Capítulo 3: Una cita y...¿Eres virgen?
—¡Estoy en casa! — grité mientras me quitaba mis tenis.
—Me tenías con el pendiente — Respondió mi hermano mientras pasaba con un tazón de palomitas. Rodeé los ojos y fuí a la cocina en busca de mis hermosas galletas oreos cubiertas de chocolate blanco, con tan solo pensarlo se me hace agua la boca.
—Hey, que bueno que llegas, quería decirte que...¿Donde esta mía? — Mamá elevo una ceja mientras miraba los costados.
—Ay santa mierda — Tome mi cabeza con una de mis manos mientras daba vuelta y me dirigía a la puerta — de-debió de haber escapado cuando choqué, Dios mio, soy tan estúpida —cerré los ojos fuertemente, Adam se me acerco y me abrazo levemente.
—Vamos a buscarla, ¿Sí? No pasa nada — besó mi frente y salimos en busca de Mía.
Salimos casi corriendo, Adam fue a la izquierda mientras que yo iba a la derecha, justo donde había chocado con Connor, llevaba por lo menos diez minutos y no encontraba nada de ella, me preocupaba que se saliera y la hubieran atropellado, el simple hecho de pensarlo me mataba por dentro, y sobre todo porque habría sido un estúpido descuido mio, es un condominio pero es muy grande y pasan muchos carros, y se puede salir en cualquier momento.
Quince minutos y no encontraba nada, tenia ganas de mandar todo a la mierda y sentarme a llorar como niña de nueve años cuando se le rompe su juguete favorito, mía tenía conmigo desde que tengo memoria, es mi mejor amiga, la quiero más que a nada, ella ha estado conmigo en mis altos y bajos, simplemente no me puedo imaginar sin ella, la frustración llegaba a mi y las lágrimas picaban mis ojos amenazando con salir.
—Los golden retriever son unos de los perros mas hermosos en el mundo — una voz me sacó de mis pensamientos, Cole estaba sentado en una banca con mía a un lado, él la acaricia y ella simplemente sacaba la lengua y achicaba los ojos con satisfacción. En ese momento tenía tantas ganar de correr y abrazar a Cole que incluso lo pensé por un instante, pero no le conocía de nada, no podía hacer eso, menos despues de como me trato. Ademas, ¡Mía me había traicionado!
Trague mi orgullo y fuí hasta ellos — Cole, eh, yo, muchas gracias, estaba perdiendo la cordura, no se que hubiera hecho sin ella, muchas, muchas gracias.
—No hay problema — Su tono de voz no mostraba ninguna emoción.
— Eh, yo...creo que nos vamos — tomé su correa pero su mano se puso sobre la mía, sentí como toda la sangre se iba de mi cuerpo y se situaba en mi cara, me puse muy nerviosa y la alejé como acto de reflejo.
—¿No hay nada a cambio? — una pequeña sonrisa se aparecía por su rostro, pero solo unos segundos. ¿Acaso era bipolar?
—Uhm, claro, tengo algo de dinero — respondí nerviosamente.
—No quiero dinero — se levantó de la pequeña banca quedando a millones de centímetros de mi, tuve que hacer mi cabeza tanto para atrás que creo que me he roto el cuello, bueno, no.
¿No quiere dinero? entonces, ¿Que quiere? sera que...¡¿Me va a violar?!
—Quiero una cita, Alex — Soltó como si nada.
¿Qué?
¡¿Una cita?! ¡Este chico es mas bipolar que mi mamá en su días!
Me quede sorprendida por unos segundos y despues agaché la cabeza, ¿A que se refería? puede que sea una cita con un doctor el cual me extirpara los órganos y los venderá al mercado negro.
—No creo que sea lo mejor — murmuré mientras miraba al piso y jugaba con mis pies.
—Veme a los ojos cuando te hablo — su tono era un poco aterrador, retrocedí unos pasos y lo vi a los ojos.
—¿Una cita? ¿Es en serio?— arrugué mi nariz.
—Sí, pero no sera ahora, sera en otro momento — mostró una sonrisa de lado y se fué caminando con las manos en los bolsillos de sus jeans negros ajustados.
Rodee los ojos, hace menos de veinte minutos estaba corriéndome de "su casa" y tratándome como un saco de basura cuando yo no le había hecho nada. Tomé a Mía de la correa mientras caminaba mirando al suelo, ese idiota cree que voy a tener una cita con el, pff, está demasiado idiota, no porque venga con su actitud de chico malo y sus hermosos ojos grises, piel pálida, cabello oscuro, pecas sobre sus mejillas y nariz...Cof, cof, digo, feo.
Abrí la puerta de la casa y solté a Mía, fui a la cocina por un vaso con agua y fuí a mi habitación a ver Flash, no puedo tener demasiado de él, es hermoso, ademas de inteligente y sepsy. Después de dos horas y media de capítulos seguidos apague la televisión, tome mi blusa y tire de ella sacándola por mi cabeza, tome mi sudadera más cómoda y cuando estaba por ponérmela cuando la puerta azoto con la pared haciendo que me cubriera el pecho mientras trataba de taparme.
—¡Adam! — chillé.
—Ay por favor, como si hubiera algo que ver — rodó los ojos.
Lo fulminé con la mirada y me puse la sudadera, teníamos mucha confianza, ademas de que el tenía razón, era mas plana que una tabla.
—Tan siquiera hubieras tocado la puerta.
— Mhm— me acosté a su lado poniendo mi cuerpo en posición frente a su cuerpo, cuando dice "Mhm" es que esta enojado o estresado.
—¿Ahora que tienes?
—Nada — Se dió la vuelta.
Dramático.
—¿Es en serio? — Arqueé una ceja, cuando quiere puede ser peor que una mujer en sus días — o sea que, ¿Sí me voy no te enojas?
—Sí, sí, vete con tu chico malo, a mi déjame aquí tirado como perro, ni siquiera me avisaste que ya habías encontrado a Mía—Se volteó de regreso y se cruzo de brazos mientras yo rodaba los ojos y trataba de no soltar una carcajada.
—Oh, sabes que nunca te cambiaría, tú eres mi único mejor amigo, no hay nadie mas — lo abracé y el volteo a verme.
—¿Lo prometes? — Dijo como si fuera un bebe.
— Sip.
—Está bien, no me gusta que estés con él — Solté una carcajada.