Capítulo 3 La vieja cabaña.

Volver a la cabaña fue como abrir una puerta al pasado, un lugar que había estado lleno de risas, caricias y sueños , de planes para los dos. Annais no había cambiado, su risa seguía siendo la misma que recordaba, y cuando sus ojos se encontraron con los míos, supe que el tiempo no había logrado borrar lo que sentía por ella. Preparamos una cena sencilla, pero lo importante no estaba en la comida, sino en lo que estaba surgiendo entre nosotros. En la intimidad de aquel lugar, rodeados por el bosque, me di cuenta de que la conexión entre nosotros seguía siendo la misma a pesar de los años, ya no éramos unos adolescentes, pero sin embargo era más fuerte que nunca.

Había pasado tiempo pero la magia, no había desaparecido entre ambos.

Fue mi primer amor y quedó sellado en mí, para siempre.