― ¿Rich, no te puedo llamar Rich? ― dice haciendo más pucheros al terminar la canción
Sus pucheros son tiernos hasta el infierno. ¿Piolín? ¿Trunks de bebé? ¿El gato con botas? ¿Un conejito? ¿Hop? Nee, esos eran principiantes. Su nivel de ternura era extrema. No me gustan las chicas con caras tiernas, pero es que ella es de otro mundo. Sobrepasa cualquier nivel; si lo pienso más diría que tiene una cara aniñada pero una mirada traviesa.
― Sigamos al nivel tres, música disco ― grita el DJ
Sin pensarlo mucho empezamos a bailar.
Tengo que llamar a mi hermano.
#1139 en Otros
#249 en Relatos cortos
#3163 en Novela romántica
#965 en Chick lit
Editado: 02.09.2018