Nunca olvidaré aquella tormenta. Nos sorprendió en medio de las colinas, donde el viento y la lluvia nos empapaban. Nos refugiamos en una cueva cercana, y en ese espacio pequeño y oscuro, la cercanía entre nosotros fue inevitable. La tormenta rugía fuera, pero dentro, el silencio nos acompañó, lleno de emociones. Fue en ese refugio, bajo la tormenta, cuando nos besamos por primera vez desde que regresé. Un beso lleno de pasión y de ternura, pero también de un deseo profundo que no podíamos negar ninguno de los dos.
Annais es perfecta, muy serena, pero con una sonrisa muy provocativa que a mí me vuelve loco.
Es la mujer que no debí dejar escapar en su momento, pero la vida giró diferente, y nuestros rumbos no se volvieron a cruzar.
Ahora nuevamente he regresado y esta vez la quiero en mi vida para siempre.
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amor de juventud, reencuentro y nuevos comienzos, decisiones difíciles.
Editado: 13.01.2025