― Porque desde ahora eres solo mío ― dice mientras tuerce los labios al ver el pequeño chupetón que me dejo la mujer ― Solo mío. Recuérdalo bien. No tienes permiso de ver a otra mujer aparte de mí ― dice y se sienta encima y cubre el moratón con uno más grande echo por ella.
― Rach, dime por qué ― digo entre jadeos, esta mujer es irresistible
― Porque ya lo decidí ― dice mientras ve con satisfacción su trabajo― Ahora hazme uno en el cuello como a ella, solo que esfuérzate más
Me ordena y yo obedezco.
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Editado: 02.09.2018