Azura Mundo de cristal

Capítulo 14º Los pilares

Vamos caminando, miles y miles de kilómetros se quedan bajo nuestros pies, montañas que dejamos alejadas y otras nuevas, por las que continuamos nuestro camino, un viaje muy lejano, pero que nos llena de energía positiva y nos hace continuar cada día con más ganas.

—¡Descansaremos aquí! ¡Los pequeños están cansados!

—¡Nosotros, nos acercaremos al rio! Acomodaros mientras tanto.

—¡Vamos mujeres, haremos una hoguera! Entraremos en calor

—¡Lo que nos hace falta, es un buen baño Azura! El agua del rio esta helada ¡seguro!

—¡Si, esta helada! Pronto llegaremos a la aldea ¡no falta mucho!

—¡Mia, ayúdame a buscar leña! ¡No tardamos!

—¡Esta bien, Azura! No os separéis mucho, ya está anocheciendo.

—¡No, os preocupéis! ¡Cuidado, con los pequeños!

Mia y yo, vamos a por leña, mientras las demás mujeres del grupo acomodan el suelo, ponen las mantas y las mochilas, nos quedaremos a pasar la noche, en esta parte de la montaña, tiene grandes paredes rocosas altas y nos dará cobijo.

Los hombres han ido hacia el rio, no muy lejos, a pescar algún pescado para cenar, o algún cangrejo, todavía me quedan latas de atún, embutidos, y chocolate, que nos dio Diva.

—¡Ayudarnos, traemos, buena leña! ¡Con esto tendremos bastante, para una gran hoguera!

—¡Estupendo Azura, sois geniales! ¡Quien tuviera, vuestra juventud!

—¡Encendamos, una buena hoguera, mientras llegan los hombres!

—¡Mirar, llevo latas de legumbres! No me había dado cuenta ¡las calentaremos!

—¡Genial, que buenas! Cogeré una lata, que llevo en mi mochila.

Preparamos una buena hoguera, enorme, habíamos traído bastante leña, unos troncos muy buenos y grandes, nos llegaría de sobra para pasar toda la noche, aun así, en la madrugada todavía tendríamos la hoguera, para preparar algo de café caliente.

—¡Bueno, que sorpresa! ¡Un par de conejos!

—¡Si, hemos tenido suerte! ¡Y ...esto, son un par de truchas!

—¡Vaya! al menos la cena, hoy va a ser buena...

—¡Pelaremos los conejos! Vosotras podéis ir preparando las truchas en la leña.

Preparamos las truchas y acto seguido, los dos conejos, y las legumbres que habíamos calentado, que bien nos sienta la comida caliente, nos reconforta, entre tanto los hombres y mujeres hablan del pasado en Drea, de sus vidas, de sus buenos momentos allí, imaginó, que les costara olvidarse del pasado, mientras no vivan un presente tranquilo y sepan cómo se les presenta el futuro.

En cuanto a mí, sigo siendo la misma, vivo en mi silencio, no soy muy comunicativa, solo lo justo, pero ya llevamos tiempo haciendo esta gran travesía, y todos ya saben cómo soy.

Distante, pero colaboradora, silenciosa pero efectiva...

La cena esta buenísima, a los pequeños les encanta el conejo, de premio, les doy un trocito de chocolate, luego enseguida caen rendidos de sueño, los admiro porque son tan pequeños, no merecen vivir, lo que están viviendo, por culpa de ese miserable y ruin, de ese odioso ser.

La noche cae sobre nosotros, hay una niebla densa y fría, un frio que se mete por los huesos y cala hasta lo más profundo de nuestro ser.

Y de repente te das cuenta que no tener ciertas personas en tu vida, no es tan grave, sino saludable.

Me aleje de ese ser, al que, oído profundamente, ese líder que llego para trastocarnos la vida, para destrozarnos, pero también de mi padre, al cual no reconozco y no me siento mal por ello, tal vez no tenerlo en mi vida, es mejor, aunque me duela.

No puedo fingir, que todo es perfecto mientras me desmorono, pues amo a mi madre y hermanos, pero odio a mi padre al ver, en el tipo de ser que se ha convertido.

Al marcharme de casa y dejar aquella nota llore mientras me preguntaba una y otra vez ¿por qué?, mientras trataba de volver a aquellos momentos donde era feliz de verdad. Lloré, sentí rabia, coraje, tristeza, impotencia y mucha soledad...

Lloró y me abrazo a mí misma, bien fuerte tratando de consolarme.

Me duermo con lágrimas en los ojos de esas que caen por las mejillas y tienen sabor a corazón hecho pedazos. Lloró demasiado y supongo que cada lágrima al día de hoy me ha hecho un poco más fuerte, y más luchadora.

Lucho y lucharé cada día, hasta que no pueda más, de momento doy todo lo que puedo de mi parte, por ser una guerrera, una parte de mi ha dejado atrás a Drea, siempre será bonito recordar el lugar donde nací y pase mi infancia, por otra parte, empezar de cero será una nueva etapa en mi vida que espero, me brinde un futuro mejor.

Solamente así pude llenarme de valor y prepararme la mochila al dolor, y no, no fue nada fácil, pero era más difícil caminar con el rencor...

Y ahora por ahí voy apostándole a la vida, regalando mi sonrisa, renaciendo cada día, dando lo mejor de mí....

Recuerda que en invierno los árboles tampoco tienen hojas, frutos y flores, el cielo es gris y las noches frías...

En primavera los árboles tienen hojas, tienen sus flores y dan su fruto, así como el cielo azul y el asomar de los rayos de sol...

Así vivo mi vida en un viaje gris y oscuro, deseando llegar a ese lugar que será la luz de mi vida...

 




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