Caminaron por la solitaria avenida de la urbanización hasta la casa de Ninna. Build estaba a punto de llamar al timbre cuando Bible alzó una mano para detenerlo.
—Hagamos un pacto —le pidió—. Si tu amiga loca intenta desnudarme me defenderás. No puedes dejarme solo.
—¿Y qué recibo yo a cambio de protegerte?
—¿Es que no puedes conformarte con mi cara bonita? —le reprochó Bible, señalándose el rostro.
—El trato no me convence, lo siento. —Se encogió de hombros.
El inglés se inclinó hacia él peligrosamente.
—Tu madre dijo que teníamos que ser como uña y carne —le recordó—. Yo seré la carne, obviamente es más suave. Tú serás la uña sucia. Tenemos que obedecer a la señora Hexian.
—¡Ni en tus mejores sueños! Me da absolutamente igual lo que mi madre diga.
Él insistió, contrariado.
—¡Pero soy tu protegido, Build! —explotó, con gesto apenado—. No puedes abandonarme a la deriva con la fiera de Ninna, ¿acaso no te has fijado en cómo me mira? Sus pupilas se clavan en mis partes bajas como cuchillos; apuesto lo que sea a que a esa le va el sadomasoquismo.
—No exageres, Ninna es una buena chica. No te pasará nada —concluyó Build, pulsando el interruptor del timbre.
Se oyó un sonoro «ding dong».
—Son las campanas de mi funeral —susurró Bible.
Se arrepentía muchísimo de haber caído en la trampa de Jackson. Él no quería estar allí, hubiese preferido pasar la noche calentito en su cama, lejos de todos aquellos monstruitos a los que no lograba comprender. Tenía miedo. El corazón le palpitaba con fuerza en el pecho cuando Ninna abrió la puerta, ignoró totalmente a Build y fijó sus ojillos en los ojos obscuros de Bible, que dio un respingo hacia atrás al oír su aguda voz.
—¡Bible! ¡Has venido! ¡Ya pensaba que no llegarías! Pasa, pasa… —les indicó, haciéndose a un lado.
Él se inclinó hacia Build. Dentro de lo malo malísimo, Build era lo menos malo malísimo por simple comparación. El listón estaba alto, rozando el límite de lo humano.
—Conviértete en mi hermano siames durante el resto de la noche —le rogó.
—Como no te calles, me convertiré en tu hermano perdido —amenazó Build, aunque disimuló ante la atenta Ninna, que les observaba cruzada de brazos.
En cuanto se despistó, su amiga asió del brazo a Bible, que lo miró aterrorizado como si aquella fuese la mayor de todas las catástrofes posibles. Build rió por lo bajo y se dijo que, en realidad, su compañero tenía verdaderas razones para estar asustado.
Dentro se encontraban los demás. Bible clavó su mirada en la de Jackson, que le observaba receloso. Seguramente había supuesto que no iría, pero ahí estaba él, manteniéndose firme a pesar de la apocalíptica situación, dispuesto a arrebatarle su falsa corona.
—¿Cómo va la noche? —preguntó, dirigiéndose a todos en general.
Charles jugaba a la PlayStation con sus dos perros fieles y le saludó levantando la mano. Erin, acompañada por otra chica llamada Soyou, también se dignó contestar con un simple «bien», contrariamente a Jackson, que solo se quitó una pelusilla de su chaqueta de piel. Curiosamente, a pesar de estar bien consideradas, a Bible nunca le habían gustado las chaquetas de piel. No le agradaba eso de llevar animales encima como en la Edad de Piedra. Obviamente, el neandertal de Jackson no opinaba lo mismo.
Ninna se sentó en el sofá y cruzó las piernas de un modo seductor. Bible sintió un escalofrío. La joven golpeó con la palma de la mano el sitio que quedaba libre a su lado.
—Bible, cielo, siéntate aquí —le indicó.
Él miró fijamente a Build, esperando que dijera algo. Lo que fuese. Sus labios se mantuvieron bien sellados, divertidos, mostrándole una tímida sonrisa casi imperceptible. El joven se dirigió resignado hacia el sofá.
—¿Qué vamos a cenar? —preguntó Charles, distraído, sin dejar de apretar todos los botones del mando de la PlayStation.
—He pedido ternera con salsa. La traerán enseguida —contestó Ninna, resuelta.
Bible tosió afectado.
—Yo no como carne.
—No todos los paladares pueden apreciar algo tan sabroso —añadió Jackson, sonriendo de lado.
—Exacto. Mi paladar no está preparado para degustar mierda—aclaró Bible, sin darse por vencido.
—No te preocupes. —Ninna se levantó enseguida—. Llamaré ahora mismo para pedir que traigan una ensalada, ¿te parece bien?
Bible asintió. La idea de que otros se moviesen por él no terminó de disgustarle. Estaba bien aquello de que todos estuvieran a sus pies, abiertos a sugerencias. Suspiró hondo, preparándose mentalmente para soportar la desastrosa noche. Le dirigió a Build una mirada dramática; parecía uno de los violinistas del Titanic justo antes de morir. El último vals de su vida había llegado. Build pareció ablandarse y, sin perder la sonrisilla malévola de su rostro, se sentó a su lado en el sofá. Jackson lo siguió y se hizo hueco donde no lo había.
—¿Pretendes tirarnos a todos del sofá? —preguntó Bible, molesto.
Jackson le ignoró, acomodándose, pegándose al cuerpo de Build como lo haría un crustáceo a un acantilado. Bible, todavía más enojado, también se acercó a su compañero, que, a esas alturas, apenas si podía seguir respirando.
—Me estás aplastando —masculló.
—Díselo a tu amigo —se quejó Bible—, que sería capaz de ametrallarnos a todos con tal de sentarse. Menudo egoísta.
—No me hables precisamente tú de egoísmo, Bible. Mi mente no está preparada para aceptar algo así —le reprochó Build.
Bible bufó. Charles gritó cuando ganó una partida del videojuego y alzó los brazos como si aquello fuese el más grande de todos los acontecimientos posibles. Se giró después hacia ellos.
—¿Quieren jugar? —preguntó.
Jackson negó lentamente con la cabeza.
Bible sonrió, curioso.
—Vale —murmuró, encogiéndose de hombros.