Baba (cuento corto y terminado)

Baba

Eran la una de la madrugada y el pequeño Oscar despertó con ganas de ir al baño. La casa era grande y oscura, la habitación de sus padres estaba lejos y cerrada. Sin embargo Oscar era un niño muy valiente, no sentía miedo de monstruos o fantasmas como otros niños.
Se levantó, se puso los zapatos y abrió la puerta de su cuarto. Frente a él se hallaba un pasadizo oscuro y cuyo interruptor de la luz no alcanzaba por su estatura, el pasadizo se doblaba al final en una esquina para llegar al baño.
Oscar empezó a caminar por el pasadizo lentamente poniendo a prueba la valentía que tenía para un niño de su edad. Ya había pasado muchas veces por el mismo lugar, no obstante siempre sentía cierta inquietud al pasar solo durante la madrugada en medio de las sombras. Poco a poco avanzó tanteando la pared con la mano y finalmente llegó a la esquina, la puerta del baño estaba justo a la vuelta. Pero en ese momento Oscar logró observar algo extraño en la pared de la esquina. Había un pequeño agujero que nunca había visto, lo que le llamó la atención fue que estaba goteando una especie de líquido viscoso y amarillento que brillaba muy levemente entre tanta oscuridad. El fluido se deslizaba lentamente por la pared. La mente de niño curiosa de oscar lo hizo preguntarse qué era pero tenía tantas ganas de ir al baño que no sabía si terminar su objetivo principal o quedarse viendo ese curioso líquido viscoso. Finalmente decidió ir al baño e investigarlo a su regreso. Entró en el baño, prendió la luz y cerró la puerta.
Cuando se dirigía a la salida recordó lavarse las manos, se enjabonó las manos y abrió el tubo, sin embargo no salía agua pero el tubo hacia ruidos. Poco a poco empezó a salir del tubo la misma baba que salía del agujero, Oscar sintió mucho asco al verlo fluir bajo la luz, era amarillento y ahora que se encontraba encerrado en el baño notó que la baba despedía un olor fétido que le causó repulsión instintiva.  Como no tenía agua decidió quitarse el jabón de las manos con una toalla y salió del baño. Ignoró el agujero en la esquina y se dirigió a su cuarto. Se envolvió en las cobijas y se durmió...
Oscar despertó de nuevo después de un rato al escuchar unos ruidos, aún era de madrugada solo durmió dos horas. Escuchó de nuevo los ruidos que lo despertaron, parecía que alguien estaba vomitando. Los únicos en su casa, además de él, eran sus padres. Se preocupó y salió de la habitación corriendo hacia la habitación de sus padres. La puerta estaba semiabierta, intentó encender la luz pero no servía, intentó guiarse hasta la cama de sus padres tanteando la pared pero cuando estaba muy cerca sintió que pisó algo húmedo y suave con uno de sus pies descalzos. Se sentía asqueroso... se limpió el pié con la alfombra y entre la oscuridad logró ver un bulto, no sabía lo que era, recordó que sus padres guardaban una linterna en la mesita de noche de la cama. Se apresuró a buscarla y la encontró, la encendió lo más rápido que pudo y dirigió la luz hacia el bulto. Cuando sus ojos se acostumbraron un poco a la luz pudo definir la forma. ¡Era su madre! Estaba acostada en el suelo de medio lado. Corrió a ayudarla y al darle la vuelta la vio con ayuda de la linterna, estaba llena de baba pero eso era lo de menos, su cuerpo estaba abierto de par en par por el frente, desde la cara hasta el estómago, parecía un cascarón de insecto después de que su huésped saliera, habían restos de sus órganos esparcidos al lado de ella, todos llenos de baba amarillenta y asquerosa, los ojos no estaban y sus costillas estaban reventadas hacia afuera. Oscar brincó hacia atrás y vomitó todo lo que pudo, la visión de su madre reventada y esparcida por el suelo era algo indescriptible, soltó el llanto mientras vomitaba. Mientras Oscar vomitaba y lloraba una figura se le acercó por detrás, cuándo Oscar se dio cuenta lo iluminó con la linterna.
-¡Quita eso de mi cara hijo!- Dijo una voz extraña y femenina.
Oscar observó bien la figura y era su padre ¡pero sus ojos no estaban! En su lugar habían dos ojos largos y babosos saliendo de sus cuencas.
--Lo siento por asustarte Oscar --dijo la extraña y femenina voz-- Tuve que entrar en tu padre por que el otro cuerpo ya no me resistía y tuve que salir, intenté entrar en tu cuerpo joven pero huiste y no me podía mover bien. Pero este cuerpo no me resistirá mucho tiempo, necesito un cuerpo bueno con la sangre de mi cuerpo anterior, somos compatibles ¡y al fin tienes la edad suficiente!, en este cuerpo ya no puedes huir de mí. 
¡Un nuevo cuerpo joven al fin es mío! --Dijo mientras el cuerpo del padre de Oscar reventaba y un montón de baba caía encima de Oscar, entrando por su boca, ojos, oídos y nariz.



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En el texto hay: corto, suspenso, terror

Editado: 22.09.2019

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