Liam.
Estaba muriendo de ternura. Mila se veía muy tierna, sus ojos estaban un poco rojos y su nariz roja, la razón; Desde que empezó la película estaba llorando. Se escuchara muy raro pero se veía muy linda.
-¡No te rías de mi!-Me dio un codazo y apoyo su cara en la almohada.
-No me rió de ti hermosa, solo que si te vieras desde aquí querrías llorar de la ternura que me das.
Se puso boca arriba y hablo.
-¿Estas diciendo que me veo tierna?-Levanto una ceja y rió en bajo, asentí-Eres muy raro, ¿Lo sabias?
-No, bueno tal vez.-Mila apoyo su mejilla en mi pecho y yo pase mi brazo por su cintura.-¿Me dirás tu nombre?
-Mm, déjame pensarlo.-Murmuro con los ojos cerrados.-Te lo diré solo si me dices algo tuyo, lo primero que se te venga a la mente.
No lo pensé mucho y conteste.
-Nunca he probado el Sushi.
Levantó muy rápido su cabeza de mi pecho y me miró con una mueca extraña.
-¿Nunca has probado el Sushi?-negué repetidas veces y ella solo se levanto de la cama, agarro una sudadera y se la puso sobre su top que dejaba a la vista una buena parte de sus pechos.-Vamos, arriba muchachote.
-¿A donde iremos?-Pregunte cuando comenzó a estirar mi brazo para levantarme.
-A que pruebes el Sushi, te has estado perdiendo de mucho.-Salio de la habitación y me quede inspeccionándola y cuando llego traía consigo una camiseta mas grande que la que me había dado anteriormente.- Creo que esta te podrá quedar.
-Gracias.-me la puse rápido y seguí con mi interrogatorio.-¿Iremos así?
-Si, no te preocupes, es cercas de aquí y esta muy bueno.-Tomo mi mano y salimos de su cuarto
No pude haber encontrado una mejor mujer.