Ya en casa, Ronaldo entró a ducharse mientras Carlos estaba recostado en la cama. Recordó lo que Pedro le contó:
"-Mariana hizo que los enemigos de Dorian ahora sean nuestros enemigos. Luego de delatarlos, Joaquín y sus compinches han agredido varias veces a Dorian fuera del campus. Ronaldo y Francis se les enfrentaron una vez, pero no ayudó en mucho. Y ella se desligó de ese asunto tan a la ligera. El coordinador supo que Mariana nunca reportó aquella y le hizo un llamado de atención en el aula. No te imaginas lo vergonzoso que fue para ella. Carla le gritó a su hermano y le abofeteó. Dorian creyó que con eso la situación se calmaría, pero las aguas se pusieron más bravas cuando Carla le rechazó la salida. Marcos le golpeó en el rostro porque ya estaban de novios. Él solo causa ese tipo de problemas en los demás."
Volvió en el presente cuando escuchó la voz de Ronaldo:
-Amor, ¿no vienes?
Carlos se levantó de la cama y fue a la ducha. Miró a Ronaldo a los ojos y le preguntó:
-¿Por qué defendiste a Dorian ese día?
-¿En serio me preguntas por él ahora?
-Solo responde, por favor.
-Lo hice porque Gabriel me lo pidió de favor. Leo y Roberto lo hallaron malherido. Gabriel vio las fotos. Entonces acudió a mí y yo accedí con una condición.
-¿Qué condición?
-Que no se vuelva a enamorar de mí y que le quede claro que no regresaremos a ser pareja. Él aceptó y dejó de hablarme. Entonces llegaste tú a mi vida y...
-Y te enamoraste de mí, ¿verdad? Querías olvidarlo.
-Lo hice. Pero no te utilicé para eso. Ni siquiera tenía pensado hacerlo. Yo me enamoré tan profundamente de ti que quise seguir con esto y contigo. Nada de lo que hicimos fue por quitar otro clavo.
-Yo...te creo. Es solo que...tú y él...tienen una historia.
-Amor, no pienses en eso. No te atormentes con lo que fue. Hemos planeado nuestro futuro y no quiero que esto se acabe. Entra a la ducha conmigo, por favor.
Carlos empezó a desvestirse lentamente. Ronaldo lo admiraba en silencio. Luego comentó:
-Me encanta que sigas provocando tantas cosas en mí. Te amo, Carlos Isaac.
-Y yo a ti, Ronaldo.
Carlos entró y besó los labios de su novio. Luego, dejó que el agua recorra su cuerpo y que su novio le enjabone la espalda.
-Pensé que estabas molesto conmigo.
-No, no lo estoy. Solo estaba atónito.
-Te comprendo. Si Pedro te contó sobre mí, lo hizo para que sepas lo que pasó. Y pues, la historia de Gabriel y yo quedó en los cuentos del ayer. Ahora mismo te amo más que nunca. Seguiré amándote todos los días de mi vida.
-Yo igual. Amor, tú eres el único hombre que me ha hecho sentir tantas cosas bonitas. Eres como un príncipe azul.
-Lo soy, mi niño.
Ronaldo besó sus labios desde atrás, rodeando su torso con sus brazos.
-Ya quiero vivir contigo, mi niño hermoso.
-Yo también quiero eso. ¿Tienes el lugar donde quieres llevarme?
-Ya lo he conseguido. Ahora te pregunto: ¿quisieras mudarte al iniciar este semestre o el próximo?
-Amor...
-Es que quisiera saberlo para poder organizar lo necesario.
-Quisiera que fuera lo más pronto posible. Pero a la vez me genera un poco de inquietud por el tiempo que tenemos juntos.
-Eso es comprensible. Por eso necesito que estés completamente seguro de dar este paso.
-Sí quiero. Ahora hablemos de eso.
-Muy bien. Pediré comida mientras lo hablamos.
-De acuerdo.
Ambos salieron de la ducha, se secaron y se vistieron. Estuvieron comiendo y conversaron acerca de su relación, de las metas que tienen como pareja y de manera individual.
Ronaldo y Carlos dormían abrazados. De pronto, el celular de Carlos suena sin parar. Él contestó.
-¿Hola?
-Carlos, creo que es inoportuno llamar a estas alturas de la noche. Pero lo hago por algo muy urgente.
-¿Qué pasó, Gaby?
-Me enteré que Gabo fue herido de bala. Alguien le disparó cerca del hombro.
-¿Cómo lo supiste?
-Me lo contó John. Y creo que también lo vi en las noticias. Al parecer querían matarlo. Está internado en el hospital.
-Mañana iré para allá. Gracias por avisarme.
-De nada. Descansa.
Gabriela cortó la llamada. Ronaldo habló con voz ronca:
-¿Quién era, mi amor?
-Gaby. Creo que alguien quiso matar a Gabo. Pero está en el hospital.
-Mañana iremos allá. Ahora debemos dormir.
-Está bien.
Carlos se acomodó entre los brazos fuertes de Ronaldo. Sus manos tocaban sus pezones.
-Carlos Isaac...
-Dime, amor.
-Te amo demasiado, mi príncipe. Se siente tan bien estar así con quien amas.
-Me encanta estar así contigo, Ronaldo. Jamás pensé enamorarme de alguien y sentir que voy a ser correspondido.
-Cuando es mutuo y sincero, es duradero. La fidelidad y el respeto van de la mano. Tú sabes que yo decidí amarte y no he dejado de hacerlo.
-Admito que no me esperaba que un hombre me conquistara, pero no puedo negar ahora que, no se trata de la orientación sexual, sino de la persona.
-Bueno, yo soy del equipo "solo hombres", mientras que tú quisiste explorar un poco más tus opciones y está bien. Yo quiero ser tuyo, solo tuyo.
-Yo ya soy solo tuyo, amor. Hacerlo entre hombres se siente muy rico.
-Eres travieso, amor. Eso me gusta de ti.
-Tú también lo eres. Por cierto: no tengo sueño.
-Entonces, ¿qué quieres hacer, mi niño?
-Solo quiero estar acostado contigo, así como estamos ahora.
-Está bien.
Carlos cerró los ojos y sentía los latidos de su novio, el calor y su respiración calmada.
Ambos se quedaron dormidos.
****
Carlos encontró una hoja doblada. Decía: "Si quieres saber quiénes son los sujetos que estuvieron esa noche, debes encontrarte con la última persona que estuvo cerca de Carla antes de su muerte."
Carlos estaba confundido. No entendía quién le había dejado esa nota con un mensaje en clave. Arrugó la hoja y botó la bola de papel en un tacho cercano.
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Editado: 19.11.2024