Azura Mundo de cristal

Capítulo 18º Magia y vida.

La comida se ha convertido en una gran fiesta, hemos comido una riquísima sopa de pollo, y un estofado de ternera buenísimo, un plato de verduras echas a la plancha y una buena ración de patatas fritas. De postre hay todo tipo de fruta en una bandeja.

Y, para terminar, un buen café con leche calentito y unas pastas de té.

La familia es muy acogedora, están pendientes en todo momento, que estemos a gusto y no nos falte de nada.

Esta noche, vamos a dormir, cubiertos con mantas, bajo techo, y en silencio y con, el, estomago bien lleno.

Mañana seguiremos, el camino, ya es la última ruta que nos queda, aún por andar, pero ya queda menos, en nuestro recorrido dejamos atrás a panadero, viviendo con Diva, una mujer encantadora, y aquí, se quedan los dos pequeños, a vivir con esta gran familia.

Me quedo tranquila y me siento bien, por fin las cosas son, como tienen que ser, y estos pequeños se merecen tener esta suerte.

Me asomo a la ventana, ya es tarde, todo el mundo duerme, las calles están vacías, no hay ruido, solo las estrellas iluminan el cielo,

A pesar de todo lo que estoy viviendo, la vida es bella y tiene buenos momentos, algunos transmiten magia, otros tristeza, y en estos momentos la vida, me transmite esperanza.

—¡Hola Azura !Veo que tú, tampoco duermes.

—¡Hola, Mia! Lo mío es normal, hace mucho tiempo que no duermo bien.

—¡Que noche, más bonita!

—¡Si, a mí me encanta! Me apasiona mirar las estrellas...

—¡Ya nos falta poco, para llegar! ¿Qué harás, luego Azura?

—¡Yo regresaré, de nuevo!

—¿Regresaras, a Drea? ¿Pero te cogerán? ¿Acaso, no sabes que te estarán buscando?

—¡Tengo, que regresar! Dejé a mi madre y hermanos allí, tengo que volver a por ellos.

—Pero... ¡Es muy, arriesgado!

—¡No, me importa! Tengo que recuperarlos, para ello tengo que volver, aunque sea peligroso ¡MI vida, a cambio de la de mí familia!

—¿Y sino, lo logras?

—Al menos lo abre intentado, sino lo intento...No seré feliz el resto de mi vida.

—Pero, sabes que Armadus es cruel.

—Si, lo sé ...Pero yo nunca, me he dado por vencida en nada.

—Si, me das envidia, eres una chica luchadora, y te sabes defender muy bien.

—La vida, te da golpes, de ahí aprendes, y te haces dura, no queda otra que, luchar o morir. ¿Tu, que harás?

—No, lo se. Estoy sola en el mundo, no tengo familia, pero tenía que salir de Drea, no puedo ver todo lo que pasa, con la gente.

—Algún grupo, habrá de mujeres y de chicas de nuestra edad, seguro, que haces alguna amiga.

—¡Eso, espero! Tener suerte como los pequeñines.

—¡Si, y me alegro por ellos! Ahora tienen una familia fantástica.

—¡Cierto, yo también me alegro por ellos, los voy a echar mucho de menos!

—Claro, los has cuidado mucho, cada día. Han estado muy a gusto contigo, en un futuro serás una buena madre.

—¡Eso será, en un futuro, muy lejano Azura !

—¡Por supuesto, mujer! No te estoy diciendo, ya mismo jajaja.

—Bueno, me voy a la cama, al menos si no, me duermo, me descansaran los pies.

—Yo, me quedaré un rato más...

—¡Buenas noches, Azura!

—¡Buenas noches Mia, que descanses!

Así me quedo, contemplando nuevamente las estrellas, que me hacen compañía, y la ligera brisa de la noche sobre mis mejillas acariciándome la piel, y con los pensamientos puestos en mi madre, y en mis hermanos, con un sin fin de preguntas, que no tienen respuestas.

Pero ... ¿Qué puedo hacer? Me pregunto cada día, a mí misma.

Solo rezo cada día, para que se encuentren bien, y estén fuera del alcance de Armadus.

 




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