B. D. M (biblebuild)

CAPÍTULO 7: |"Viaje en limusina"|

Desgraciadamente, de camino a casa, Bible vislumbró el enorme cartel de una pequeña tienda donde anunciaban la fabulosa oferta de cuarenta Tupperware por cien dólares.

—Entremos —ordenó.

—¡Tú estás loco! —se quejó Build, cargado con gran cantidad de bolsas.

Tenía los dedos entumecidos por el peso y le dolían las manos.

—Luego agarramos un taxi —objetó él, al tiempo que sus correspondientes bolsas en mitad de la calle—. Necesito esos envases para administrar mi comida.

—¡No, no hagas eso Bible, por Dios! —gritó Build, pero fue demasiado tarde. Bible le había sacado varios metros de distancia y se dirigió a una velocidad descomunal hacia la tienda, como si fuese una droga para él.

Salió poco después, cargado con dos cajas de cartón y una tonta sonrisilla surcando su rostro. Gracias a la compra de última hora, llegaron a la conclusión de que no podían continuar su camino con quince bolsas de comida y aquellas enormes cajas de cartón que parecían a punto de reventar.

—Pero ¿qué has hecho, tonto?

Bible lo miró con una cara extraña: algo de pena mezclada con un deje de profunda satisfacción.

—He visto la oferta y no he podido resistirme —explicó, orgulloso—, además, ¿dónde piensas que va a caber toda esta comida? Claro, ¡es verdad! Podríamos utilizar tu cuarto como despensa, yo creo que hasta parecería más ordenado; y como el suelo es tu ropero, el armario queda completamente libre para guardar alimentos —dijo, con gesto reflexivo imitando a uno de aquellos filósofos de la Ilustración.

—¡No puedo creer que estés hablando en serio! —explotó —. Eres tú quien ha ocupado mi casa, un inquilino indeseable. Lo más normal sería que utilizases tu habitación, y vaciases tu ridículo armario lleno de cajas de bastoncillos para los oídos, cremitas para la cara y potingues y medicamentos varios —replicó Build.

Bible abrió la boca para protestar, pero Build le interrumpió dirigiéndole una mirada que cortaba la respiración.

—Cogeremos el autobús —anunció Build dirigiéndose hacia la parada que tenían a apenas tres metros de distancia.

—¿El autobús? —preguntó Bible intrigado.

—Sí, ese coche grande, con ruedas, que lo maneja un conductor... —explicó Build.

Bible sonrió orgulloso.

—¡Ah! Yo tengo uno de esos, pero nosotros lo llamamos «limosina» —aclaró contento.

Build le miró consternado. ¿De verdad Bible hablaba en serio? ¿Era cierto que jamás había entrado en un supermercado y ni siquiera tenía claro lo que era un autobús? Build preguntaba en qué mundo se habría criado aquel excéntrico muchacho; desde luego, en ninguno demasiado realista.

Decidió aprovechar aquella oportunidad.

—¡Oh, sí, sí! Es eso, una especie de limosina, pero más popular —le dijo, deseoso de ver su reacción cuando el autobús parase frente a ellos.

—¿A qué te refieres con eso de «más popular»? —Bible frunció el entrecejo, inseguro.

—¡Ya lo verás! —Sonrió malévolo—. ¡Mira, ahí llega!

Bible observó la enorme limusina que se acercaba hacia ellos, abrumado por la emoción. Aquella era más grande que la que él utilizaba para acudir cada día a sus clases en Londres. Soltó un silbido de asombro, sonriente. Entonces el majestuoso carruaje frenó secamente frente a ellos, y comenzó a distinguir algunas cabecillas curiosas que se asomaban por las ventanas.

Gente desconocida.

—Pero ¿qué ...?

—¡Vamos, sube!

Siguió a Build, consternado.

—¡Dios mío, es el Apocalipsis! —gimió en cuanto puso un pie en el autobús. Agarró a Build de la manga de la chaqueta y tiró de él insistentemente. Después reaccionó y lo soltó asqueado—. Yo prefiero ir andando.

Build sonrió ampliamente, tras dejar las bolsas de la compra en el suelo mientras comenzaba a abrir su colorido monedero de tela. Dejó caer tres dólares en la repisa del conductor.

—De ningún modo —objetó—, la culpa es tuya por decidir comprar cien Tuperwares.

—Siempre podría devolverlos...

Build se volvió, dándole la espalda al conductor.

—Mala suerte, ya he pagado los billetes.

—¿Y a mí qué me importa? Eres tú quien ha perdido dinero estúpidamente.

Las puertas del autobús se cerraron con un sonido chirriante y esponjoso. El conductor se puso en marcha dirigiéndole media sonrisa.

—Lo siento muchacho —le dijo al tiempo que se encogía de hombros—, los chicos lindos mandan.

—Esto no es un chico lindo —le corrigió Bible, señalando a Build.

—Pero ¿cómo te atreves?

Build le habría abofeteado gustosamente de no ser porque sus manos estaban ocupadas sosteniendo las enormes bolsas de la compra.

—Solo te mantengo en contacto con la realidad.

—Te diré una cosa, Bible —puntualizó Build, enfadado—. Puede que no sea el chico más guapo del mundo...

—No, no lo eres, desde luego.

—... pero comprendo el significado de la palabra «respeto», algo que tú desconoces.

Bible parpadeó con indiferencia.

—Bien, quédate con tu respeto —farfulló—. Yo prefiero quedarme con los chicos hermosos.

—Eres un ignorante sin remedio —concluyó Build—. Me das pena.

—¡Oh, no sé si podré soportarlo! —exclamó burlón, y se llevó una mano al pecho dramatizando exageradamente.

—Que te den.

Build echó a andar hacia el interior del autobús, mientras oía al fondo las carcajadas del conductor.

Estaba tremendamente enojado. Y lo estuvo aún más cuando distinguió las coquetas miradas que le dirigían al idiota de Bible un grupo de chicas apoyadas en el cristal derecho del autobús.

—Ciegas... —susurró él por lo bajo.

Bible buscó su mirada antes de contestar.

—¿Ciegas? —Sonrió ampliamente—. Querrás decir afortunadas. Afortunadas por poder gozar de mi exquisito rostro.

Build arrugó la nariz, molesto.

—Tú jamás te has puesto delante de un espejo, ¿verdad?

Bible sacudió las manos, despreocupado.

—¿Para qué iba a hacerlo? No lo necesito —aclaró—. Puedo ver mi reflejo en las reacciones satisfechas de todos los que me rodean.



#310 en Fanfic

En el texto hay: kinnporsche, biblebuild, vegaspete

Editado: 20.12.2023

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