― Que dispuesto estás, camarada ― dice al separarse para retirar su polo
Luego, más sobrios nos vamos a nuestras casas.
Nos volvimos cercanos en estos últimos tres meses.
Salimos de vez en cuando.
Tenemos uno que otro encuentro sexual.
Conversamos por whatsapp.
Una que otra vez nos juntamos con nuestros hermanos.
Ahí nos divertimos ignorándonos. Ellos creen que estamos peleados. La verdad que no estoy seguro por qué llegaron a esa conclusión. Parecen interesados en juntarnos. Se frustran al vernos apáticos el uno con el otro. Andan al pendiente de si hay cambios en nuestra “relación”. Revisan nuestros celulares.
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Editado: 02.09.2018