Me desperté por un sonido en mi ventana, me quedé boca abierta al ver lo que estaba posando en mi ventana un fénix azul, abrí la ventana y quité al lazo de su pata.
—Gracias
El ave asintió con la cabeza y aprendió su vuelo, desenrosqué al papel y empecé a leer "leímos su petición para entrar a la academia Sermiara, y con gusto la aceptamos Princesa Dragonis, sin embargo le damos la advertencia de que puede perder la vida en cualquier momento, y no por que usted sea parte de la familia real nos aremos cargo de la ira del emperador, al dejar caer una gota de sangre en este papel usted acepta que puede perder la vida, La esperamos en la academia."
Grite de emoción, me había aceptado, sin importar que estuviera en pillama fui a al salón real, abrí la puerta de golpe
—¡Padre, me aceptaron!
Mi padre me miró con sorpresa, llamó a un sirviente y pidió una daga, el sirviente me la entregó
—se que debes dejar caer una gota se sangre, y también quiero que la aceptes como regalo de despedida, Dragonis
Sonreí, pase la daga por la punta de mi dedo y deje caer una gota de sangre, el papel desapareció, un humo se formó y formó un mensaje "Cuando el sol brille como el fuego y veas que un camino dorado se forma hacia el sol, sera el momento en que deberás subir al lomo de un dragón del sol."
Mire hacia la ventana
—¡Voy a preparar mi maleta! —corri de regreso a mi habitación, agarré todo lo que creí necesario, guías para jinetes de dragones y algo de ropa, también le pedí a los sirvientes algo de ropa que me ayudará con el frío, trajeron la ropa, era de cuero y por dentro era suave y cálida, también una botas que me servirían para terrenos rocosos, estaba lista, cuando intenté cargar la maleta casi me voy de lado
—Jajaja —lahuien de rió afuera de la ventana, y supo de inmediato de quién era esa risa
—deja de reírte Vanessa, y ven a ayudarme
—lo siento, pero tenía que divertirme de algún modo —antro a mi habitación—, escuché que irás a la academia, te deseo suerte y ten cuidado, por cierto ¿Que tanto llevas ahí?
—tres libros algo de ropa
—¿Hablas de esos grandes libros?
Asentí
—por dios, solo lleva uno
—¿Pero que aré sin libros allá?
—tienen una biblioteca, además estarás más ocupada tratando de no morir que leyendo, vamos deja los otros dos o te romperas la espalda en cuento vuelvas a cargar esa cosa
De mala gana saque dos de los libros, Vanessa me señalo la cama para que me sentará
—¿Piensas ir con ese cabello suelto tuyo? —empezo a amarrarlo en dos trenzas y luego las adorno con algunas piedras—, cuida bien las piedras, las hice para ti
—¿Cómo regalo de despedida?
—no, para que te protegan, la piedra de color verde es para curar, si te lastimas rompe la piedra y exprese lo que quede la la herida
—gracias
—cuidate hermanita, me gustaría ir contigo pero me enviaran a las torres del norte por unas semanas
—¿A las tierras del norte? ¡¿Con los congelados?!
—no es para tanto, tengo a Bredus
—claro, eres la capitana de los jinetes de dragones
—asi es, si logras pasar la prueba seré tu superior
Sonreí, era su forma de darme ánimos
—mira —sañalo la ventana y el sol comenzó a brillar más
—es hora
Agarré de nuevo la maleta está vez ya no pesaba tanto, antes de salir jire y abracé a Vanessa
—por si ni lo puedo hacer una segunda vez
Vanessa me devolvió el abrazo
—demuestra que eres más que mi sombra, Dragonis
Salí del castillo, ahí estaba un dragón dorado como los rayos del sol, tenía una silla de montar y una caja para guardar cosas, con esfuerzo me subí a su lomo y metí mis maleta
—cuidate, dragonsita
—lo aré, papá
Agarré las riendas del dragón y emprendió vuelo, comencé a rezar en cuanto subíamos más y más, con forme más alto volaba más rápido iba, sentía que la muerte me estaba respirando en la nuca, tensaba más mis piernas y me sujetaba aún más a las riendas, en pocos minutos pude ver el páramo y como nos alejabamos de las montañas.
—bueno, el que casi me matarás con tu velocidad hizo que llegáramos más rápido
Pude ver cómo algunas personas estaban formadas afuera de las puertas de la academia, el dragón aterrizó cerca de ellos y baje con mucho esfuerzo, lo demás me miraron con sorpresa y ala vez se reían de cómo me costaba bajar del lomo del dragón.
—Señorita Dragonis, bien venida
—gracias, pero tengo una queja ¿Por qué este dragón vuela tan rápido y vuela tan alto?
—¿Zuvucrarth? ¿Quién lo dejo salir a recoger estudiantes? —las personas alrededor del director no dijeron nada, solo se encogieron de hombros—, pero la verdadera pregunta ¿Cómo es que usted logro sobrevivir a su vuelo tan salvaje?
Volteé a ver la dragón
—no lo sé, solo le aferré a la silla de montar y a las riendas como si mi vida dependiera de ello, y si dependía
—bueno debo felicitarla, a aprobado la primera prueba, la prueba de vuelo y supervivencia, esto va para todos, en este lugar montar un dragón lo es todo y sobrevivir también lo es, las reglas son simples, solo se puede matar a otro estudiantes con se le reta a un duelo, si alguien llega a asesinar a otro estudiante por cualquier razón, será inmediatamente enviado a su hogar y nunca más volvera aquí, y como sabrán en este lugar pueden morir en cualquier momento, dicho ésto ¡Bienvenidos a la academia Sermiara!