Bajo 40 Máscaras: El Caso De Carla Vélez.

Dorian Y Su Extraña Personalidad.

El docente de Teorías de la Comunicación fue quien permitió que se dieran las elecciones de la presidencia del curso. Se dieron cuatro nombres: Gabriel Marca, Lisette Yunga, Francis Jordan y Tito Merizalde. Todos dieron su voto a un candidato. Entonces, el licenciado Romero anunció el resultado final:                                                                                        -Por tener más cantidad de votos, el presidente del curso es Gabriel Marca, el vicepresidente es Tito Merizalde, la secretaria es Lisette Yunga y el de comisión de disciplina es Francis Jordan. Por favor, pónganse de pie y hablen a sus compañeros.              Los cuatros se levantaron. Gabriel fue el primero en expresarse:                                                                             -Gracias por haberme seleccionado como el presidente del curso. La verdad no me esperaba esto. En este semestre, vamos a seguir luchando para liberarnos de tantos problemas que tuvimos en el anterior semestre. Ahora más que nunca, todos debemos estar unidos. Por cierto: ha ingresado un compañero nuevo. Su nombre es Carlos.Yo haré lo que sea necesario para que el nombre de segundo semestre quede en alto y sin mancha. Gracias.              Tuvo bastantes aplausos.

*****

A la hora de receso, Gabriel y Tito se aproximan al asiento de Carlos. Gabriel le preguntó:
-¿De qué universidad vienes?
-De la UAEK.
-¿Cuántos años tienes?
-18 años.
-¿Por qué te cambiaste?
-Por un problema con mis antiguos compañeros.
-¿Te gusta jugar fútbol?
-Sí. En el colegio yo solía jugar en el equipo del curso.
-Nosotros tenemos un equipo. Se llama "Cero Pantalla".
-¿Es un equipo por semestre?
-Sí. El nombre del equipo debe ser permanente, es decir, no podremos cambiarlo otra vez.
-¿Quiere decir que se llamarán "Cero Pantalla" hasta el final de la carrera?
-Sí, Carlos. Ahora, mi pregunta es: ¿deseas unirte a nuestro equipo?
-Claro que sí. Cuenta conmigo como defensa.
-Excelente. Muchas gracias.
-A ti, Gabriel.
-Puedes decirme 'Gabo'.
-Mi nombre es Tito. Soy el vicepresidente del curso, así que no dudes en consultarme cualquier duda o sugerencia.
-Muchas gracias, Tito.
Alguien regresó a ver a Carlos, quien esquiva la mirada.
-¿Estás bien?-le preguntó Gabriel.
-Sí.
-Qué bueno. Gabo y yo iremos al comedor del campus. ¿Vienes?
-Sí, vamos.

*****

Tito se levanta luego de comer.
-Me adelanto al aula. Tengo que hablar con Laura.
-Anda nomás. Aquí nos quedaremos.
Tito se va. Carlos le preguntó:
-¿Quién es Laura?
-Es la secretaria del curso.
-Gabriel, ¿por qué todos estaban muy desanimados?
-Bueno...la verdad pasó una tragedia con una compañera, y lastimosamente falleció. Solo sabemos hasta ahí.
-¿Cuándo es el velorio?
-No lo sé. Su primo dijo que no se haría velorio debido a que el cuerpo tuvo dos días sin hallarse, y no soportaría este calor.
-¿Entonces se hará el sepelio sin pensarlo?
-Así es, Carlos. Y te voy a dar una sugerencia muy útil: no creas todo lo que escuches, y no des respuestas a todos sobre todo. Aparte de eso, no hagas más preguntas sobre lo ocurrido porque no se sabe quién o qué es responsable de su muerte.
-De acuerdo. Te lo agradezco, Gabriel. Por cierto, ¿cómo se llama el que regresó a verme?
-Descríbelo.
-Uno alto, fornido y que tiene una camiseta de Adidas.
-Si no me equivoco, su nombre es Ronaldo. ¿Te sentiste intimidado por él?
-No. Él me quedó viendo y sonrió por un instante. No sabía qué responder.
-Comprendo. No es un gran problema, así que puede esperar. Oye, ¿quieres hacer el trabajo con nosotros?
-Bueno, no sé. ¿Quiénes están?
-Los primos Merizalde, Francis, Assael, Pedro, Roberto, Leonel y Sebastián.
-Entonces seríamos 10 en ese grupo.
-Sí, aunque la profesora dijo que no todos tenían que exponerlo.
-¿Y si los chicos no me aceptan en el trabajo?
-Le agradas a Tito y a mí. Los demás son como nuestros seguidores.
-Entiendo. Por ellos fue que te hiciste presidente.
-Sí, pero no me enorgullezco de eso. Me llevo bien con todos y les doy la información necesaria y pertinente.
Sonó la campana.
-Mejor hablamos a la salida, Gabriel.
-De acuerdo.

