Cristian no pudo decirle nada, por lo que, en un arranque de valentía, grité:
──¡Norteña!
Escucho los lamentos de May y Cristian se tapa el rostro con ambas manos.
──¿Nunca lo vas a olvidar verdad?
──Míralo como una venganza por haberme dejado pensar que era tu novia.
──No me arrepiento ──dice, sonriendo──. Funcionó, estás conmigo.
──Insisto en que había mejores maneras.
──Tal vez, pero el enamoramiento no me dejó pensar con claridad.
Aprieto los labios con diversión, tomo mi celular y aunque dudo por un segundo, pongo la canción del solo que no pude finalizar por la caída.
──¿Estás segura? ──pregunta.
Asiento.
Me acerco a él y lo tomo de las manos para llevarlo al centro de la sala.
──Espero que tengas fuerza ──le digo.
──Claro.
Me subo a él de un salto, enrollando mis piernas en su cintura, aunque reacciona algo tarde, me sostiene con firmeza.
──¿Y esto? ──me cuestiona.
──Hablé con una de mis compañeras ──cuento──. Me dice que irán unos chicos a practicar baile en pareja la siguiente semana.
──¿Y estarán así de pegados? ¿Debo preocuparme? ──Entrecierra los ojos y me mira con desconfianza.
Me muerdo el labio y niego con la cabeza.
──Creo que lo hacen para que tengamos más soltura y confianza, que suelen hacerlo en casos como el mío.
──Oh.
──¿Crees que puedas elevarme tomándome de la cintura?
──Mmm, lo puedo intentar.
Pasamos un buen rato haciendo pasos, o al menos eso es lo que yo hacía, Cristian estaba completamente nervioso de dejarme caer y eso me resultaba adorable. Le mostraba los pasos que quería hacer con él mediante unos videos y él palidecía, aun así, lo intentaba porque veía mi emoción y ganas de hacerlo.
Parecía incapaz de negarme algo, eso me hizo amarlo un poquito más.
Luego de un rato, él estaba jadeando completamente exhausto.
──¿Cómo puedes tener tanta resistencia? ──me pregunta sin aliento──. Mis pulmones quieren morir.
──Práctica.
──¿Y no sabes bailar, no sé, una salsa? ¿Un vals que es más fácil?
Suelto una carcajada.
──Sí a todo. ──Asiento, orgullosa.
Se sorprende aún más.
──¿De verdad?
──Sí, ¿tú no?
Hace una mueca.
──No, soy un bloque de concreto.
──Mi novio no puede ser un bloque de concreto. ──Niego con la cabeza──. Tiene que saber bailar así sea un poco.
──Ponme a prueba para que me creas. ──Le tomo de la cintura e intento lograr que se mueva, pero tiene razón, es un bloque de concreto. Más que bailar, parece un pingüino caminando──. Esto es vergonzoso ──se queja.
──¿Nadie bailó contigo nunca?
Me mira a los ojos.
──Mis hermanas lo intentaron mucho, solo que terminaba por estresarlas, por lo que me dediqué a… quedar de pie allí. No soy bueno en esto.
──¿En qué eres bueno?
Me toma de la cintura, y me sostiene con firmeza, balanceándonos de un lado a otro.
──En el ajedrez, Ballerina ──murmura──. Lo cierto es que me gusta aprender, soy muy estudioso. Una vez leí un diccionario completo.
──¿De verdad?
──Me gusta aprender, ¿discrepas?
──¿Qué se supone que significa eso? ──suelta una risa al escucharme.
──Que si no disientes de mi parecer.
──Siento que me estás hablando en chino. ──Vuelve a reír──. Dime más de ti, que cosas te gustan ──pido.
Si bien cuando lo conocí me contó muchas cosas de él, se trató más de anécdotas que de gustos personales, por lo que estoy muy hambrienta por saber más. Mucho más.
──¿YouTube? ──Le miro mal, intentando no reírme──. Es que no sé qué decir, soy bastante desinteresado.
──Lo que te venga a la mente.
Lo piensa un momento.
──Me gusta mucho comer pasta, con cualquier cosa. ──Sonrío, planeando hacerle algo──. Me gusta mucho el anime, ahora que empezaste a verlos, tengo una lista únicamente para ti que sé te gustará, aunque a mí me gusta más los temas serios, los romances suelen desesperarme. También me gustan los mangas y cómics. Solía tener una colección.
──¿Y dónde está? ──Suspira.
──Los tuve que vender. ──Su tono triste llama mi atención, pero vuelve a hablar──. Y… también se burlaban de mi forma de hablar.
──¿Por qué? Hablas muy bien…
──Porque en el pasado solía expresarme de esta manera. ──indica y levanto la mirada al notar el cambio──. Pronunciaba cada sílaba como correspondía, manteniendo un acento neutro y usando expresiones bastante formales. Pero eso solo trajo burlas, refiriéndose a mí como un abuelo.