Bailando entre emociones

Capítulo 21

Anna tomó aire, sintiendo el peso de las palabras que estaba a punto de decir. Había pasado semanas, meses, escondiendo lo que realmente sentía. Pero ahora, mirándolo a los ojos, se dio cuenta de que no podía seguir ocultando lo que su corazón había gritado desde hacía tiempo.
—Como una idiota, lo que quise negar en estos meses... —Anna tragó saliva— es que te amo, Kael. Lo siento, no debí hacerlo.
Sin dudarlo Kael se inclinó hacia ella, tomando su rostro entre sus manos con una delicadeza que hizo que Anna sintiera que el mundo entero desaparecía. Sus miradas se encontraron de nuevo, y en ese instante, Anna supo que no había nada más que temer, ni menos sentirse mal.
—Yo también te amo, Anna —respondió finalmente, con una sonrisa que la hizo sentir completamente segura—. Lo he sabido desde hace tiempo. Solo que no quería presionarte ni influir en tus decisiones. Quería que fueras tú quien decidiera cuándo estabas lista —Kael acarició suavemente su mejilla, secando una lágrima que se deslizaba.
Anna sintió que una oleada de emociones la atravesaba. Todo este tiempo, mientras ella luchaba con sus propios sentimientos, Kael había estado esperando en silencio, con paciencia, respetando su espacio y sus tiempos. Y en ese instante, algo en su interior se rompió, la verdad que había intentado enterrar comenzó a salir a la superficie.
—Tenía miedo de que me vieras como alguien pequeña, inmadura... —susurró, bajando la mirada— que no era suficiente para ti y que no me tomarías en serio cuando te dijera lo que me pasaba...
Kael la miró con una mezcla de ternura y sorpresa. No había imaginado que Anna pudiera tener esas inseguridades, y en ese momento entendió cuánto había sufrido en silencio, cuántas veces había querido dar el paso y se había detenido por miedo a no ser correspondida.
—No importa que no lo hayas dicho antes —dijo scercando su rostro aún más —. Lo único que importa es que estamos aquí, ahora, y que lo que sentimos no necesita esconderse más. Nunca debimos separarnos, y no pienso dejar que vuelva a suceder..

Anna cerró los ojos, sintiendo la calidez de su cercanía.
—Nunca más me alejaré de ti, Kael —dijo mientras su corazón latía fuerte—. Te necesito, y no solo en la pista.
Kael se sonrió y besó su frente con una ternura que hizo que todo el dolor, tanto físico como emocional, se desvaneciera. Luego tomó su mano una vez más, entrelazando sus dedos con los de Anna, como siempre lo hacía antes de comenzar una coreografía. Pero esta vez, el gesto no era solo para una presentación; era un pacto silencioso.
—Vamos a bailar juntos de nuevo. Y será diferente a cualquier otro baile que hayamos hecho. No será solo por la perfección de los pasos o la técnica, será porque cada movimiento mostrará lo que realmente sentimos.
Anna lo miró, sintiendo cómo una nueva llama se encendía en su interior. La idea de volver a bailar con él, después de todo lo que habían pasado, la llenaba de una emoción que no podía describir con palabras.
—Va a ser el mejor baile de nuestras vidas —respondió con una sonrisa llena de esperanza—. Voy a recuperarme pronto, Kael —agregó decidida—. No hay nada que quiera más que cumplir esta promesa contigo. Voy a estar lista para que, cuando volvamos a la pista, lo demos todo, no solo con nuestros cuerpos, sino con nuestros corazones.
Kael apretó con cariño su mano una vez más.
—Lo sé, Anna. Y cuando llegue el momento, será un baile que nunca olvidaremos.
Anna notó cómo el rostro de Kael se acercaba lentamente al suyo. Su corazón comenzó a latir más rápido, por la certeza de lo que estaba a punto de ocurrir. Kael levantó la mano y acarició su piel con una delicadeza que hizo que Anna cerrara los ojos por un instante. Entonces, Kael inclinó la cabeza para encontrarse con sus labios en un beso suave, lleno de lo que habían reprimido durante tanto tiempo.
Kael la sostuvo con una ternura que la hizo sentir como si en sus brazos nada pudiera lastimarla. El beso fue corto, pero intenso en emociones. Cuando se separaron, Anna abrió los ojos con, la respiración entrecortada, mientras Kael la miraba con una sonrisa suave.
Era el comienzo de algo real y profundo. Era el verdadero amor.




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