*****

Alguien se sentó junto a Carlos. Él regresó a verlo.
-Perdón si te interrumpo.
-No hay problema.
-Mi nombre es John.
-Yo soy Carlos, el nuevo.
-Ya veo. Creo que aún no sabes lo que pasó aquí.
-¿De qué hablas?
-De un misterioso crimen organizado en este sitio.
-¿Cómo estás tan seguro de eso?
-Ella era nuestra compañera. Yo la conocí en el colegio y estaba enamorado de ella. Sin embargo, no me aceptó porque Marcos es hijo de un multimillonario y no le falta nada. Se me rompió el corazón.
-Lamento mucho escuchar eso.
-No es para tanto. Y cuando supe de su muerte, me quedé mudo. Casi me desmayo ese día. Por eso me comporto así, Carlos.
-No lo veo tan favorable para ti, John.
-Pero lo es. Su supuesta mejor amiga no estuvo con ella. Mi hermano y ella no supieron qué hacer.
-¿Tu hermano es novio de su mejor amiga?
-Sí. Su mejor amiga es Adela.
-¿La de nuestro curso?
-Esa misma. Mi hermano y ella estuvieron en un momento íntimo esa noche. Escuché cuando recibió una llamada de los padres de Carla.
Adela estaba llorando y mi hermano la consolaba. Fue un desastroso fin de semana.
-Debió ser muy difícil para ti.
-Lo fue. Por eso es que no me gusta mucho encariñarme con alguien porque si termino perdiendo, saldré lastimado.
-John, no pienses eso. Por ahora puedes sentirte deprimido y desmotivado, pero no te rindas. Aparecerá un nuevo amigo para ti.
-¿Puedes tú ser mi amigo, Carlos?
-Bueno, no puedo rechazar tu oferta, pero creo que empezaremos poco a poco.
-De acuerdo. ¿Quisieras hacer el trabajo conmigo?
-Sí, yo te ayudo.
-Muchas gracias. ¿Me puedes dar tu número?
-Claro que sí. Anótalo.
Mientras tanto, entra un señor con traje elegante y una postura de firmeza y autoridad. Carlos y John dejaron de conversar.
-Buenos días, estudiantes. Soy el coordinador de la carrera de Comunicación Social. Mi nombre es Abelardo Pérez, y soy licenciado en Comunicación Social, graduado en esta universidad. Me imagino que ya se enteraron de la muerte de una compañera suya. Y sí: acaban de identificar el cadáver, lo cual fue devastador para sus padres. Quienes deseen participar en apoyo a la familia Vélez, acercarse más tarde a mi oficina. El señor Marca les indicará dónde es. Ah, casi me olvido: pueden salir temprano porque no vino el profesor Mendieta. Pasen un buen día.
El licenciado Pérez se retira del aula. Hubo un silencio helado como respuesta de la noticia.
Entonces, Marcos se levanta y se expresa ante sus compañeros:
-Chicos, si realmente queremos remediar la situación de desapego que tuvimos en primer semestre, deberíamos intentar ir todos al funeral. Ella era mi novia y por eso me siento muy mal desde que me enteré. Le agradezco a Gabriel por sus buenas intenciones de hacer lo correcto y me alegro mucho de haber sido escogido como presidente del curso. Ahora mismo quisiera saber cuántos irán al funeral de Carla.
Los que levantaron la mano fueron: Tito, Dorian, Carlos, Gabriel, John, Gabriela, Jossimar, Adela, Lisette, Milton, Roberto, Ronaldo, Giovanni, María, Allan y Alex. Los demás afirmaron no estar seguros de asistir.
-Bien. Eso es todo. Me voy.
Todos salen del aula, a excepción de Gabriel, John y Carlos.
-Gabriel, quisiera que sepas que voy a trabajar con John. No es nada personal.
-Entiendo. No te puedo obligar a quién debes escoger. El entrenamiento es a las dos de la tarde. No faltes.
-Ahí estaré.
Gabriel se va.
-No sé cómo puedes ser tan valiente para hacer eso.
-Me gusta ser frontal. Por eso tuve problemas en la anterior universidad.
-Entiendo.
Entró alguien y tomó su mochila sin hablar. Los miró por unos segundos y después sale. No se inmutó al presenciar su conversación.
Ambos salen del aula.




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