Azura Mundo de cristal

Capítulo 2º Cambios.

Pero no todo quedaba así en Drea, invadió más terreno en el norte de la ciudad, donde construyó un gran edificio vallado con unas verjas electrificadas y muchas cámaras de seguridad, construida sobre un gran terreno.

Las mujeres no fértiles al igual que los hombres, los retiraba a un edificio aislado, esas personas eran las limpiadoras de todos los despojos y basuras.

Ese nuevo edificio de cemento gigante y sin ventanas era un centro de incubación y acondicionamiento donde se obtenía una sociedad completamente perfecta, donde desaparecería la vejez, las enfermedades, creando a unos seres iguales y perfectos.

Allí había muchísimos trabajadores con unas batas blancas y unos guantes, un gran cuarto enorme con muchísima luz, era el cuarto de Fecundación. Allí estaban las provisiones de óvulos a la temperatura adecuada, donde se formarían seres de una nueva generación.

Realizaban un estudio de un ovulo el cual se segmentaba y se reproducía, creando cien seres humanos iguales, perfectos, estaban denominados por nombres y colores, los Real de blanco, se encargaban de labores, de vigilancia por los pasillos, los Tilos vestidos con trajes verdes a trabajar en la vigilancia y mantenimiento de los óvulos, los Manur con traje negro se encargaban del traslado de los recién nacidos a las capsulas, estos eran los que salían con menos inteligencia.

Y los Mopar con trajes azules, perfectos y muy inteligentes, dotados de mucha fuerza, los que llevaban a cabo el proceso cuando los seres ya tenían un mes de vida, introduciéndolos en unos tubos de ensayos enormes, siguiendo un procedimiento, para después crear grandes seres, pero sin sentir, sin tener madre, ni familia, seres perfectos que acatarían y harían todo para lo cual se les había creado.

Cuando tenían una edad adulta eran enseñados a hacer ejercicios diarios, corporales, de lucha, para tener unos cuerpos perfectos, tener una defensa, no sentir dolor.

La deforestación, la lluvia ácida, el cambio climático, cielos grises y contaminados en los que no hay el menor asomo de vegetación., todos los valles y bosques verdes, no quedaba a penas sombra de lo que un día había sido Drea, todo estaba cambiando, ya no era un buen lugar para vivir, pero no se podía escapar de él, la presión de un sistema que les robaba su individualidad, y los mantenía atados de pies y manos, momentos que se perdían como lágrimas en la lluvia, bocas que son mudas porque no se podía hablar.

Drea fue dividida entre la población sometida a las nuevas leyes y normas, a sufrir la perdida de sus seres, las mujeres a ser vientres continuos de creación, los niños a sufrir operaciones al quitarles sus órganos, a no tener vida, estando vivos, y la nueva población de seres que se estaban creando a la semejanza que imponía el líder, un líder con ansia de poder, donde quería tener el pleno control, sobre cualquier ciudadano de Drea

Quería tener el control de una nueva vida.

Los ciudadanos de Drea, están conformes con llevar esa vida, aun sabiendo que es una lucha diaria, una vida imperfecta.

Yo Azura no quiero someterme a esa ley, voy a luchar contra ella, aunque me cueste la vida, porque no quiero estar en ella, no admito este tipo de trato humano, donde unos lo pierden todo, y otros sin hacer nada lo ganan.

En el instituto Biológico trabaja Cillian , es un chico de mi edad, el cual me han presentado, para que tenga descendencia con él, ya que a la mayoría de edad las mujeres tenemos que procrear para el líder, ya sabe que estoy totalmente en desacuerdo con lo que Armadus ha impuesto a la población de Drea.

Hemos quedado esta tarde para hablar, me ha dicho que tiene algo importante que contarme, no lo conozco muy bien, pero aun así me arriesgare, él me ha contado todo lo relacionado sobre el edificio de Fecundación.

Es curioso como pasan las cosas, un día estás haciendo algo tan simple, pero muy importante y al día siguiente estas en un callejón sin salida.

La vida cambia de un día para otro, yo espero poder cambiar la vida de Drea, de la mejor manera que pueda, este es mi desafío y espero llevarlo a cabo, está desde hoy es mi lucha.

La lucha por devolver la libertad a una ciudad invadida, donde los ciudadanos son cobayas de laboratorio y la vida a Drea, una ciudad totalmente devastada, donde el escenario es calles destrozadas, gente deambulando abandonados a su suerte, donde antes había grandes bosques, ahora hay grandes muros de hormigón con extrema vigilancia y seguridad, muros que nos esconden la verdad...

 




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