Bailando Hacia Ti (colección: Cde #1)

Capítulo XLVIII

──Insisto. ──dice May, sosteniéndome──. Te recomiendo mi ginecólogo. Es mejor que tengas algo seguro con que cuidarte antes de seguir tomando las pastillas del día después, ¿no crees?

Hago una mueca, mareada.

La pastilla me sienta tan mal, que le doy la razón a May.

──De acuerdo ──acepto.

──¿Llamo a Cristian?

La veo.

──¿Quieres que Cristian vea que vas a ginecólogos? ──pregunto.

Ella maldice.

──Muy bien, listilla. Cuando te lo propones, también tienes tu lado atrevido. ──Suelto una risita, comenzando a caminar──. El hospital queda cerca, te acompaño. Para que así te vayas relajando para cuando vuelvas con Cristian.

──¿Por qué…?

Cuando me explica todos los chequeos que se hacen, me horrorizo. Pero aun así entro, si es algo que se tiene que hacer… no queda de otra. Solo que al salir de allí me siento avergonzada. Al menos no me hizo la citología; eso hubiese sido el colmo. La idea de explicarle todo esto a Cristian me da vergüenza.

Llegamos al apartamento y ambas nos arrojamos al sofá cama, agotadas.

──¿Cómo te va con…?

──Terminamos ──cuenta, cerrando los ojos──. Puedo entenderlo, soy demasiado intensa en ocasiones.

Hago una mueca de tristeza al verla así.

──Eso no es así, eres maravillosa. Lamento…

──No te preocupes, supongo que hay personas destinadas a estar solas. ──Se encoge de hombros──. Quiero ser la madrina de los hijos de ustedes, no lo olvides. Al ser soltera y exitosa, los consentiré a más no poder.

──No te rindas así, tú no sabes…

──Me va mal en esto, Rebeca. Creo que… me enfocaré en mi carrera por un tiempo. ──Abre los ojos y me sonríe──. Además, tengo una mejor amiga maravillosa y primos que me cuidan, no puedo pedir más.

Suspiro y tomo su mano con fuerza, deseando que algún día sea inmensamente feliz. Porque a pesar de su energía… merece ser cuidada con ternura.

──¿De qué otro primo hablas?

──Mi Dani ──responde──. Por mucho que nos molestemos, él… siempre está atento.

──Me alegra escuchar eso ──digo──. Ven siempre que lo necesites, May. Mi casa siempre es tu casa, eres la mejor amiga de la vida.

Se conmueve.

──¡Pues claro! ──retoma su energía──. Alguien debe enseñarte cosas interesantes…

Me sonrojo ante su tono pícaro.

Pasamos la tarde juntas y, con solo llegar Cristian, ella se levanta para irse. Porque lo primero que hizo mi pelirrojo fue llenarme de besos el estómago al sentirme todavía mareada por el efecto de la píldora.

──Ustedes empalagan. ──se queja y cierra la puerta. Él suelta una risa.

Cristian acaricia mi abdomen.

──Lamento esto, Ballerina.

Niego con la cabeza y le explico lo que hice esta tarde. Ahora el que se sonroja, es él. Lo veo tomar los exámenes que debo realizarme y asentir con la cabeza. Completamente adorable.

Días después, me encuentro en la academia, estirándome y calentando antes de comenzar con los ensayos. Más serena que nunca, porque aprendí a dejar todo lo malo tras la puerta para concentrarme en lo que amo hacer.

──¡Hola! ──Volteo a ver a la entrenadora, que estaba grabando con una cámara, enfocando al espejo y, por ende, a ella misma──. A continuación, grabaré el ensayo de mi mejor bailarina, practicando para su solo para su primera competencia nacional.

Me sonrojo, ¿eso es necesario?

La veo correr emocionada hacia mí.

──Rebeca, ¿puedo grabarte durante el ensayo? ──pregunta, totalmente emocionada y no pude negarme.

──Claro, no hay problema. ──Le sonrío a la cámara.

Entonces comienza la música.

Solo en este momento puedo estar completamente concentrada, desecho cualquier pensamiento de mi familia, cualquier inseguridad o sentimiento negativo. No estoy dispuesta a permitir que eso vuelva a opacar mi baile.

Quiero hacerlo perfecto. Lo lograré.

He estado ignorando las llamadas y mensajes de todos mis familiares. No pensaba volver a hablarles, al menos hasta que se me pasara por completo el enojo.

Me concentro en cada paso mientras me veo al espejo, solo somos la música y yo, no quiero que nadie más se interponga.

Cuando termino la entrenadora deja de grabar, hace la cámara a un lado y vuelve a reproducir la música. Se coloca a mi lado y me hace algunas observaciones, ella baila a mi lado y sonrío al vernos en el espejo, pensando en que parece un dueto muy bueno.

Comienzo a desear a realizar uno.

Definitivamente, hay muchas cosas que quiero hacer.

──Con confianza, ¡vamos! ──anima la entrenadora.

Sé por qué lo dice, este solo tiene el mismo salto con el que había fallado la última vez.




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