Alexander:
Visualizo a mis padres junto a Grecia en la mesa asignada para nosotros, mi madre como siempre vistiendo un atuendo acorde a la ocasión acompañado de joyería fina y un maquillaje sutil, mi padre viste su tradicional traje negro ejecutivo y un pañuelo blanco en el bolsillo, sus gestos serios y aspectos de hombre que ha vivido ya varios años se le notan a simple vista. Gregorio Vanicci, un hombre de sesenta y dos años es hijo de una de las familias más conocidas dentro de la elite italiana y otros lugares en el mundo debido al gran prestigio del bufete familiar que maneja, bufete al cual pertenecemos mis hermanos y yo, mi padre es un hombre justo, serio cuando tiene que serlo pero en el fondo tiene un gran corazón y un alma sencilla, mis abuelos iniciaron el negocio desde cero debido a que no contaban con el dinero suficiente, es por eso que saben lo que es esforzarse para obtener las diferentes metas que puedan existir. Mi madre es lo opuesto a él, Victoria Vanicci una mujer perteneciente a una de las familias más millonarias en la elite de Italia y Francia debido a su gran reconocimiento en el mundo de la moda y maquillaje, una mujer que siempre está bien vestida y perfumada para cualquier ocasión, una mujer que no tiene ningún reparó en destruirte con una sola palabra es de personalidad fría y maneja todo siempre a su conveniencia debido a que le importa demasiado el que dirán sus amistades de alta alcurnia. Si me preguntan como se enamoraron esa es otra historia, ya que son polos completamente diferentes pero bien dicen que los opuestos se atraen, supongo que a mi madre le llamo la atención el chico que era abogado de día y a su vez el que se iba a disfrutar de los paisajes por las noches italianas en su moto con su chaqueta de cuero, lo cierto es que a pesar de ser diferentes se aman demasiado, he sido testigo de el amor qué hay en sus ojos cada vez que se miran y la manera tan delicada y atenta en cómo mi padre le demuestra su amor, me pregunto si algún día sienta ese tipo de amor.
— Llegas tarde Alexander, sabes que odio la impuntualidad.— me dice mi madre con un tono de reproche.
— Buenas noches madre, qué tal tu día yo también me alegro de verte. — le respondo sarcásticamente.— Buenas noches padre, me alegro de verte aquí.
— Buenas noches, hijo a mi también sobretodo me alegra ver que todo va bien con el bufete aquí — me responde serio pero con cariño en su mirada.
— Mi amor, te extrañe mucho. — me dice mi amada prometida con voz melosa.
Dios, odio la muestras expresivas de cariño y amor, y sobretodo los apodos ridículos como mi amor, bebé, mi vida, mi cielo, nunca le podría decir esas palabras tan tontas a una persona.
— Buenas noches Grecia, hablamos hoy por la mañana no es como si no hubieses sabido nada de mi por una semana. — le digo secamente.
— Alex! No seas tan arisco con Grecia, si es por nosotros no tienes porque sentir vergüenza tu padre y yo también fuimos jovenes, así que puedes ser todo lo cariñoso que quieras con mi linda Grecia. — me dice mi madre con una mirada de reproche. — esta de más decir que ella y Grecia se llevan de maravilla y como no si comparten las mismas conversaciones sin sentido, ya estoy harto de estar aquí y me quiero largar.
— Lo siento amor mío, pedimos ya la cena. — digo sarcasticamente y rodando los ojos.
— Ya pedimos los platillos y vino para brindar por tu nombramiento hijo.— dice mi padre. — estoy muy orgulloso de ti Alex, se que no te lo digo frecuentemente pero te quiero y me alegra ver cómo vas encaminando tu vida haciendo lo que te gusta.
No puedo evitar emocionarme ante las palabras de mi padre, debido a que nunca fue muy expresivo con sus sentimientos ni con mis hermanos ni conmigo pese a ser el menor de todos. Mi madre le metió ideas de qué hay que ser personas frías y calculadoras porque si no el mundo pasaría encima nuestro, y hubo una época donde mi padre fue así frío, distante y calculador pero tiempo después se dio cuenta de que el no era así.
— Gracias padre por la confianza y el apoyo. Salud! —digo levantando mi copa. — Salud! Por muchos éxitos en la empresa dicen mi madre y Grecia.
La cena va transcurriendo entre conversaciones sobre el bufete, el viaje que hicieron mis padres a Bali y otras cosas.
— Alex, le decia a Grecia que nos vendría bien un viaje en familia, podríamos ir a Capri o quizás a Londres a disfrutar un poco del clima además habra una exposición de la nueva colección de ropa y maquillaje de la temporada.— dice mi madre mientras bebe de su copa.
— Ay! es una excelente idea suegra, mi bebé vamos a este viaje juntos no hace falta tiempo de calidad, siempre estás ocupado con el bufete. — me dice Grecia tomando mi mano.
Estoy a nada de inventar algo para irme de esta cena de mierda donde todo es apariencia, ya que tanto mis padres como Grecia saben que este compromiso es por estrategias económicas y por el que dirán pero no hay nada de sentimientos de por medio, no entiendo porque ella me da caricias y me llama por esos apodos ridiculos sabiendo cuál es la realidad de todo este circo.
— Grecia, te he dicho mil veces que odio que me llames por esos apodos tan tontos por dios, y no puedo acompañarte porque tengo cosas más importantes que hacer aquí, tu puedes ir con mi madre y pasar los días enteros viendo tiendas, criticando y gastando el dinero en ropa y maquillaje que no necesitas. — digo sorbiendo de mi copa harto de toda esta situación.
Cuando fijo mi mirada hacia al frente puedo ver una pareja tomándose de la mano y dandose cariño, el chico besa reiteradas veces los nudillos de su mujer y le regala miradas de amor, la chica lo mira con un brillo en sus ojos y le da de probar el postre que comparten para luego darle un pequeño beso en los labios. Me pregunto como pueden existir personas que se amen tanto en esta época donde el amor ya no es valorado como antes, donde la lealtad ya casi ni existe y las muestras de cariño son casi nulas, el amor es una trampa peligrosa el cual te hace sentir que estas en la cima de la ruleta cuando te sientes realmente amado por una persona y de un momento a otro te hace bajar en caída libre mostrandote lo cruel que pueden ser las personas en esta vida. Y de la nada viene a mi mente esa chica bajo la lluvia, la cual disfrutaba de algo tan sencillo pero era feliz bailando ajena a todos los problemas y la maldad de este mundo, lo único que se es su nombre Mariana debido a que le llego un mensaje al teléfono, pero no se mas de ella cosa que me intriga y me molesta un poco debido a que hace mucho no me importaba tanto saber de una persona, pero esta curiosidad es más fuerte que yo así que tomare el hecho de que tengo en mi poder su teléfono para saber quien es Mariana, la chica bajo la lluvia que vino a mi mente de una manera inesperada.
#12907 en Novela romántica
#2512 en Chick lit
romance, desilusión amorpropio oportunidades, amor desilusion encuentros inesperados
Editado: 28.09.2023