Bajo El Mismo Cielo

2. Un Grito Al Silencio.

 

Allí se encontraba Abril, mirando a la elegante mujer hablando en una aula a las nuevas alumnas. 

 

— ¿No es magnífica? — Le habló una chica sentada a su lado, Abril la miró y la chica se presentó. — Soy Marina. 

 

— Yo... soy Abril. — Respondió Abril, de ojos tan negros como la noche y un cabello largo y liso del mismo color. 

 

 

Abril agarraba la maleta que le entregaron, era de color rosa furcia, su color preferido. El lunes comenzaban las clases y era su gran ilusión. 

 

— Ey, Abril. — La llamó Marina que se le acercó. — ¿Quieres que te lleve a algún lado? 

 

— Gracias, pero mi prima vendrá a buscarme. —  Le contestó Abril agradecida y  Marina puso una mueca. 

 

— Entonces nos vemos el lunes. — Soltó apenada y Abril se paró, viendo como Marina caminó para un coche negro, donde la estaban esperando su chofer.

 

— Es la hija de la señora Paola Amanecer. — Escuchó a su espalda Abril, que dio un bote de terror y se dio la vuelta. 

 

— Ana. — Chilló y su prima sonrió mirando el maletín en sus manos. 

 

— Ya lo tienes, que bien. — Le dijo Ana agarrando el maletín de las manos de Abril y ella sonrió orgullosa. 

 

— Mi madre se pondrá contenta. — Abril caminó con Ana que cargaba con el pesado maletín, mirando su tallado plateado con el emblema de la Academia Belleza Amanecer, dos alas sobre un círculo. 

 

— Tengo algo que decirte. — Le comentó Ana y Abril la miró, siendo rodeada del cuello por el brazo de su prima. — ¿Qué te parece ir este fin de semana a un viaje conmigo? 

 

— ¿Un viaje? — Preguntó Abril y su prima asintió. 

 

— Sí, no lo pasaremos bien. — La alentó Ana soltándola y adelantando el paso hasta su coche. — Conocerás a más personas y no solo las chicas de la Academia. 

 

— Pues... porque no. — Contestó Abril que se acercó hasta ella. — ¿Y donde será? 

 

— ¿Te gusta esquiar? 

 

— ¿Esquiar... ? — Preguntó Abril, para ella sería la primera vez que iría a esquiar, ya que nunca lo había hecho. 

 

 

La mañana del viaje Abril llegó hasta la estación de autobuses, donde observó a más personas de la compañia García que también viajarían. 

 

— Hola, Sebastián. — Saludó Ana que se apartó de su prima y se acercó hasta sus compañeros. 

 

— ¡Ana! — La llamó Abril a voces, sintiéndose sola, hasta que se agarraron a su brazo y al mirar vio a Marina. 

 

— Es una sorpresa encontrarte aquí. — Le dijo Marina y Abril se quedó extrañada, era la chica de la Academia. — ¿Con quién vienes? 

 

— Marina por favor, no seas pesada. — Las dos escucharon una voz masculina, y al mirar Abril observó que se trataba del jefe de su prima. 

 

— Hermano no digas eso, vas a espantar a mi nueva amiga. — Le gruñó Marina a su hermano y Abril no supo que hacer. ¿Ella su nueva amiga? 

 

— Ves amigas donde no las hay. — Se rió Harris, que caminó para su coche no sin ante mirar a Abril y preguntarle. — ¿Te he visto antes? 

 

— Pues... — Dudó Abril y Marina la soltó, agarrándose al brazo de su hermano mayor. 

 

— No la molestes. — Pidió llevándose a su hermano, quien sonrió. 

 

— ¿No le habrás dicho ninguna burrada? — Preguntó Ana, que se acercó a su prima agarrando de sus manos su pequeña maleta. 

 

— No te preocupes, no le he dicho nada. — Refunfuñó Abril, poniendo una mueca y Ana sonrió. 

 

— Menos mal. — Contestó, agarrando la mano de Abril y tirando de ella para el autobús. 

 

 

El autobús llegó hasta la cierra, de montañas blancas cubiertas de nieve y Abril se quedó mirando el gran hotel. 

 

— Abril. — La llamó Ana, que estaba junto a Sebastián posando frente a unos muñecos de nueve. — ¿Nos podrías sacar unas fotos? 

 

— Sí, claro. — Contestó Abril, que se acercó sacando del bolsillo de su abrigo su teléfono móvil, cuando chocaron con ella y el teléfono cayó de sus manos. 

 

— Ten más cuidado. — Se dirigieron a ella y Abril agarró su teléfono móvil del suelo. 

 

— Lo... lo lamento. — Se disculpó Abril apenada y observando a la actriz frente a ella, era la más admirada por el momento, de gran belleza y exelentes curvas. 

 

— No entiendo porqué Harris hace cada año un viaje de empresa para ustedes, sois unos incompetentes. — Respondió la chica mirando con asco a Abril. 

 

— Reina. — Escucharon la voz se Harris que se acercó hasta ellas y mirando a Abril la vio agachar la cabeza. — No tienes derecho de tratar así a mis empleados. 

 

— Cuando nos casemos también serán mis empleados. — Contestó Reina, que colocó sus manos en su pecho y se le acercó aún más, dándole un beso en la boca. 

 

— Ya, Reina. — Se soltó Harris con brusquedad de ella y se dirigió a Abril. — ¿Te encuentras bien? 

 

— Pues... — Contestó confusa, no dejando de mirar la cara agria de la mujer. 

 

— Será mejor ir entrado. — Le dijo Harris, colocando su mano en la espalda de la muchacha y haciendo que caminara. 

 

— ¡Harris! — Los llamó Reina gruñendo. — ¿Cómo se atreve a dejarme tirada? 

 

— ¿Cuándo entenderás que a mi hermano no le interesas? — Le preguntó Marina parándose su lado.

 

— Nos casaremos. — Afirmó Reina, remitiéndose el cabello tras la oreja. 

 

— Nunca hagas demasiado caso a las palabras de mi madre. Harris es como nuestro padre, siempre se dejará llevar por lo que su corazón le ordene. — Le contó Marina provocando la rabia en Reina. — Chao.

 

— Será estúpida. — Bramó Reina enrabiada, mirando como Marina se acercaba a los trabajadores de la empresa García. 



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 23.08.2021

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