Mis nervios estaban al máximo, me sentía nerviosa, enserio, creo que hasta las palmas de mis manos estaban sudadas de los nervios que tenia en ese momento.
Por fin iba a ver en persona a Will, y estaba muriendo, literalmente.
Habíamos quedado de vernos en un starbucks. Muy básico lo se, pero no quería reunirme con el en un lugar desolado o algo por el estilo. Lo único que se me ocurrió en ese momento fue un starbucks cerca de mi casa. Solo por si acaso tenia que irme corriendo.
Quedamos a las seis y ya eran las cinco, solo UNA hora y veria a mi Daddy, estaba emocionada, excitada y con muchos, pero muchos nervios.
Mila
Te veo en una hora Daddy
William.
Estoy impaciente por verte hermosa.
Yo también estaba impaciente por verlo.
Media hora después, estaba en camino al Starbucks. Quería llega primero para evaluar toda la situación, y verlo primero a el.
Nunca nos mandamos fotos de nuestras caras, solo nos dimos una descripción de como eramos o lo que llevariamos puesto. El ya lo sabia por la foto que le había enviado, pero yo no, solo sabia su descripción.
Cabello negro, ojos azules, piel color ocre, alto y sexy. Así se definió el, no me culpen.
Entre al Starbucks, y claramente no estaba el. Solo faltaban diez minutos para que el llegara. No pedí nada, solo quería esperarlo. Y estaba segura de que si pedía algo, se me revolvería el estomago no seria muy bonito.
No me di cuenta de cuando paso el tiempo, pero cuando iba a checa la hora un joven entro por la puerto llamando la atención de todas las mujeres ahí. Era el. Tal y como se había descrito; Cabello muy negro, unos ojos azules que brillaban, un poco de barba adornaba su barbilla, era alto, y su piel se veía pálida pero bronceada. Estaba para comerlo.
No se dio cuenta de mi presencia ya que estaba en una de las mesas mas apartadas, así que decidí hacer mi movimiento. Me levante y camine sigilosamente hacia el hasta quedar atrás de él.
-Hola Daddy.-Susurre en su oído estando de puntillas.