Azura Mundo de cristal

Capítulo 22 º Batallas

Necesito...

Gente que construya la historia, y no que se deje vencer, bajo las influencias de personas que se creen superiores, y no se dejen arrastrar por los acontecimientos.

Más corazones desarmados, en un mundo lleno de guerras. Dónde todo está viniéndose abajo.

Espíritus fuertes para un siglo de mediocridades.

Mas trabajadores y menos personas que critiquen. Más personas que pongan sus manos y sus fuerzas a favor de la lucha y de defendernos, más espíritu y no tanta cobardía

Más ciudadanos que digan

: "Voy a hacer algo"

y menos que se contenten con:

"Es imposible".

Un número mayor de audaces que se lancen al fondo del problema para resolverlo, y un número menor de fatalistas acomodados en la omisión.

Más gente que almacene esperanza, y más energía positiva y no tantos frustrados que acarreen toneladas de desánimo.

Más rostros sonrientes y menos frentes nubladas.

Más compañeros bien asentados en la realidad y menos soñadores pendientes de ilusiones pasajeras.........

Soy joven e inexperta, pero no me doblego ante los que se consideran más grandes y más fuertes que yo, por ser joven y encima ser mujer, a mis dieciocho años he tenido que madurar y pensar con la mente fría, y hacerme más adulta y afrontar las situaciones por las que estoy atravesando.

Lo poco que echo en falta son recuerdos y no están a la venta en ningún catálogo.

Me falta una ducha con presión, toallas suaves y sábanas blancas.

Agua clara, aire limpio, relativo silencio.

Amor, familia y algunos cómplices con los que compartir proyectos.

Me falta la vida que he dejado atrás ...pero no me doy por vencida y continúo caminando hacia mi destino, sin saber lo que me voy a encontrar a mi llegada.

En tiempos agitados siento cierta sensación de tranquilidad o, por lo menos, de estabilidad.

Me falta agua bien fría a mano, salud resentida por vivir a la intemperie, sin un techo donde cobijarme y me falta apetito.

Disfruto de una vida sin techo, sin mesa de comedor, ni

zapatos, ni calefacción y un sinfín de aparatos que se enchufan.

Me faltan todas las comodidades del mundo, aun así, sigo luchando, y no me dejo vencer, aunque ya tengo los pies destrozados, y doloridos de tanto caminar, por suelos rocosos, cruzar riachuelos helados, pasar calor agobiante entre montañas.

No es cierto que el tiempo pone a cada uno en su lugar.

Es el azar el que decide y a mí me ha colocado en un sitio y en un momento, donde no me gusta estar.

Vivo entre montañas, en las que otros sueñan con pasar unas horas, haciendo su deporte favorito, escalar...

No tengo agua corriente, cuenta corriente, corriente eléctrica

y otras cosas corrientes que en la mayor parte del mundo son extraordinarias, y que, en mi ciudad, están siendo devastadas.

Mi pesadilla recurrente es despertar y descubrir que mi suerte es sólo un sueño.

Amanecer en cualquier sitio diferente cada día, pensando en un futuro mejor, en una vida normal, donde echare mis raíces, sin saber muy bien el futuro que me espera. Me gustaría casarme y tener hijos en un futuro, pero me duele pensar en un futuro incierto, donde mi vida pueda ser una pesadilla real.

No ver crecer a mis nietos.

Que me quiten mi casa.

No poder valerme por mí misma.

Verme obligada a pedir.

Vivir lejos de la gente que quiero. cómo me ocurre ahora mismo en este presente que vivo.

Estar atada desde niña a un fusil, vagabundeando caminos.

Embarcar a mi familia en una aventura, atestada de refugiados.

Conformarme con sobrevivir.

Supongo que un día me di cuenta de que mi mayor regalo es disfrutar de lo que ya tengo.

Doy gracias por tener la fortuna de ser consciente de ello.

Y de ser, quien soy ...

 




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