Azulejo De Amor

Capítulo 18

Capítulo 18 




 

Desde que enterré a mi padre se me han prendido las señales de alarma en mi cabeza, nada está bien, estoy segura de que hay algo que no sé, y eso involucra tanto a mi padre muerto como a mi esposo.

Enterarme algo directamente de la boca de Eros es imposible, por ende he planeado un plan tan malo, pero tan malo que puede funcionar.

—No me puedes decir que no Ashton — lo amenazó —me debes la vida entera, tú me lo presentaste, que no se te olvide.

Espero que hacerme la víctima funcione, que le traicione a su amigo es otro imposible, pero pretendo usarlo a mi favor. 

—No, no seas sínica Bonnie, cuando te vi por primera vez en esa conferencia en tu colegio hace tantos años — se queda pensando un rato — Cuantos son ya ¿Diez?, solo tenías dieciséis años, me inspiraste puras cosas buenas, veía en ti unas ganas de salir adelante, de trabajar, de amor por la vida cosa que yo había olvidado. Y cuando paso todo lo de tu madre. Quedaste desamparada, por eso cuando cumpliste los dieciocho te traje aquí, solo quería ayudarte, creí que merecías lo mejor del mundo, pero no me imaginé que al traerte acá te ibas a meter con el dueño del letrero.  

—No me hagas ver como una arribista — me quejo — nunca quise conquistarlo, yo no me le acerque, puedo decir que fue él el que me envolvió a mí. En fin le he aguantado tanto a tu amigo que me merezco saber toda su historia.

— ¿Por qué no se las preguntas tú? Después de todo entre ustedes hay más confianza.

— Óyeme jamás me habías hecho un comentario subido de tono — volteo los ojos — Entre él y yo no hay confianza, en ese tipo de confianza quiero decir y en ningún otro.

— ¡Por favor! — se cruza de brazos —¿Nunca te has acostado con él? — su ironía me hace voltear los ojos — Claro a Ángel te lo hizo de telepatía.  Los he visto teniendo sexo.

—Ashton… —se me suben los colores a la cara recordando ese bochornoso día.

—Me traumaste… —continúa — desde ese día siempre toco las puertas y grito antes de entrar.

—Quiero decir ahora no hay nada, solo Ángel.

—No intentes meterme los dedos a la boca, no se van a la cama solo a dormir —suspira —. Bonnie, tú no lo conoces de ayer, son años ya en esta relación de ustedes llena de sufrimiento, si tienes el valor de volver a entregarle tu alma y tu cuerpo después de todo lo malo, también deberías de tenerlo para hablar con él.

—Te estoy preguntando a ti.

—Cariño en esto no me puedo meter —lo miro con pena — Te voy a decir a algo que ni tu misma sabes. Eres su debilidad, siempre los has sido — Alza las manos — Aprovéchalo. De resto no tengo nada más que decir.

— ¿No tienes nada más que decir o no puedes decir nada?

— Dios mujer — me agarra de las manos — no puedo hablar — me mira de tal forma que me dice que quiere decirme algo — Bonnie eres la esposa, eso te da potestad y autoridad, si quieres meterte de lleno en esto debes de llenarte de fuerza — se pone de pie — él no sabrá que has intentado sacarme las tripas. 

Sin decir nada más sale por la puerta, cerrándola lentamente, dejándome en la Oficina de Brenda.  

— Claro que le va a decir - la voz de Brenda hace eco al salir del baño donde estaba escondida. 

— Lo sé - le digo - eso hace parte de mi plan, quiero que lo ponga en aviso que le diga que estoy preguntando por su vida - mi mente está hecha un embrollo - quiero saber todo, más aún de la vida que tenía cuando estábamos juntos y jamás me mostró - la miro - Que se ponga en alerta; porque así puede cometer errores.

— ¿Estás segura de lo que haces?  

— Nunca he estado más segura de nada en mi vida Brenda, necesito saberlo todo, quiero y debo entenderlo - la miro - gracias por ayudarme, sé que lo amas y no es fácil para ti hacer cosas a sus espaldas.  

— Lo amo tienes razón, es mi hermano al igual que Ashton, pero la ha cagado tanto contigo y con la vida en general… No merecías la vida que te dio.

Mis ojos sé llenan de lágrimas —No lo merecía — sonrió melancólica — él era mi vida entera, creí que era lo único que me quedaba.  

Ella me abraza – En algo tiene razón, mi hermano Bonnie eres su esposa, ocupa tu lugar, eso nos dará ventaja en esta guerra con Eros… demuéstrale que eras más fuerte que él. 

— Fuerte… Él me enseño a hacerlo, no me dejó más alternativa.

Cada uno de los momentos vividos a su lado desde el comienzo estuvieron llenos de cosas nuevas y bonitas, pasando con tantos momentos malos que hace que los buenos nunca hayan existido hasta el nacimiento de Ángel, todo ese camino estuvo lleno de baches que me hacían caer una y otra vez sin tregua. Pero todo eso me llevó a aprender a levantarme. 

 

— Vámonos - me saca Brenda de mis pensamientos.  

— A dónde - le pregunté curiosa. 

— A ocupar tu sitio.

Pasamos una tarde sumamente agotadora, nunca me imaginé que gastar dinero llegue a ser tan agobiante - Brenda no va a entrar un vestido más en el clóset. 



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En el texto hay: bebes, amor, odio amor

Editado: 12.11.2022

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