[…] Nos enseñó lo hermosas que son las mujeres, nos enseñó que éramos guapos. Nos enseñó como enamorarlas, como manipularlas, como hacerlas reír y muchas cosas más. Esto es vergonzoso, pero nos enseñó como satisfacer a las mujeres. En medio de la pubertad llevo a una prostituta y nos enseñó cómo darle placer. Nos enseñó todo lo que hay que saber sobre el sexo opuesto. Y siempre recalcó algo, que jamás ilusionáramos a alguien; nos prohibió usar las palabras enamorado, siempre o amor. Nos dijo que puedes jugar distorsionando la verdad, pero que jamás debíamos mentir. Siempre dejar entrever nuestras intenciones. […]
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Editado: 02.09.2018