—Amigo… pedazo submarino —comentó Charles mientras entraba en la tienda y procuraba divisar entre la humareda los rostros de los otros dos—. Se sale.
—Ya te digo. —Jian le dio otra calada al porro—. ¿Quieres?
Bible negó con la cabeza.
—Estoy ocupado ahora mismo… intentando no ahogarme.
—¡Es la onda este inglés! —exclamó Charles, antes de que Jian le pasase el canuto—. Joder, qué calor, dejadme espacio que voy a quitarme la chupa.
—¿La chupa? —preguntó Bible.
—Sí, brother, la chaqueta.
—Ah, entiendo.
El humo era denso. El olor a marihuana impregnaba sus fosas nasales, dejándole exhausto. Se sentía mareado. A pesar de no haberle dado ni una sola calada al porro, le empezó a entrar la risa tonta. Jian ya se estaba liando el segundo.
—Me encantan estas excusiones —comentó—. Todos aquí, con la naturaleza…
—… con la naturaleza en los pulmones. —Charles soltó una brusca carcajada.
—Suena todo muy… místico —opinó Bible.
—Ya ves, hermano. —Charles se acomodó más, cruzando las piernas al estilo indio—. Esto es espiritual.
Bible no estaba seguro de si hacer un submarino de marihuana en una tienda de campaña era una hazaña espiritual, pero tampoco le importaba demasiado. Jian le había perdonado. Era un primer paso importante.
Observó cómo el Mendigo se encendía el segundo canuto.
—¿Sabes lo que ha pasado, colega? Que el idiota de Jackson quiere quitarle el novio a mi cuñado.
—Sí, va, ¿qué me cuentas, tío?, ¿en serio?
Bible escuchó con atención la conversación de los otros dos.
—Sí, solo porque se han peleado ya le ha dicho a Build que duerma con él.
—¡Será idiota! —Charles alzó un puño—. Eh, brother, si quieres yo le pego dos puñetazos.
Bible consideró la oferta. No estaba seguro de que enviar a un matón fuese su mejor opción si quería que Build le perdonase. Así que negó con la cabeza repetidamente.
—¿No? —Charles le miró decepcionado—. Joder, ¡con las ganas que le tengo a esa nenaza!
Su brother parecía triste por no haber obtenido permiso de Bible para descargar su furia sobre otra persona. Se mostró pensativo unos instantes y luego se echó a reír.
—Esta noche podríamos darle un buen susto a Ninna, que seguro que se muere de miedo —apuntó—. Y a Erin…
—Oye, a Erin no me la toques —le interrumpió Jian.
Un silencio incómodo invadió la tienda. Se oía a lo lejos la brutal voz de Golpes y Sangre; era aterrador aun a distancia. Entonces Bible, en medio de la confusión que generaba aquel submarino, reparó en algo. Se giró hacia Jian.
—¿Te gusta Erin?
—Un poquitín. —Rió como un chiquillo.
Charles le dio una palmada en la espalda como buen camarada que era y, emocionado, le dijo:
—Joder, brother, nos hacemos mayores… Qué bonito es todo esto.
Bible sonrió abiertamente. Ya sabía cómo agradecerle a Jian su innata solidaridad. Hablaría con Erin en cuanto tuviese la mínima oportunidad. Sintió un pequeño escalofrío al imaginarse a los dos juntos, pero no le costó demasiado pensar en otra cosa y olvidar la imagen que había trazado en su cabeza. Era complicado fantasear con la idea de que Jian tenía novia.
—Eh, entonces, ¿qué hacemos al final con la nenaza? —insistió Charles, que al parecer tenía unas ganas incontrolables de hacer el mal contra Jackson.
—Alejarlo de Build —musitó Bible, y casi le sorprendió su propia determinación.
—Vale. Yo me pegaré a mi hermano como un chicle. —Jian rió de nuevo—. Y tú, Charles, intenta molestar un poco a Jackson.
—Tranquilo. —Sonrió malévolo; a Bible casi le daba miedo—. Esa es… mi especialidad.
Cuando salieron de la tienda, Bible se tambaleó y estuvo a punto de tropezar con dos piquetas. El aire puro le pilló de improviso; se sentía como si llevase varias semanas viviendo bajo tierra. Se frotó la cara con desgana y luego buscó a Build con la mirada. Le agradó descubrir que se encontraba junto a Jil, hablando tranquilamente.
—¿Y dónde está la nena? —preguntó Charles, refiriéndose a Jackson.
Bible observó cómo su brother acariciaba sobre la tela la navaja que guardaba en el bolsillo. Tragó saliva despacio. Se convenció de que no era posible que estuviera tan sumamente loco.
Gorth se acercó hasta ellos mientras devoraba con calma una chocolatina. Les sonrió. Siempre parecía extremadamente tranquilo, y eso a Bible le gustaba.
—¿Cómo va eso, chicos?
—Aquí estamos —Charles se encogió de hombros—, vamos a hundir a Jackson, ¿te unes a nuestra hermandad?
—¿Qué? —Gorth les miró sin comprender. Fue una pena que se despistase, porque, justo en ese instante de profunda ignorancia, Jian le quitó un buen trozo de la chocolatina y se marchó corriendo con el botín hasta donde se encontraba su hermano, se sentó a su lado y se pegó a él cual mejillón, tal como había prometido.
—¡Será…! ¡Jian, esta te la guardo! —le gritó, girándose. Pero era tarde, no había nada que hacer. Jian se había metido todo el chocolate en la boca de una sola vez. Bible temió que terminara atragantándose y asfixiándose—. Bueno, ¿qué narices decíais sobre la hermandad de no sé qué?
—¡Es verdad, colega, aún no nos hemos puesto nombre! —Charles alzó una mano, consternado—. Vale, ya lo tengo, seremos la Hermandad Marihuanera, en honor al momento de la creación del grupo.
Bible le miró fijamente. ¿Lo decía en serio? Él, Bible Sumettikul, uno de los líderes fundadores de…la Hermandad Marihuanera. Intentó no reír. Su brother parecía emocionado con la idea del nombre.