Bajo la lluvia

No me rindo

Alan 

No estaba seguro de cuánto tiempo llevaba atado a aquella columna, estaba en una cabaña oscura, mis secuestradores no habían dado la cara aun, después de que nos alejáramos un poco del carruaje me vendaron los ojos, solo el sonido agudo y desesperante de una puerta me dijo que habíamos llegado a mi nuevo lugar de tortura, pero había usado mascaras mucho tiempo y no era el momento de dejarlas caer, así que en cuanto me quitaron la venda examine el lugar, telarañas por todos lados, ventanas de madera cerradas por completo aunque a pesar de ello se filtraban algunos rayos de luz, una buena cantidad de paja acumulada en un solo lado de la habitación, un piso empolvado por el que se arrastraban diferentes insectos y algunas sillas esparcidas, era un lugar abandonado no habían rastros de vida humana allí, el olor a rancio y viejo solo lo confirmaba, cada cabaña habitada o no estaba registrada en el castillo, pero nunca habíamos recibido información de una en este estado, lo que me llevaba a pensar que el lugar había sido muy bien ocultado o que los guardias habían fallado en el censo anual.

Pero la requisa no duro mucho más, en contados segundo el ruido seco de mi cuerpo cayendo inundo el salón, dolió, mentiría si dijera que no, sin embargo, mi cuerpo estaba tan acostumbrado a los golpes que esto parecía una caricia y esta vez al menos tenía el estímulo de que ella estaría bien

– ¿no va a llorar alteza? Pregunto una voz rasposa y burlona, enfoque al hombre con una sonrisa en los labios y unos ojos verdes que transmitían muchas cosas, las cuales estaba mejor sin saber

Te aseguro que la sombra que los acompañaba jamás a conocido la tranquilidad

no temblé y me esmeré en que mi voz tampoco lo hiciera cuando respondí secamente

-tendrás que hacer mucho más si quieres que llore ¿acaso te excita que tus victimas muestren miedo o es simple retraso mental?          

La patada en mi estomago fue una respuesta clara a lo que pensaba el tipo al respecto, tosí por el impacto y aun así volví a replicar

-para que me quieren, porque debo admitir que secuestrar a su futuro gobernante no es lo más sabio

-eso no es de tu incumbencia, ahora permítame ponerlo cómodo en sus nuevos aposentos

En este momento deseo la cama que le diste a Leah o al menos unas tortitas con miel, para reponerme

Tristemente nada de eso pasó, termine con piernas y manos atadas, el ardor en las muñecas y tobillos empezaba a volverse insoportable, había tenido mucho tiempo para estar solo conmigo mismo y dejarme tanto rato con mi cerebro no era buena idea, porque cuando pensaba mucho los recuerdos que se creían muertos y los pensamientos menos deseados, esos que solo se presentaban en las pesadillas y que arañaban día a día como monstruos intentando salir de la jaula en la que los tenia, resurgían sin piedad porque  estando allí empecé a recordar cada latigazo, cada vez que una vara había rozado mi piel, cada cicatriz ardía en mi brazo como si la sangre aun resbalara por el, las emociones también volvieron a latir y el odio que sentía hacia mi agresor fue el mismo que cuando tenía cinco, el dolor que se escondía detrás del educado y frio Alan no se contuvo más,  haciendo que un nudo se instalara en mi garganta,  ¿era un cobarde? ¿era un malagradecido? después de todo había muchas personas que tenían que pasar cosas peores, ¿acaso era un príncipe inservible, mimado y problemático? ¿iba a ser tan mal gobernante que mi vida debía acabar siendo solo un aspirante?   

No sabía si me estaban buscando, tampoco si lograrían salvarme y de hacerlo si en el palacio se alegrarían de mi regreso, pero fui consciente de lo poco que había disfrutado mi vida, de cómo deje de lado todo lo que me gustaba, me encapsule en un intento por ser perfecto, si hoy moría ¿lo haría en paz? La verdad es que no, no estaba listo para hacerlo y no creía que hubiese cumplido mi misión en este mundo como para dejarlo, por eso me prometí a mí mismo que si lograba salir me esforzaría para empezar a vivir por mí mismo y no por los demás.

Unas pisadas interrumpieron el silencio y segundos después dos caras desconocidas entraron en el lugar,  iban sin camisa lo que les dejaba ver a fondo sus fornidos cuerpos, era claro que lo habían hecho para infligir miedo con esos músculos, para hacerme creer que yo era débil, lo que ellos nos sabían es que un golpe a mi cuerpo no era a lo que yo más temía porque las heridas que más duelen no suelen ser físicas, uno de ellos tenía  una barba larga que combinaba perfectamente con los ojos cafés y la cobra enroscada en la calavera que se hallaba en su antebrazo derecho, el otro tenía diferentes marcas a lo largo del torso y los brazos pero no perdí tiempo detallando

-¿listo para acabar con esto de una vez?, pregunto el de barba

- nací listo, la verdadera pregunta es ¿Cómo lo harán? ¿rápido y sin pensar o lento y lleno de diversión para ustedes?

- ¿me sorprende que tengas ánimos de seguir hablando tanto? Lolo porque no nos haces un favor y lo callas de una vez mientras pienso como divertirnos, expreso el otro

¿Por qué la gente no podía disparar y ya? No sabían que muchos villanos ganarían si no perdieran tanto tiempo en la tortura y la explicación de sus planes o que habría más parejas si los involucrados no esperaran hasta que uno de los dos estuviese ya con alguien más, supongo que por eso la vida no era recta, sería demasiado fácil y aburrida, la vida tenía que ser un camino lleno de curvas, de subidas y bajadas al que solo los valientes sobrevivían, eso hacía que cada triunfo fuese tan emocionante e importante.

Una bota aterrizo nuevamente en mi estómago, pero no paro allí siguió una, dos, tres y muchas veces más al punto que perdí la cuenta, empecé a tener espasmos y la tos fue imposible de ocultar aun así sonreí y volví a gritar lo que ya les había dicho

-necesitaran más que eso

No era un super héroe y no tenía nada que me hiciera exento a la muerte o al dolor, estaba seguro de que la vida era solo un paseo por la tierra, pero ese paseo no acababa ni cuando nos estábamos ahogando, acababa cuando nosotros decidíamos rendirnos y yo no me iba a rendir, el heredero al trono jamás se rendiría ante nada ni nadie



#4191 en Fantasía
#10047 en Novela romántica

En el texto hay: romance, magia, novela adolescente

Editado: 14.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.