Azura Mundo de cristal

Capítulo 17º Cercanía

Por fin divisamos la aldea de Tananta, donde vive la hermana de Diva, ahora podremos darnos un baño, y descansar bajo techo.

Se ve una aldea pequeña, tiene una avenida muy bonita y sus casas son preciosas, me dirijo a la que más flores tiene, por la dirección que me dio Diva. la de los grandes rosales en su jardín.

Me acerco a la puerta y toco el timbre.

—¡Hola, me llamo Azura!

—¡Hola, bienvenidos a mi casa!¡Pasad dentro, por favor!

Entramos todos a la casa, que tenía una decoración exquisita, el olor a estofado, se mete por la nariz, la boca se me hace agua,

la temperatura en el interior es suave, y el sonido de la música se envuelve en mí, y me traslada a un momento de serenidad.

—¡Tengo dos baños, uno aquí y el otro en la segunda planta, podéis alternaros y daros un buen baño, antes de comer!

—¡Claro, señora! —contesté.

—No, me llames señora, me llamo ,Vadi.

—¡Encantada, Vadi!

—Vamos, iremos al baño, por turnos grupo, aquí abajo hombres y arriba mujeres, así terminaremos antes.

—¡Esta bien, Azura!—Dijo el herrero.

—Mientras se van bañando, ¿la puedo ayudar en algo?

—Bueno, me puedes ir ayudando a poner la mesa jovencita.

—Me parece, bien.

—¿Y a donde vais? ¿Venís de muy lejos?

—Venimos de Drea una ciudad, que ha sido desbastada al entrar un nuevo líder al poder, y nos dirigimos hacia Ekero donde vamos a formar nuestro nuevo lugar para vivir, allí nos están esperando.

—¿Y tú, familia? ¿Vienen contigo?

—¡No! Ellos están en Drea, pero volveré a por ellos, en cuanto deje a estas personas en Ekero.

—Ahora mismo, vendrá mi marido y mis dos hijos, ellos están en el campo, tenemos ganado y tierras de siembra.

—Es una aldea muy bonita, y tranquila.

—Si, aquí vivimos muy bien, no es una aldea muy grande y nos conocemos todos los vecinos.

—Drea era una ciudad, grande y prospera, con mucho trabajo y vivíamos muy bien, nada más llegar el nuevo líder, todo cambio, ahora está abandonada y desolada, con institutos biológicos donde se crean nuevas vidas, seres humanos perfectos y con tecnología.

—¡Oh, cuanto lo siento! El dirigente que manda aquí en Tananta, nos cobra un impuesto, por nuestro ganado y otro por nuestras tierras, pero nos defendemos muy bien, y todos vivimos muy tranquilos, el mantiene la aldea, limpia con parques para los niños y jardines y una buena escuela, y no falta el trabajo.

—¡Oh! Ya estáis aquí, pequeñines, no tienen familia, lo han perdido todo, espero encontrarles una familia en Ekero.

—¡Que lindos! ¿Y no, tienen ningún familiar?

—¡No! Están solos, espero tener suerte, y dar con una buena familia, que los quiera, tienen tres añitos.

—¿Son, hermanitos? No se parecen...

—¡No! No son hermanitos, solo están viviendo la misma experiencia, ambos no tienen padres ni familiares, que se hagan cargo de ellos.

—Bueno... ¿Me los podría, quedar yo? Aquí no les faltara nada y tendrán un buen hogar, y una familia y además no tendrán que separarse. La casa es grande tengo, cinco dormitorios.

—¡Por mi seria, perfecto! Solo deseo que tengan una buena familia, Yo soy muy joven, no me puedo ocupar de ellos.

—¡Podrás visitarlos siempre, que quieras!

—¡Vale, a mí me parece, muy bien!

—¡Pues, decidido, se quedan a vivir conmigo y mi familia, mañana les compraré ropita y calzado!

—¡Que alegría! Estoy muy contenta, aunque al despedirme lloraré seguro, pero sé que van a estar, muy felices aquí.

—¡Ellos se llaman, Thay y Otto.

—Bueno... ¿Qué nombres, más bonitos!

Al cabo de un rato, todo el mundo está limpio y aseado, ya está colocada la mesa, una gran mesa ...

Falta su marido y sus hijos.

Al cabo de cinco minutos llegan, Vadi , nos los presenta, él es alto y muy fortachón, con unos brazos enormes, una gran espalda y muy moreno, sus dos hijos de quince años, son como dos gotas de agua, no sabes quién es quién...

Son altos como su padre y de cuerpo corpulento, gran espalda y unas manos enormes, que se nota que trabajan en las tierras, su piel esta curtida de darle tanto el sol, en el campo.

—Antes de nada, quiero dar una noticia, en especial a mi marido y mis dos hijos, y luego al resto de personas que hoy nos acompañan y con los cuales vamos a pasar un día estupendo.

—¿Qué es lo que pasa, cariño? —Dice su marido con mirada extraña.

—¡Nos quedamos, con estos dos pequeños! Así lo he decidido...

—Bueno... ¡Pues ahí, que celebrarlo ¿no creéis? Esta mujer nunca dejará de sorprenderme, es puro corazón, por eso me casé con ella.

Es un gran momento, la familia de Vadi , acepta con los brazos abiertos, a los dos pequeños, todas las personas del grupo felicitan a la familia, con abrazos y entre aplausos.

Para mí, es un momento, que me llena de felicidad, estos pequeños ya tienen familia, una nueva, vida, ya tienen un hogar, y yo sé que, van a estar muy bien cuidados y no les va a faltar amor.

Ojalá a lo largo de mi vida, me encuentre muchas personas, como estas...

 




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