor

Editado: 12.11.2022

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