26 De Noviembre del 2016.
La brisa del día estaba deliciosa, no hacia tanto frió y eso me alegraba mucho. Estaba sentada en el campus viendo a todos pasar, no había hablado con Alex desde esa vez que nos enojamos, las dos somos muy orgullosas y es difícil volver a hablarnos. La extrañaba.
Tenia en mi cabeza un gorro de color morado y traía puestas como cien sudaderas, sueters y chaquetas. Apostaba a que mi nariz estaba roja y mis ojos llorosos. Estaba tomando un café de vainilla francesa cuando alguien vino y me interrumpió.
-Hola.-La voz grave de un chico me saco de mis pensamientos y gire mi cara para verlo.-Soy Alec.
-Camila.-Respondí cortante.-¿Eres nuevo?
-Si.-Se rasco la nuca y sonrió.-Bueno, no técnicamente, me suspendieron unos días, pero estoy de vuelta, y como te vi aquí sola queria invitarte a una fiesta que haré en mi casa, invite a toda la universidad.
-Wow, ¿Como negar una invitación como esa?-Pregunte ilusa y el rió.
-No se puede.-Se levanto del césped.-Tendrá piscina.-Me guiño un ojo y luego se fue.
-Que idiota.-Susurre para mi misma y reí dándole un sorbo a mi café.
***
Me estaba preparando para ir ala dichosa fiesta de Alec. Mi conjunto era básicamente un vestido con la falda negra y en la parte de arriba un escote en V y estampado floral, no queria estar cansada así que decidí quedarme con mis vans negras.
no tenia que pedir permiso para salir ya que otra ve, ni mis padres ni mi hermano estaban, me sentía sola así que había decidido salir para no suicidarme. Solamente agarre mi chaqueta de cuero y salí de casa.
La casa de Alec no estaba tan lejos de la mía por lo que decidí ir caminando para no estar preocupada por las llaves de mi auto. Cuando llegue la fiesta estaba fuera de control, la música se escuchaba hasta afuera y había muchísima gente. Me adentre a la casa y pude reconocer a varias de las chicas con las que compartía clase.
Comencé a bailar mover mis caderas al ritmo de la música que sonaba por los altavoces, llevaba mas de seis cervezas y mi cabello ya estaba humedecido debido al maldito calor que hacía en la casa, cuando sentí unas manos tocar mis caderas y me deje llevar por el momento juntando mi trasero a su increíble erección. Ni siquiera sabia quien era, y en esos momentos no pensaba en Liam.
-No sabes cuanto tiempo he estado buscándote.-Susurro en mi oído una voz conocida.
Voltee a ver a la persona y mis ojos se abrieron de par en par al ver su maldito rostro cercas del mio. Sus ojos seguían siendo del mismo color café y su cabello se veía mas largo que antes, se veía mas tonificado. Pero no lo veía atractivo, para mi seguía siendo la maldita basura de siempre. Rápido mi corazón comenzó a bombear y el pánico me consumió.
-Josh...