LEAH
¿Qué me había llevado a estar ahí?, la pregunta se repitió una y otra vez, definitivamente los sentimientos te llevaban a perder, el destino me había dado la posibilidad de deshacerme del principito, y yo como una tonta no la había tomado, no, tenía que ser una estúpida que siguiera arriesgándose hasta la muerte por rescatarlo, pero, si dejarlo morir era lo correcto, porque no me arrepentía de estar allí, porque en el fondo de mi pecho algo me decía que esa era la decisión que debía tomar,
-después piensas, ahora salva tu vida, por una vez en tu vida se inteligente
–siempre soy inteligente
–no me hagas decir lo que no quieres oír
– nadie te va escuchar
–Leah, este no es momento para discutir, reacciona
Agite la cabeza, la situación iba de mal en peor, nos habíamos separado para cubrir más terreno, “Stela” con un poco de ayuda mía, había logrado hacer visible los lugares por los que había estado presente el príncipe, pero a algunos metros de esta cabaña la esencia se perdía, lo más probable es que hubiese algún tipo de runa para imposibilitar la magia, era buena peleando, mi prima también sabia defenderse y el parasito era un puto guardia, algo tenía que saber más allá de molestar, pero, no sabía si era suficiente para los secuestradores, Alan no estaba en buen estado y eso lo convertía en una carga más, si nos atrevíamos a usar la fuerza y ellos nos llegaban a ganar en número esto sería un suicidio colectivo, si tan solo Ángel y los demás llegaran, no podía estar muy lejos, solo quedaba resistir mientras tanto, los pasos se sentían cada vez más cerca, en cuanto logre quitar el nudo de las sogas, siete sombras cubrieron el lugar, era hora de que comenzara el juego.
- hagan tiempo
Fue una orden simple, que esperaba los dos ineptos que me acompañaban pudieran seguir
- Parece que tenemos compañía lion, expreso uno de ellos al tiempo que el aludido respondió con una sonrisa que desee sacar de mi mente
- Que esperan, démosles la bienvenida que se merecen, respondió el tal lion
Y así, sin más los hombres se acercaron a nosotros, no mostraron afán, era claro que nos veían como un juego, unos niños que no podían ni caminar, y eso estaba a nuestro favor, nada mejor que el elemento sorpresa, al paso que llegaban a nosotros, algo parecido al reconocimiento paso por los ojos de más de uno al vernos, aunque si veía la dirección en la que estaban viendo, diría más bien reconocer a Jared; eso no tenía sentido, la situación ya me tenía paranoica, como para comprobarlo fue Jared el primero en atacar, se acercó a uno de los hombres, el que tenía unas rastas colgando y le estampo el puño en la cara, por otro lado “stela” también había logrado derribar a unos de los grandulones que intentaron tocarla y yo estaba con el famoso lion, el capitán me había dado una daga y no dude en sacarla al momento en que el tipo saco su cuchillo, aún tenía sangre en el y esperaba con todas mis fuerzas que esa no fuera la de Alan o no me importaba regresar del mismo infierno a mostrarle que se había metido con quien no debía, el cuchillo volvió a acercarse a mi cara pero no llego hasta el ojo, este tipo estaba loco, me quería dejar ciega, aunque en ese momento agradecía su locura, para los demás el mango del cuchillo seria común y corriente, aun así, si se veía con más detalle era en verdad una piedra con una escritura encima, era la runa que mantenía la cabaña a prueba de magia, si la destruíamos podríamos teletransportarnos, el tipo pareció darse cuenta de mi descubrimiento porque hizo señas a su compañero para que me sujetara por detrás, no quería matar a nadie aún, pero la vida seguía insistiendo en que así fuera, pise lo más fuerte que pude y en su descuido me solté y enterré la daga en su cuello, la saque y la volví a introducir esta vez en el lado izquierdo de su pecho, así una y otra vez mientras el tipo intentaba cogerme, para su desgracia yo era más rápida, años de entrenamiento en el bosque tenían sus beneficios, si con las puñaladas que tenía lograba salvarse era porque tenía un pacto con el demonio, conocía donde estaban las arterias principales, la carótida primitiva, la subdavia, la aorta, sabía que no era tan probable lograrlo, pero yo tenía practica gracias a los soldados que la familia detenía antes de que nos matasen, obteniendo como recompensa un juguete exploratorio, además la daga era lo suficientemente largo y afilado para hacerlo, deje de prestarle atención a ese, aparentemente los demás tenían aún bajo control la situación, pero uno de los que había llegado había desaparecido, no me sorprendería que se hubiera ido por refuerzos, necesitaba ese cuchillo.
Sin dudarlo empecé a buscar a lion, en ese momento estaba peleando con Jared, me acerque por detrás e intente tomar el cuchillo, pero antes de lograrlo otro hombre logro darme una patada en el costado y tirarme al suelo,pero no había tiempo para el dolor, me empuje un poco con las piernas y volví a ponerme de pie, antes de que el puño que el hombre tenía ya preparado cumpliese su objetivo le di una patada en los huevos, yo también sabia jugar, era mejor que no me provocaran, mientras el hombre maldecía una mano me tomo del brazo y me movió hacia Alan
-ni se te ocurra golpearme asistente, tenemos la runa
Se apresuro a decir, y menos mal lo hizo, porque de lo contrario ya estaría en el suelo, por fin una buena señal, sin mediar palabra alguna, Jared tomo cargado a Alan y salimos, me sorprendió que los maleantes no hicieran gran esfuerzo en alcanzarnos, cada vez estaba convencida de que este secuestro escondía más de lo que se dejaba ver, éramos buenos, pero era evidente que nos habían dejado ganar, - como sabes que es una runa
Pregunte mientras corríamos
- Vi tu atención en el cuchillo, así como mi maga, la cual afirmo que la piedra del centro era la clave
En nuestra dirección ya venía Ángel y los guardias