Baile de dragones

Capitulo 4 "Las tierras de los dragones"

Mientras subía las escaleras de la torre donde estaba las oficina del director, los tres dragones me seguían volando.

—les tengo envidia, ustedes si se cansan pueden caminar y luego volar

Al llegar a la puerta de madera toque con mis nudillos las puertas.

—pase

Agarré la manija y empuje, el director jiro sobre su silla

—que bien que llegaste, princesa Dragonis —se levantó de la silla—, da un pasó hacia atrás

Confundida hice lo que pidió, luego el director dio un pasó hacia enfrente

—como bien sabes, lo tres dragones que tienes son crías, y eso asé que tú entrenamiento aquí se atrase, lo jinete ahora mismo están aprendiendo a volar—agarro su bastón y la bola de cristal que tiene empezó a brillar en un tono azul—, pero no te preocupes, tengo la solución ¿Conoces las tierras de los dragones?

—no, señor

—son lugares mágicos que solo son usados por dragones, ahí el tiempo pasa demasiado rápido, y los cristales naturales de mana que están ubicados en cada sección de la tierra ayudan a los dragones a hacerse mucho más poderosos.

Mientras pienso en todo lo que dijo, me hace darle cuenta que apenas se muchas cosas sobre los dragones, cuando vuelvo en sí, el director ya está dando tres golpes en un círculo brillante y nosotros estamos dentro, los dragones están en el centro y muy cómodos.

—espero que no vomites después de esto

Todo se volvió muy brillante y cerré los ojos con fuerza para no dejar entrar la luz, luego una luz tenue atravesó mi párpado, abrí lentamente mis ojos y vi una anrome tormenta que venía hacia nosotros

—muy bien chico, es tu momento —dijo el director viendo hacia el dragón negro, el dragón extendió sus alas y voló hacia la tormenta

—¿El estará bien? —pregunte nerviosa

—claro, este lugar seguro es como su si fuera su casa, se sentirá seguro y cuando conecte con la piedra de maná, será todo un poderoso dragón adulto, ahora chiquillos vamos a que se conviertan en grandes dragones —dijo mirando a los otros dos dragones, dio tres golpes, ahora nos encotrabamos en un hermoso lugar, lleno de piedras que brillaban en un tono blanco puro, y muchos picos dorados que brillaban, el dragón blanco voló hacia allá.

—sers un gran dragón de luz o tal vez de sol ¿Tu que crees que sea?

—no lo sé, supongo que de sol, sus ojos brillan como el sol

—si, bueno el último es el verde, seguro que será de fauna, o tal vez sea de fango

—¿cuál es la diferencia?

—son dragones muy raros de ver, y si lo haces nunca más volverás a ver la luz del día, pero dudo que esté dragón sea común—dio tres golpes con su bastón—, después de todo esto hijo de la reina dragón

—los tres estarán bien ¿No es así?

—por su puesto —volvio a dar tres golpes, ahora estábamos en el lugar de la tormenta, todo estaba lleno de cráneos, cuando gire la cabeza mi mirada se encontró con una color amatista y tan brillante como esa gema.

—Dragonis —su voz se escuchaba como si fuera un rey—, mi nombre es Cayndan, y tú mi jinete está el día de tu muerte

Parecía que me reclamaba.

El director volvió a dar tres golpes, está vez Cayndan apareció alado de mí, a lo lejos lo vi era en verdad enorme, sus escamas brillaban como el sol, sus cuernos eran de un dorado tan hermoso que parecían de oro, y sus ojos eran como dos Soles, aterrizó enfrente de mí, en el centro de sus cuernos tenía una esfera.

—increíble, es un dragón de sol, puro, vaya es demasiado raro ver uno de éstos

—mi jinete, soy Gyrgess —su voz se escuchaba como una melodía calida, pero no sabría expresar con palabras su hermosa voz, Cayndan se acercó a él y juntaron sus cabezas

—es una muestra de respeto entre ellos, el dragón negro le está dando la bienvenida y también le está diciendo quién es el jefe entre ellos

No esperaba menos de un dragón con su temperamento.

Cuando los dos se separaron, el director volvió a dar tres golpes, estábamos de nuevo en el hermoso bosque, vi al último dragón, estaba sentado sus cuernos eran del color de la madera tenía tres en casa lado, sus ojos parecían luciérnagas, se acercó a mi.

—te estuve esperando —su voz se escuchaba tranquila, y muy encantadora—, mi nombre es Ryldrucrag.

—un dragón del bosque, también conocidos como guadianes despiadados del bosque, es simplemente hermoso —dijo el director al mirarlo

Luego fue con sus hermanos y los tres juntaron sus cabezas, luego los tres dragones se pusieron detrás de mí, el director volvió a dar los tres golpes.

Un fuerte aire golpeo mi cabeza

—bien, es hora de que aprendas a volar

Gire la cabeza, estábamos en un enorme acantilado, me asome era en verdad mucha, mucha altura

—muy bien, toma ésto como regalo —dio un golpe con su bastón, los tres dragones ahora tenía silla de montar, los tres miraron su espalda, supongo que les incómodaba tener esas sillas.

—¡No mueras princesa! —unas llamas azules lo envolvieron y desapareció

¡¿Ahora que hago?!

—bueno, lo primero sería montarlos, el problema es que no se a quien de los tres montar

Cayndan se acercó a mi, bajo un ala hacia mí, lo entendí quería que lo montará, con esfuerzo pude subirme a su lomo, puse mi pie en el sujetador de la silla y agarre las riendas.

—hmm, ¡Ya sé! Cuando quiera que pares daré un pequeño jalón hacia atrás y cuando quiera que vayas más rápido daré un pequeño golpe con las riendas ¿Te parece bien?

—no soy un caballo, usa nuestro lazo para pedirme que paré, que vuele o para que solo caminé

—oh, lo siento

Cayndan camino hacia la orilla del acantilado, su hermanos estaban alado de él, agarré aire y lo mantuve en mis pulmones.




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