B. D. M (biblebuild)

CAPÍTULO 13:|"Cosas que pasan en los centros comerciales I."|

Lucecillas de todos los colores posibles parpadeaban desde árboles, carteles y escaparates. Frondosos abetos navideños se extendían por las aceras. Los niños chillaban alegres, correteando por las calles. Los abuelos se sentaban en los bancos del paseo, agotados tras varias horas de caminata, y algunos jóvenes se picaban con las motos, derrapando por la calzada. Y allí, entre aquel armonioso paisaje navideño impregnado de felicidad, caminaban tres jóvenes tremendamente diferentes entre sí con la esperanza de encontrar los regalos para sus familias.

—¿Falta mucho? —preguntó Jian, y se encendió el séptimo cigarro en un tiempo récord de apenas media hora.

—Ya casi estamos —contestó Build.

Build se sentía agobiado aun antes de empezar. A la derecha caminaba su hermano; el cabello se le alzaban arriba y abajo al compás de sus pasos. A la izquierda se encontraba Bible, que miraba alrededor con los ojos bien abiertos, a la espera de descubrir, seguramente, la tienda más cara de toda la ciudad. Supo de antemano que iba a ser un día largo, demasiado largo.

—Esto es un asco —se quejó el inglés.

Ya estaba tardando. Build casi agradeció escuchar sus protestas, pues empezaba a pensar que algo raro le ocurría. Le ignoró, sintiéndose más tranquilo.

—A mí tampoco me gusta ir de tiendas —añadió Jian.

Bible arrugó la nariz.

—No lo decía por eso —aclaró—, es solo que todas estas tiendas parecen de segunda mano. —Se paró frente a un escaparate y señaló una bonita camisa a cuadros que costaba cincuenta y siete dólares—. ¿Ves?, ¿de qué marca está hecha para que sea tan barata? Seguro que destroza e irrita la piel.

—¿Es que pretendes que la gente se gaste el sueldo del mes en una camisa?

Build se cruzó de brazos. Jian se quedó atrás, acariciando a un alegre perro que pasaba a su lado.

—Que ganen más, ¿a mí qué me cuentas? —replicó, frunciendo el ceño—. Solo mis boxers ya son más caros que esa prenda —añadió Bible.

Build rió.

—¿Tus boxers valen sesenta dólares?

—He dicho que más, sordo. Unos cien dólares.

—¿Es que tus partes íntimas son de oro o qué?

—Eh, no hables de esas cosas. —Bible sintió cómo comenzaba a sonrojarse levemente, avergonzado. Build era demasiado descarado para su gusto.

—¡Oh, tienes la cara roja! —Le señaló, todavía riendo.

Bible le miró asqueado.

—¡Pues mira, sí, mis partes íntimas son tan valiosas para mí como para protegerlas con un buen material!

Jian se despidió del perro y se acercó a ellos, sonriente tras el último comentario, pero sobre todo curioso.

—¿Con qué las proteges?

—Con boxers, como todo el mundo, pero de seda. Son exclusivos y me los traen de Italia.

—Ah. —Jian le miró sin saber qué decir—. Yo no uso ropa interior.

Los tres guardaron un incómodo silencio. Se miraron fijamente unos instantes. Intentando olvidar las palabras de Jian, avanzaron despacio entre el gentío, más callados que antes y quizá más pensativos.
Bible procuraba esquivar la cantidad de obstáculos que se cruzaban a su paso. Niños en monopatín —sin casco ni rodilleras—; ancianos que apenas avanzaban tres centímetros por minuto; señoras locas por las compras, que parecían conocer aquel centro comercial mucho mejor que él… Se giró hacia Build.

—¿Qué piensas comprarles a tus padres? —le preguntó.

—No sé —Se encogió de hombros—, a mamá quizá unos pendientes, y creo que papá necesita alguna corbata para el trabajo.

Bible torció el gesto.

—¿Solo eso?

—¿Acaso pretendes que me hipoteque a los diecisiete para contentarlos? —Bufó, hastiado—. El amor se demuestra de otros modos.

—¿De veras?

—¡Claro! Pasando tiempo juntos, en familia, por ejemplo. —Sonrió, sacudiendo felizmente las manos.

Bible apretó fuertemente los labios. ¿Pasando tiempo… juntos? Intentó recordar cuándo había sido la última vez que había pasado unos días con sus padres. Algunas imágenes difusas le vinieron a la memoria. Probablemente el día que nació todos estuvieran en la misma habitación y, además, cuando cumplía años siempre comían juntos en el mejor restaurante de Londres. Sonrió, algo más relajado y satisfecho.

—¿Y a mí me vas a comprar algo?

—Es una broma, ¿verdad? —Build dejó de caminar y se cruzó de brazos.

Jian rió tontamente.

—Hombre, tío, después de dormir juntitos algún detalle tendrás que tener con Bible, ¿no?

Build cerró los ojos y respiró hondo.

—Jian, haz el favor de no llamarme «tío».

—¡Joder, vale, tío, vale! —Alzó las manos en son de paz.

—Entonces, ¿no pensabas comprarme nada? —gritó Bible, dolido—. ¡Pero cómo puedes ser tan malo! ¡Yo incluso ya tenía pensado tu regalo…! ¡Estamos en Navidad, Build!

—Está bien, está bien. —Suspiró—. Si cierras la boca, prometo que te compraré alguna cosa.

Se volvió decidido y reemprendió la marcha. Jian, rezagado, se quedó embobado con los ojos fijos en el escaparate de una papelería.

Bible rió por lo bajo.

—¿Piensas deleitar a tus padres con unos lapiceros? ¡Qué original! —farfulló, malicioso.

—¡Jian! —Build ignoró a Bible y llamó a su hermano—. ¡Vamos, qué haces ahí parado!

Jian curvó los labios lentamente hacia arriba.

—He tenido una idea fantástica —explicó—. Ustedes vayan de compras, nos encontramos dentro de dos horas en el Café Shoquin.

—Pero ¿qué narices piensas hacer?

Build había procurado planificar bien aquel horrible día de compras, y justo antes de que empezara, sus planes ya comenzaban a trastocarse. Tenía un regalo más que comprar, y su hermano lo abandonaba dejándolo a solas con un obsesivo compulsivo.

—Es una sorpresa, luego verás.

Y se internó en la papelería a paso lento y desganado, como de costumbre.

Bible siguió caminando, satisfecho por haber perdido de vista al Mendigo. Miró al otro joven, sonriente.



#465 en Fanfic

En el texto hay: kinnporsche, biblebuild, vegaspete

Editado: 20.12.2023

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