Papá Jin le había dado una misión, una muy importante y Jungkook estaba encantado de cumplirla mientras se aferraba al cuello de su mami.
Todo hasta que vio como su mami echaba un bote de fórmula al carrito, la odiaba, prefería mil veces el sabor natural de la leche materna, sentir ese calorcito corporal y como el lobo de su mami lo arrullaba, mientras le hacía mimitos hasta caer en un profundo sueño. La pesadilla había empezado cuando hace unas semanas habían comenzado a alimentarlo con otros suplementos, así que el pecho había disminuido un poco, pésimo servicio.
"Nooooo"
Aquello fue simplemente traducido a balbuceos, y a sus pataletas que no eran para nada fuertes, su mami solo comenzó a mecerlo y hacía soniditos tiernos para tranquilizarlo.
- Oh, que lindo ¿Es tu bebé? - una voz desconocida alertó a Jungkook, haciendolo parar con su berrinche.
"¡La misión! Casi la olvidaba"
Jungkook miro con fingida inocencia al hombre frente a él, su fuerte olor significaba que era un alfa, y al bebé no le gustaban los alfas, mucho menos los que se acercaban a su mami con solo una intención. Robarse su amor y su leche, al menos eso le había dicho papá Jin.
"Se le van a salir los ojotes de huevo frito si sigue viendo así a mi mami"
- Umm, si gracias - Mi So sonrió al alfa frente a ella mientras echaba un segundo paquete de pañales al carrito de compras. Nunca lograba entender a que llegaban aquellas pláticas casuales en el supermercado.
"Siempre tan linda mami"
Por un momento el bebé había quedado embobado con las sonrisas de su mami mientras hacía burbujitas con su saliva y aferraba su puñito cerrado a sus ropas.
- ¿Cómo se llama? - el alfa insistió en continuar con la conversación.
"Que te importa"
- Uh, Jungkook - contesto la omega, más concentrada en sus compras que en la plática del insistente muchacho.
- Lindo nombre para un lindo bebé - el chico acaricio su abultada mejilla - está gordito.
Y esa fue la gota que derramó el vaso. Jungkook hizo un puchero inconforme y sus mejillas pálidas se tiñeron de rojo. Se acercaba uno de sus mejores berrinches.
- Oh, ¿Qué pasa mi amor? - pregunto Mi So mirando el cambio de su carita y fue cuando se soltó a llorar, fuertemente, llamando la atención de varias personas en el pasillo y exaltando al alfa.
Mi So preocupada empezó a mecerlo sin entender el llanto de su hijo, dando palmaditas en su pequeña espalda y susurrándole cosas bonitas.
El alfa que estaba molestando se disculpó retirándose del lugar. Misión cumplida.
"Te salvas de que no tengo dientes"
Fue entonces que se dejó llevar por los mimos y el aroma de su mami, siendo adormecido mientras pensaba en lindos conejitos saltando una cerca, si supiera contar lo hubiera echo. Durmió tranquilo pensando que papá Jin estaría orgulloso.
- Quiero suponer que esto no es obra de Jin - murmuró entre dientes la omega.