Bajo el ruido de la fama.

CAPÍTULO 16. El silencio compartido. (Harris).

Nunca había sentido algo así. El momento en que Davien me tomó de la mano, me arrastró detrás de la tela y me presionó contra la pared con su mano sobre mi boca, seguía repitiéndose en mi cabeza como una escena imposible de olvidar. No era solo la tensión del escondite, ni el miedo de que nos encontraran ahí, tal vez de esa manera. Era la forma en que me miró.

Sus ojos estaban fijos en la puerta, atentos a la chica que lo perseguía, pero en algún instante se desviaron hacia mí. Fue una mirada rápida, intensa, que me dejó sin aire. No era la mirada del arrogante que todos conocían, ni la del líder que parecía invencible. Era otra cosa. Era humana.

Me tumbé en la cama esa noche, incapaz de dormir. Cerraba los ojos y lo veía de nuevo, tan cerca que podía sentir su respiración. La pared fría en mi espalda, la tela rozando mi hombro, y su mano firme obligándome al silencio. Todo eso se mezclaba con el latido acelerado de mi corazón.

¿Por qué me afectó tanto?

Siempre había pensado en Davien como alguien lejano, inaccesible. Una “super estrella” que vivía en un mundo distinto al mío. Lo veía en los pasillos, rodeado de gente, repitiendo su “gracias” como si fuera un actor en un escenario. Y yo, invisible, apenas existía en comparación.

Pero en ese momento, escondidos juntos, todo cambió.

Ya no lo veía como arrogante. Ya no lo veía como alguien intocable. Lo veía como un chico que necesitaba escapar, que buscaba refugio, que me había elegido a mí para compartir ese silencio.

Me levanté y me acerqué a la batería. Tomé las baquetas y empecé a golpear suavemente, marcando un ritmo lento. Cada golpe era un recuerdo, cada redoble una pregunta. ¿Qué significa esto?

Pensé en Stellie. Ella siempre me decía que tenía talento, que debía creer en mí. Pero nunca me había hablado de Davien de esa manera. Nunca me había advertido que detrás de su fachada había alguien tan distinto. ¿Lo sabía? ¿Era parte de su misterio?

Me mordí el labio, indeciso. Quería contarle lo que había pasado, pero algo dentro de mí me detuvo. No era solo un secreto. Era algo que sentía que debía guardar, como si fuera mío y de Davien.

Me senté de nuevo, cerrando los ojos. Recordé la presión de su mano sobre mi boca. No fue violenta, no fue dura. Fue firme, protectora, como si necesitara asegurarse de que yo no rompiera el silencio. Y en ese gesto, sentí algo que nunca había sentido antes: confianza.

Davien confiaba en mí.

No sé por qué. No sé qué vio en mí para hacerlo. Pero lo hizo. Y eso me cambió.

El día siguiente en clase, lo vi entrar. La chica que lo había perseguido ya no estaba, pero las miradas seguían siguiéndolo. Él caminaba con la misma seguridad de siempre, con esa fachada que parecía impenetrable. Pero yo sabía la verdad. Yo había visto lo que había detrás.

Me miró un instante, y aunque fue breve, sentí que había algo distinto. Como si compartiéramos un secreto que nadie más conocía.

Mordí mi lápiz, bastante nervioso. No podía dejar de pensar en ello. No podía dejar de pensar en él.

Ya no es una super estrella.
Ya no es arrogante.

Es Davien.

Y yo empezaba a verlo de otra manera.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.