La ceremonia fue algo aburrida, sin mentir. Fue pesada, lenta y cada discurso solo me dormía un poco más, me costó mantenerme despierta.
Entonces empezaron a llamar para comenzar la entrega de títulos, aquello me puso de lo más nerviosa. Volví a observar mis alrededores, desesperada por ver a mamá entre las personas, solo que no la veía, no estaba y aquello me estaba afectando más de lo esperado.
──Rebeca Ramírez ──anuncian.
Jadeo, pero me fuerzo a levantarme y caminar a recibirlo.
Solo deseo no caerme o algo así.
Camino casi completamente rígida para recibir el diploma y saludo como puedo al profesor que me lo entrega para la foto. A pesar de lo tensa que estoy, este momento me hace feliz.
Solo que cuando bajo las escaleras del pequeño escenario, veo a padres esperando a sus hijos para tomarles fotos mientras bajaban la escalera por la que ahora estaba bajando yo. Mamá tampoco está allí.
Presiono los labios, conteniendo mis emociones.
Cuando por fin terminó el acto, todos salimos y yo comienzo a buscar con desesperación a mamá.
Solo que no la veía por ningún lado, seguí buscando entre las personas, pero no la encontraba, aquello me inquietó, tal vez se presentó algo de urgencia y no lo sabía, por lo que saqué el celular para llamarla. Y para mi sorpresa, tenía un mensaje de ella.
Mamá: ¿Puedes venir a la parada de autobús? No podré acercarme, lo lamento.
Subo la vista, viendo a todos con sus familiares tomándose fotos y trago saliva. Esta se sintió tan espesa que pude sentir como baja por mi garganta hasta aterrizar en mi estómago, causándome amargura.
Me han dejado sola otra vez.
Pienso en decirle algo, insistirle en que venga. Pero considero que, si no lo hace por su cuenta, es mejor que no lo haga.
He mendigado atención antes.
Pero inevitablemente me enojo. Quiero tirar la porquería de título al suelo, pero me abstuve de hacerlo porque todos me verían como si estuviera loca. Me sofoca ver cómo todos a mi alrededor se ven de los más felices acompañados, viendo cómo son felicitados y festejados. Y yo estoy de pie sola porque nadie tiene tiempo de venir.
De solo pensar en que papá ni siquiera pudo organizar el viaje, me pongo peor.
Quiero salir de aquí.
Antes de avanzar un paso, Frank me intercepta.
──¿Por qué tan sola?
Me obligo a sonreír.
──No pudieron venir.
Frank me observa con tristeza.
──Bueno, déjame tomarte una foto.
──No creo que…
──Vamos. ──Me sonríe──. Eres la mejor compañera del mundo, quiero una foto contigo.
Mis hombros se hunden.
Me demoré más de lo que esperé con esas fotos. Parte de mi se sentía culpable por dejar a mamá esperando más tiempo en la parada, pero esa parte era pequeña a comparación a la parte que le daba completamente igual.
Frank y su esposa me acompañaron hasta la parada, donde mamá estaba esperando.
La parada quedaba a dos calles.
Me despido de Frank, quien se presenta brevemente con mi mamá antes de irse. Yo solo me quedo esperando el autobús de pie junto a mamá.
──¿Cómo te fue? ──me pregunta con cierto temor.
──Bien ──digo secamente.
──Rebeca… ──No volteo a verla──. Se me hizo tarde, no me había fijado en la hora, y cuando llegué… me dio vergüenza llegar tarde.
¿Entonces prefirió no llegar?
No quise responderle.
El camino fue silencioso e incómodo, pero aun así insistió en ir conmigo al apartamento. Me obligo a no aparta la mirada de la ventana, no quiero que vea lo herida que me siento. Al ver que mi celular no deja de sonar con llamadas de papá, lo silencio.
Al llegar, mamá vuelve a hablar.
──¿Me puedes dar un momento para arreglarme? Quisiera tomarme una foto contigo.
Suspiro.
──La verdad estoy cansada, no tengo ánimos de fotos.
──Vamos solo una. ¿Puedo usar tu baño?
Asiento con desgana.
Apenas ella se va, yo también lo hago.
Me quito la ropa, el maquillaje, peinado y todo lo que indicara que fui a un acto de grado, todo lo que habían hecho mis tías para arreglarme. Y me visto lo más sencilla y cómoda posible, guardo el titulo y todo lo relacionado lo mejor oculto posible. No quiero tener nada a la vista que me recuerde este momento tan desagradable.
Estoy tan molesta, dolida y llena de rencor.
A pesar de que mamá y yo habíamos estado hablando para mejorar nuestra relación, siento que esto solo hizo que todo lo acumulado de tiempo atrás saliera a flote para explotar con esto.
Salgo a la sala donde ella está esperándome, solo que al verme su rostro se apaga.