Bailando Hacia Ti (colección: Cde #1)

Capítulo Extra #2

«Papá,

Quiero hablarte desde lo más sincero de mi corazón. Recuerdo con cariño cuando me comprabas dulces a escondidas, cuando eras detallista con mamá, y sobre todo cuando bailaste conmigo en mi fiesta de quince años. Esos momentos me hicieron sentir especial y me mostraron un lado tuyo lleno de ternura que siempre voy a guardar conmigo.

Pero también hay otra parte que duele. Me dolió tu ausencia cuando era más pequeña, que nunca me defendieras a mí ni a mamá frente a los desprecios y agresiones, y que muchas veces eligieras guardar silencio. Me lastimaron tus palabras, aquella cachetada, y tu manera de controlarme. Y me dolió aún más que, cuando más necesitaba tu protección, no la encontré en ti.

Hoy acepto que no eres el papá que yo necesitaba, aunque siempre lo deseé. Ya no puedo seguir esperando que cambies o que me des lo que no recibí.

Decidir tomar distancia no significa que no te ame, sino que necesito cuidarme, porque estar cerca de ti me hiere. No soy culpable por poner un límite.

Te reconozco como parte de mi historia y agradezco los momentos buenos, pero ya no cargaré más con lo que me duele. Hoy elijo soltar lo que no me corresponde y caminar hacia adelante con más paz.

Con amor,
Rebeca
».

Suelto un suspiro y dejo el lápiz, tengo que cerrar los ojos para contener las lágrimas que quisieron salir. Tengo que recordarme que hago esto por mí, para liberar ese dolor que aunque quiera ignorarlo, sigue ahí.

No digo nada cuando siento a Cristian posicionarse detrás de mí, seguramente leyendo lo que escribí al verme tan silenciosa.

──¿Vas a entregarle esa carta? ──pregunta.

Allí sí que abro los ojos y me giro para verle.

──No ──respondo──. Es mejor que no lo haga, no quiero incomodarlo con esto.

Sonrío ligeramente cuando sube una mano y acaricia mi mejilla, viéndome con total preocupación.

──Sí es lo que quieres hacer y lo que más sana tu corazón, está bien.

No me resisto en preguntar.

──¿Crees que soy mala por cortar este lazo?

──No ──contesta al instante.

──¿Y si me critican por esto?

──Solo tu has vivido todo lo que ha pasado, Rebeca ──dice con seriedad──. Por ende, solo tu sabes lo que necesitas para sanar. Nadie que no haya estado en tus zapatos y recorrido todo tu camino, tiene el derecho de hacerte sentir mal por tus decisiones.

Coloco una mano sobre la suya.

──Sigo pensando que en la biblia...

──¿Honrar a tus padres? ──cuestiona y yo asiento──. Es cierto que eso se dice, pero eso puede sentirse como una carga enorme cuando los padres han causado dolor. Ballerina, honrar no significa permitir abusos o sufrimiento constante. Honrar también puede ser no odiar, no desearle mal, o incluso simplemente reconocer que te dio la vida.

Se arrodilla frente a mí, viéndome fijamente a los ojos.

»Es lo que siempre he admirado de ti ──dice──. Porque lo amas tanto, que decidiste dejarlo ir para que pueda estar con su hijo y no sienta la presión de tener que tomar un bando entre los dos. Que a pesar de que te hizo algo horrible, entiendes que no lo dejará de amar y te pones en sus zapatos. ¿Quién hace eso?

──¿Soy tonta por hacerlo?

Niega con la cabeza.

Me muerdo el labio cuando ahora limpia mis lágrimas. Lo hace en silencio y sin presionarme, algo que agradezco profundamente, y para cuando dejo de llorar, me acerco para darle un piquito antes de apartarme.

Cierro el cuaderno y lo guardo entre mis cosas.

Miro a Cristian acercarse a Lucas, quien está aprendiendo a gatear sobre la alfombra de espuma en el suelo. Sonrío con ternura al verlo de esa manera con nuestro bebé.

Quiero pensar que quizá hay otro universo donde todo fue diferente, donde puede que no sea la favorita, pero si soy escuchada, defendida y atendida. No puedo arrepentirme o desear que lo que me pasó no ocurriera. Aunque sea algo que me marcó, hoy entiendo que me dio una valiosa lección: me enseñó que en la vida, la maldad puede venir de cualquier parte. Y por mucho que me duela, no cambiaría esas experiencias.

Porque me hicieron lo que soy ahora, y eso está muy bien.

***

</3

Seamos siempre empáticos y respetemos las decisiones donde no conocemos todo el contexto. Aunque no compartamos opiniones o forma de manejar nuestra vida, siempre vemos el rostro, pero nunca toda la batalla que hay tras él.

Está bien poner un límite para cuidar tu corazón, jamás te sientas culpable de eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.