Revisando viejas fotos, me di cuenta de cuán lejos habíamos llegado, y cómo a pesar del tiempo, aún nos entendíamos con una mirada. Cada foto que Annais me mostraba traía consigo una avalancha de recuerdos: los días de sol, las tardes de lluvia, las promesas que nos hicimos mirando un futuro que nunca llegó a ser. Pero lo que realmente me impactó fue darme cuenta de que, a pesar de todo, el amor seguía presente entre nosotros. Ninguno de los dos nos habíamos olvidado, a pesar del tiempo, de la distancia.
De tener en nuestras vidas a otras personas, que jamás ocuparon nuestro corazón.
Nunca le llegué a escribir una carta, ni la llamé por teléfono; pensé que ella haría su vida y encontraría alguien especial para ella. Cuando perdemos el contacto con alguien, todo cambia y las personas también.
En nuestro caso, los dos estábamos sufriendo el uno por el otro, pero ninguno dio el paso hacia adelante; dejamos correr el tiempo...
A pesar de amarnos tanto, creo que nos faltó valor. El valor de luchar por nuestro amor, y yo de eso me siento culpable.
Nunca debí dejarla, debí luchar por lo que más quería, a ella, pero tal vez mi juventud no me dejaba ver lo que ahora veo y siento.
Años de felicidad perdidos en el tiempo.
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amor de juventud, reencuentro y nuevos comienzos, decisiones difíciles.
Editado: 13.01.2025