Badlands

Capitulo II: Privilegios

Capitulo II: Privilegios

(03/04/2029)-7:22 Pm, Av. Szene Rouge, Cuadrante I: Barrios Bajos.

El orden y la paz se escurren por las calles de esta ciudad suplicando piedad, en un oceano putrefacto y pecaminoso tan violento existe un sistema invisible, una linea generosa que separa a los seres humanos, de las bestias que buscan saciar sus propias vidas, he sido subido al trono a la fuerza de dicha caravana blasfemica. No tengo salida, pero antes de cambiar para bien a un sitio tan oscuro, debo madurar yo. A la fuerza.

– ¿Norman? Levantate, es la segunda vez que te quedas dormido, no pareces haber pegado el ojo anoche–, Era la voz de Aiden, me pasaba la mano frente a los ojos para despertarme, lentamente parpadé para aclarar la vision, me encontraba en el asiento trasero del elegante auto blanco de Hanibal, no tengo idea de como llegue aquí, pero una cosa era clara, era martes y debia acompañar a Aiden al trabajo, mi primer dia–. Vamos, reacciona, me contabas lo que aprendiste con Morgana.

–El… el ataque en su oficina no era para nosotros–, dije con sumo cuidado, el rostro de Aiden parecio partirse en pedazos, para mostrarme una seriedad que no habia visto en el, a la que debia acostumbrarme–, Y… Aiden, no sabia que tú eras… Una criatura nocturna, que vive alimentandose de la sangre de los seres humanos, esbirro de un error magico hace milenios–. Aiden contesto con un silbido y se reacomodo en el asiento de copiloto, mirandose los dientes en el retrovisor.

–Wow… tan mal habla de mi esa zorra, mi odio hacia ella esta justificado Norman, no te sientas mal si un dia llega a traicionarte, en toda Badlands se sabe que Morgana solo trabaja para si misma, quien trabaja con ella debe ser muy inteligente para no revelar nada importante pues puede darse cuenta de que es doble agente. Trabajo para la CB hace un tiempo, vendio a todo su escuadron a militares extrangeros por un buen precio–, Aiden termino de mirarse y paso a la guantera del auto, sacando unos documentos. Hanibal no estaba en el auto, el Sr. Hanibal conducia tan suave que era dificil darse cuenta si realmente nos estabamos moviendo, tardé en darme cuenta de su ausencia.

– ¿La CB?–, Pregunte yo, sorprendido al ver la falta de colmillos en vez de insisivos en la boca de Aiden, de que el podia reflejarse en los espejos y salir en plena luz del dia–. ¿Cómo puede hacer todo eso? –. Pense en voz alta.

– ¿Mmmh? Por lo que veo, Morgana solo te explico lo basico, en este mundo el humano se adapta a sus carencias con el tierno pensamiento de “puedo vivir con ello”–, Aiden arrojo los documentos al asiento de atrás y comenzo a buscar algo bajo su asiento–. Los vampiros como yo, buscamos que nuestros adversarios se adapten a nosotros, podemos guardar nuestros colmillos si no necesitamos comer para aprentar vernos humanos, yo... prefiero una de estas–, debajo del asiento saco una bebida enlatada que no pude reconocer y una bolsa hermetica usada para recoleccion de sangre, vertio un poco de la bebida en la sangre y le dio la lata a Norman–. Vamos, bebè esto, te mantendra despierto–, lo sostuve, apuñalo la bolsa con una pajilla y tomo un sorbo que vi de manera grotesca–. Salud.

– ¿Puden ingerir comida humana? –. Pregunte un poco extrañado.

–No deberiamos, pero, si, el whiskey sabe bien–, dijo, mostrandome un anillo plateado que llevaba en el indice derecho–. Esto me permite deambular en el dia, el sol podria matarme y una estaca en el corazon, no soy muy religioso que digamos, pero cualquier cosa relacionada con la iglesia no serviria de nada.

–Creo… que debo dejar de ver tantas peliculas–, susurre con vergüenza, esto le saco una carcajada a Aiden, Hanibal tocaba el vidrio de la puerta del conductor con una sonrisa, decidi bajar el vidrio–, ¡Hanibal! ¿Dónde te encontrabas?

–Bajen del auto–, dijo de forma fria y cortante, con una sonrisa, mas abajo note que portaba un arma y me apuntaba fijamente, no sabia que pensar, estaba en shock, el clasico momento donde solo te queda hacer caso omiso y esperar. Bajamos del auto, yo tenía mis manos juntas y los nervios me tiritaban de pies a cabeza, Aiden estaba relajado, con las manos en los bolsillos de la chaqueta con la mirada fria. Habian usado un holograma de Hanibal para atraparnos.

Un grupo de 6 hombres vestidos de negro, con cascos para montar motos del mismo color, con equises rosas dibujadas en medio de cada casco, nos mantenian amenazados con fusiles semiautomaticos que desconosco, entre ellos se presento una joven esbelta, de cabellos largos y negros en forma de coletas alargadas a los lados, llevaba una falda corta con un corte en el lateral de la pierna izquierda, botas de plastico que llegaban casi a la rodilla de color morado y magenta, su abdomen estaba al aire, de una delgadura antinatural resaltante, pero aun asi se veia hermosa cual modelo parisina. Su pecho era cubierto por un sosten deportivo negro que dejaba al publico solo un poco de su belleza femenina y encima una chaqueta pequeña de cuero morado con todos sus bordes aterciopelados en rosa pastoso. Mascaba chicle, formaba pompas de chicle a ratos.

– ¿Quién es ella? –. Pregunte fuerte por los nervios, Aiden me coloco la mano en el hombro y mi voz se apago.

– ¿Se te ofrece algo? Mao… –, la chica volteo hacia Aiden, con una mirada tan vacia, que despertaba pavor al triste vacio oscuro en sus ojos. Un precioso frasco delgado de letal veneno. La dama no respondio, solo arrojo el maletin que llevaba en su mano izquierda a pies de Aiden, hubiera ido a recorgerlo si las intimidantes armas de los aparentes soldados de Mao no apuntaran a mi cabeza.




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