[…] Vivíamos al tope, diversión, responsabilidades, mujeres hasta decir basta y otras cosas. Hasta que me abandonó, así que yo sigo el legado. Ya que se volvió la mascota de tu hermana. Fin. Ahora te toca ¿Cierto?
Rachel hace una mueca
― Ojo por ojo, historia por historia ― digo cogiendo una nueva lata ― apura, el alcohol me está adormeciendo.
― Bien, igual dudo que escuches todo ― dice inspirando hondo, toma un gran sorbo de su segunda lata y empezó su historia ― Mi madre…
― Guau ― digo mientras la abrazo ― Eso en definitiva es más fuerte.
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Editado: 02.09.2018